José Steinsleger
La Jornada
Si la memoria no falla, creo que ningún secretario de Estado realizó, en apenas 15 meses de gestión, cuatro giras
diplomáticaspor América Latina. Ni siquiera cuando Argentina y Chile estuvieron a un tris de partirse la madre por tres islotes del canal de Beagle (1978) o durante la guerra de Malvinas (1982).
Señal de que Estados Unidos se halla empecinado en reforzar sus políticas de
seguridaden el continente, con el pretexto de conjurar el
terrorismo, el
narcotráfico, la
inmigración ilegaly las
pandillasde América Central.
Flagelos, todos, que para Mike Pompeo serían menos ominosos si no fuera porque la
democraciatarda en llegar a Venezuela, país dominado, a su juicio, por el
imperialismo cubanoy la República Islámica de Irán, liturgia que repitió en Argentina, Ecuador, El Salvador y México, durante las 48 horas de su periplo (19-21/07).
Todo un récord. En Guayaquil, el presidente Lenín Moreno
informóal viajero de que el fundador de Wikileaks, Julian Assange, había convertido en
centro de espionajela embajada de Quito en Londres (donde estuvo asilado siete años). Y agradeciendo al gobernante por haberlo entregado a los servicios de inteligencia ingleses, Pompeo anunció
ayuda en seguridad cibernéticapara que el país sudamericano
aprenda a defender sus redes(sic).
En San Salvador, el presidente Nayib Bukele manifestó que su gobierno buscaba
ser visto como un aliado y amigo de Estados Unidos. A lo que Pompeo, al tiempo de recordar que El Salvador, Guatemala y Honduras
no hacían lo suficiente(sic) para frenar la inmigración ilegal, dio muestras de buena voluntad imponiendo un acuerdo que incluye el uso, por cinco años, del centro antidrogas instalado en el aeropuerto monseñor Óscar Arnulfo Romero. De paso, la agencia Usaid confirmaba el recorte de la
cooperacióna Centroamérica, para entregar más recursos a Juan Guaidó, impuesto por Washington como
presidente de Venezuela.
La cereza del pastel tuvo lugar en Argentina, primera escala de la gira. Allí el
número dosde Trump inauguró la
segunda Conferencia Ministerial Hemisférica (sic) Antiterrorista, organizada por el presidente Mauricio Macri. En la cumbre (la primera fue en Washington en diciembre pasado) participaron 12 países latinoamericanos, alineados automáticamente con Estados Unidos. México y Uruguay asistieron como observadores, y Haití y República Dominicana no estuvieron.
La presencia de Mike en Buenos Aires
coincidiócon el 25 aniversario del bombazo que en julio de 1994 destruyó el edificio de la Asociación Mutual Israelita-Argentina (AMIA, 85 muertos). ¿Y qué mejor orador que Pompeo para evocar la tragedia? Pompeo aprovechó el momento para acusar al colombiano Salman Rauf Salman (del partido político libanés Hezbolá, según dijo), de organizar el atentado. Y ofreció una recompensa de 7 millones de dólares por información que lleve a su arresto, para luego alabar a Macri por declarar como
terroristaa Hezbolá, el mayor partido político de Líbano.
El decreto de Macri contra Hezbolá no pasó por el Congreso, dejando
sin efecto el mecanismo según el cual un país designa a equis
organización como
terrorista, de acuerdo a las listas que desde 2004 elabora un comité en el Consejo de Seguridad de la ONU. Hezbolá nunca figuró en esas listas.
De su lado, el secretario de Derechos Humanos de Macri, Claudio
Avruj, explicaba a los invitados de la cumbre los avances para crear el
Repet (Registro público de personas o entidades vinculadas a actos de
terrorismo). Naturalmente, Avruj no les comentó que esa creación fue un
pedido especial del premier sionista, Bibi Netanyahu.
En consecuencia, por simple opinión, cualquier ciudadano u
organización social argentina, denunciada o sujeta al capricho de un
fiscal que considere pertinente una investigación, permitirá ser causal
de figurar en el Repet. Quedando registrado/a como
terrorista, con sus consecuencias legales, patrimoniales, y de desplazamientos que esa persona o entidad padecerá a partir de la inscripción.
La Confederación de Entidades Argentino/Arabes (Fearab), que agrupa a
más de 300 organizaciones, junto con las organizaciones de derechos
humanos más importantes del país, manifestaron su rechazo al Repet.
Sergio Kiernan, analista argentino, informó que Pompeo acaba de crear un
panel sobre derechos humanospara redefinir qué debe entenderse por
derechos humanos. Porque el problema, a juicio del viajero, consiste en que
hay quien usa la retórica de los derechos humanos para fines dudosos o malignos( Página 12, Buenos Aires, 20/7/19).
Esa es la cruzada que viene, concluye Kiernan. ¿Algo más hay que esperar del jefe de la
diplomaciatrompetera, que en marzo pasado calificó de
milagro de Dios(sic) la anexión del Golán por la entidad terrorista que dirige Netanyahu?
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