En su momento, Eduardo
Galeano, en su libro: “Guatemala país ocupado”, nos decía: “Un préstamo
de la Alianza para el Progreso se difunde varias veces, como si fuera
varias veces concedido, pero en cambio no se mencionan las condiciones
humillantes en que ese préstamo llega ni se da a conocer el hecho simple
pero elocuente de que en un solo año los Estados Unidos gasten 45
Alianzas para el Progreso para negar a los vietnamitas, a sangre y
fuego, el derecho a elegir su destino” (Galeano; 1967:9).
A
raíz del mensaje de Donald Trump, de imponerle aranceles a ciertos
productos que Guatemala exporta hacia los Estados Unidos y a las remesas
que nuestros paisanos y paisanas envían a sus familias en el país.
Comenzaron a salir alacranes, serpientes, arañas, etc., no preocupados
por las consecuencias que podría traer si en determinado momento este
gobierno, loco y fascista del país del norte, cumpla con sus amenazas y
nos obligue a convertirnos en una cárcel de migrantes.
La
intervención de la canciller Jovel, quien ahora se encuentra en reunión
en Argentina, con los gobiernos títeres de Trump, llamados el grupo de
Lima; la intervención del incapaz presidente Jimmy Morales, la del
corrupto y genocida diputado Galdámez y la recién intervención del joven
presidente del CACIF, quienes acusan a la CC y a actores internos, por
“entrometerse” en política internacional, lejos de ayudar a resolver
este problema que ellos mismos han ocasionado y defender la soberanía de
nuestro país, se humillan cobardemente ante el gobierno de la primer
potencia mundial, porque saben que no cumplieron con lo pactado con el
gobierno del norte, que posiblemente les ofreció amnistía y asilo para
el próximo año, a cambio de no ir a la cárcel.
Este gobierno,
que en vez de buscar culpables fuera de su oficina, se debería de dar
cuenta, que el único culpable de esta catástrofe en el país, es él, su
equipo de asesores y sus ministros y todos aquellos achichincles que
deambula con él, haciendo creer que es el rey y que por eso recae en él
el poder absoluto y por lo tanto le vale madre, que estamos tratando de
construir una democracia, aunque sea raquítica, pero que él está
obligado a obedecer, porque la soberanía y las decisiones profundas
recaen sobre el pueblo y la instituciones como la Corte de
Constitucional, deben garantizar que no se rompa ni se violen los
derechos fundamentales que se encuentran en la Constitución como el
supremo contrato social del país.
Como dijera, Galeano en su
oportunidad, “Guatemala es víctima, como toda Latinoamérica, de una
conspiración del silencio y la mentira. Lo dueños de los medios de
información que fabrican opinión pública, ocultan y deforman los hechos
con arbitrariedad y eficacia [...] hombres que han sustituido las
banderas de sus países por la enseñanza de las barras y las estrellas”.
Así sigue siendo nuestro país. Es el país, que no ha cambiado mucho o ha
cambiado poco, desde la intervención americana en 1954, cuando
derrocaron a Arbenz.
Estados Unidos, los criollos, oligarcas,
militares e iglesia, quienes hoy se ponen a despotricar y buscando
culpables, son los mismos que ahora se funde en abrazos, por el miedo a
las amenazas del presidente más fascista que hoy tienen el mundo.
¿Por qué líderes políticos y elites empresariales, se ponen a temblar
ante las palabras del gobierno más asesino del planeta?. Por un lado,
porque si aquí las condiciones de vida fueran mejor, seria poca la gente
que tuviera que migrar y las causas fueran otras. Otro miedo es porque
si dejan de llegar las remesas que mandan nuestros connacionales,
quienes se lo han ganado a fuerza de trabajo este país, incluso viviendo
en situaciones precarias, muchos de ellos durmiendo en las calles y que
si no fuera por ese ingreso, que son, alrededor de noventa millones de
quetzales diarios, la situación del país fuera peor. Porque, no es
mentira que la elite económica del país, sobre todo la aglutinada en el
CACIF, más que crear fuentes de trabajo y generar desarrollo para el
país, es una elite parasitaria, de acumulación primitiva y que les
importa poco el sufrimiento de la gran mayoría de la población y
contentos de generar empleos a medio tempo, tipo Call Center, en los
bancos y empresas telefónicas.
A Trump, a Jimmy Morales y a
los CACIFEROS les vale poco la situación en la que viven más de la mitad
de los guatemaltecos. La migración y la pobreza, es consecuencia de la
mala conducción del país en términos de desarrollo humano y su sistema
económico y político. El país, no pudo cumplir los anteriores objetivos
del milenio y mucho menos cumpliremos con los objetivos del 2030. A
Trump, solo le interesa volver a ganar las elecciones en su país y para
ello quiere forzar a Guatemala, a convertirse en un campo de
concentración o cárcel de migrantes que por aquí pasen, porque sabe
manipular a personajes como Jimmy y su gabinete quienes están buscando
el hospedaje adecuado para el próximo año y los CACIFEROS; quienes
siguen tomando leche de esta vaca que nunca les ha pedido cuentas, solo
porque, piensan que sin ellos, el país se derrumba, cuando entre los
tres (Trump, Morales y CICIF), tienen a nuestro país de rodillas,
pidiendo perdón a un presidente, que sigue promoviendo un modelo que nos
tiene al borde de la muerte.
La supuestas ayuda que Estados
Unidos ha dado al país, sigue siendo para que le proveamos de seguridad.
Si antes era por el comunismo, ahora los migrantes y más adelante serán
las comunidades que se resisten a este modelo de muerte. Hoy más que
nunca, los movimientos sociales, los movimientos de ciudadanos y todos
los pueblos de Guatemala, debemos de retomar nuestra identidad
anticolonialista. Tenemos un deber, de detener las decisiones de Jimmy
Morales de regalar parte de nuestro territorio a los Estados Unidos,
aceptando viles chantajes. Oponernos constantemente a los intereses del
CACIF; que le conviene que haya migrantes, porque con eso, se lavan las
manos para no invertir sus ganancias en el país. Denunciar públicamente
las políticas inhumanas de Donald Trump.
Debemos de defender
lo poco que queda de honesto de la institucionalidad del Guatemala, como
lo es la Corte de Constitucionalidad. Concientizar a nuestras familias y
sociedad, para que no se fomente un discurso xenofóbico y racista en
contra de los migrantes, transmitido por los medios de comunicación
corporativa, porque nos obligaran a pensar que por ellos estamos en esta
situación, cuando la causa es el sistema y la mala actitud de políticos
como Jimmy Morales y Sandra Jovel.
Al final, las palabras de
Arévalo, también dichas en su momento, podría servirnos para asumir una
postura de resistencia ante estas pretensiones: “En Guatemala no hemos
recibido empréstitos, porque sabemos muy bien que cuando se reciben
dólares con la mano derecha, con la izquierda se entrega la soberanía”,
porque quienes han recibido esa ayuda, es el gobierno y no los pueblos.
Eso quiere decir, que si Jimmy, su flamante canciller y los caciferos
prometieron a Trump algo a cambio, entonces que lo paguen ellos y el
pueblo a resistir para defender la soberanía del país. Porque, ¡a
nosotros no nos da las ganas, de ser una colonia norteamericana!
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