El actual inquilino de
la Casa Blanca Donald Trump dijo hace poco tiempo que su propósito es
acabar con el Socialismo, sin embargo, analistas coinciden en que el
terrorista económico, como lo han bautizado, está hundiendo a Estados
Unidos con sus guerras comerciales contra todos, e incluso al
capitalismo mundial.
No le ha bastado solo con sus graves
enfrentamientos con Rusia y China, sus principales grandes potencias
competidoras, ni con otras emergentes y numerosas naciones, sino también
la ha emprendido más recientemente con los viejos “aliados” de
Washington: la Unión Europea (UE).
En medio de un posible
juicio político que le preparan en su país por un supuesto escándalo con
Ucrania, Trump anunció la subida de aranceles a numerosos productos
europeos, lo cual ha encendido las alarmas en el llamado viejo
continente.
El terrorista económico se busca cada día más
contendientes porque tiene sancionada o bloqueada a media humanidad,
mientras amenaza con intervenciones militares o conflictos bélicos, y le
importa un bledo las afectaciones del cambio climático al planeta
tierra.
Entre sus compatriotas al“emperador” de turno tampoco
le va bien. Ha perdido popularidad y credibilidad, y según una encuesta
de la agencia de noticias Reuters, el 45 por ciento de los estadounidenses aprueba que le inicien el proceso político para destronarlo de su reinado.
Trump está muy furioso, casi fuera de sus cabales, porque al mismo
tiempo de ser denunciado por sus conductas fascistas, violentas e
incoherentes, es el hazme reír de los medios de comunicación
internacionales, de las redes sociales y de no pocos dignatarios y
personalidades del mundo.
Uno de sus recientes aportes a la
burla, fue declarar que le querían dar un golpe de Estado con el
“Impeachment” al que pretenden someterlo, lo cual fue respondido en las
redes sociales con un conocido refrán popular: “Quien a hierro mata, a
hierro muere”.
Vale recordar la frase reiterada del presidente
de Bolivia, Evo Morales, de que en Estados Unidos no se dan golpes de
Estado porque, claro, no hay embajada de Washington.
Y tiene
mucha razón Evo. La Casa Blanca y el Pentágono, a través de sus
legaciones diplomáticas, han orquestado y patrocinado todos los golpes,
tanto los denominados suaves como los castrenses, que se han
escenificado para destronar a gobiernos considerados “adversarios” en la
mayoría de las naciones de nuestro planeta.
Pero Trump podría
ser el primero quien a hierro mueradado que está poniendo en peligro
demasiados intereses, además del cada vez menor hegemonismo de
Washington, e incluso del capitalismo como sistema.
El terrorista
económico camina sin duda alguna por un escabroso y oscuro camino, cuyas
únicas salidas quizás sean su expulsión de la Casa Blanca, o su no
reelección en las cercanas elecciones de Estados Unidos.
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