José Antonio Rojas Nieto
La precariedad de
los empleos en Estados Unidos es creciente. Lo aseguran y muestran
analistas especializados. Afirman que hay nuevas características en los
empleos derivados de la más severa crisis de la posguerra, hoy
denominada Gran Recesión. Severa, al considerar duración y profundidad.
Cerca de 18 meses viendo la regresión de indicadores. Sí, producción
industrial, producto interno bruto, pérdida de empleos y número de horas
que cada trabajador que conservó su empleo en la manufactura debió
laborar. Entre otros. Y profundidad mayor a las anteriores por un
descenso de la producción industrial de menos 15 por ciento y del
producto bruto de menos cuatro. Y una pérdida acumulada de ocho y medio
millones de empleos. Y un incremento de hasta 15 por ciento en las horas
trabajadas por hombre ocupado en la manufactura. Sí, de noviembre 2007 a
diciembre 2009.
A comienzos de 2010, éstos y otros indicadores empezaron a frenar ese
deterioro iniciado a finales de 2007. La crisis del 29 sólo duró 10
meses. Esta Gran Recesión excedió las recesiones de 16 meses de
1973-1975 y 1981-1982. Y los descensos industriales anteriores de menos
12 y menos siete, respectivamente.
Además –reiteramos–, nunca se había despedido a ocho y medio millones
de personas entre el mes de máxima ocupación (noviembre 2007) y el
previo al inicio de la recuperación (diciembre 2009). Terribles 25 meses
de deterioro. Incluyen una caída de ingresos familiares medios de menos
ocho por ciento. La Gran Recesión es digna de su nombre. Con deterioro,
incluso, luego de la declaratoria oficial de su término decretado por
la Oficina Nacional de Investigación Económica. Un caracterización
suscrita y explicada por el profesor Arne L. Kalleber, estadunidense de
origen noruego, especialista en sociología del trabajo de la universidad
pública más antigua del vecino país, la de Carolina del Norte, en
Chapell Hill. Junto con el joven profesor de la Universidad de
California en Los Ángeles, Till M. Von Wachter, hacen un interesante
análisis sobre las características de la ocupación durante y después de
lo que también identifican como la más severa convulsión de Estados
Unidos de la posguerra.
Los empleos posteriores a esta gran convulsión han modificado lo que
también especialistas en situación laboral, como Evert-jan Quak,
Annemarie van de Vijsel y Lea Vosko, identifican como las cuatro
condiciones estándar de la ocupación: 1)seguridad y estabilidad
(contratación indefinida); 2)jornada de tiempo completo (diario y
anual); 3)prestaciones tradicionales (salario fijo, seguridad social,
aguinaldo, fondo de ahorro, fondo de previsión, fondo de vivienda, prima
vacacional, reparto de utilidades, fondo de pensiones, derecho a la
pertenencia sindical, entre otras); 4)supervisión y dirección del
trabajo.
Actualmente hay más inseguridad, incertidumbre, disminución de
membresía sindical, estancamiento salarial, alta participación de bajos
salarios y mayor participación de trabajadores de tiempo parcial,
deficiencia en prestaciones sociales de los empleos y, en general,
descenso en los derechos laborales. Sí, actualmente hay más precariedad
en el trabajo y tienden a romperse las características tradicionales del
empleo. Incluso, con afectaciones al bienestar físico y mental. Ya
profundizaremos un poco sobre esto. De veras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario