Hoy, otro paro nacional
Los bloqueos se multiplican
La actividad comercial, muy afectada
▲ Carabineros avanzan sobre manifestantes a punta de chorros de agua y balas de goma, ayer en Santiago.
Santiago. El gobierno del presidente Sebastián Piñera no
logra restablecer la normalidad en la vida cotidiana de los chilenos, 12
días después de iniciadas las masivas protestas ciudadanas en contra de
lo que abrumadoramente se percibe como abusos, maltratos e inequidades
producidas por el modelo económico ultraneoliberal.
En Santiago, Valparaíso, Concepción, Antofagasta, Talca, Punta Arenas
y decenas de otras grandes y pequeñas ciudades del país, se suceden
diariamente manifestaciones más o menos multitudinarias, al igual que
bloqueos de carreteras que se multiplican a lo largo de la Ruta 5, que
une al país de norte a sur. El transporte público, el desplazamiento por
las carreteras y la actividad comercial, se encuentran visiblemente
afectados.
Para el miércoles, la Central Unitaria de Trabajadores y diversas
organizaciones gremiales, incluidos los profesores, hicieron un llamado a
un paro nacional.
El presidente concretó el lunes un significativo ajuste ministerial
(ocho de 24) que incluyó la salida de los poderosos ministros del
Interior –jefe político– y de Hacienda, a quienes remplazó por rostros
jóvenes en lo que pareció ser una señal de recambio generacional y mayor
flexibilidad para el diálogo.
Pero pese a insistir en su disposición a iniciar un diálogo social,
el presidente falló al no decir expresamente que está disponible para
realizar ajustes estructurales al modelo –que es lo que reclama la
ciudadanía–, así como generar condiciones para un proceso constituyente
insistentemente reclamado por sectores opositores.
La llamada agenda social del gobierno lleva un fuerte contrabando, es más privatización y menos Estado, defendamos la educación pública, escribió en su cuenta de Twitter la senadora Yasna Provoste (Democracia Cristiana).
El conjunto de senadores opositores (23 de 43) anunciaron que
reactivarán un proyecto de reforma constitucional para establecer un
plebiscito que permita iniciar un proceso constituyente. En general, la
oposición consideró insuficientes los cambios y anuncios de Piñera.
El centro de Santiago fue nuevamente escenario de una batalla campal
entre manifestantes que enfrentaron con palos, piedras, barricadas y
fogatas a las fuerzas especiales de Carabineros, que los reprimieron con
cañones de agua, gases lacrimógenos arrojados a mansalva y disparos de
balines de goma.
El frustrado objetivo de los manifestantes era llegar hasta el
palacio de La Moneda, sede del gobierno, que se encontraba protegido por
un cerco de barreras policiales y cientos de efectivos. La policía
actuó de inmediato, apenas los manifestantes comenzaron a acercarse.
Un observador del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), a
cargo de verificar las actuaciones policiacas, recibió un impacto de
perdigones que se incrustaron en su pierna izquierda.
No hemos logrado nada aún, debemos seguir luchando, dijo una joven manifestante que escribía consignas en las paredes de un edificio. Estimó que se avecina una lucha larga y que le preocupa la capacidad de resistencia del movimiento.
Otro joven, enmascarado, quien se identificó como estudiante del liceo Raimapu de La Tierra, respondió algunas preguntas para La Jornada respecto de por qué estaba manifestándose.
Básicamente son 30 años en los que la clase política de Chile nos ha estado robando las tierras, nuestros recursos, nuestras vidas. Estamos aquí peleando para lograr un cambio constitucional, porque la gente ya se dio cuenta de que lo que necesitamos no es un político de otro partido político, es una nueva Constitución.
–¿Qué opinas de la violencia que se produce?
–Yo puedo decir que violento es que una institución como el Sename
(Servicio Nacional de Menores), que debe cuidar a los niños abandonados,
sea una pésima institución, donde los pequeños terminan vendiendo droga
o metidos en la pasta base. Violento es la vivienda que tenemos que
arrendar o esperar 17 años pagando. La violencia física que más se ve es
la de los pacos (Carabineros), nos disparan con balines, yo hago primeros auxilios y he tenido que vendar caras e inmovilizar brazos.
–¿Hasta cuándo esto?
–Hasta que lo logremos.
–¿Lograr qué?
–Una nueva Constitución, directamente, una asamblea constituyente
donde el pueblo se siente con los políticos a hacer la Constitución.
–¿Hasta cuando alcanzan las energías?
–Es superintenso el desgaste, yo mismo le comentaba a mi mamá que estoy más cansado que
la cresta, pero le dije que esto es por ella y por todas las personas que pueden sufrir. Y eso me motiva aunque esté cansado a seguir dando cara.
–¿Te apoyan en tu casa?
–Mi mamá sí, yo le digo todo lo que hago, ella sabe dónde estoy en
este momento, sabe que yo me pongo al frente; le he contado a toda mi
familia que soy de los que están al frente. Las personas que vinieron a
la marcha del viernes, que fue muy pacífica, si no hubiese sido por las
personas como yo que estamos al frente, donde llegan las balas y nos
comemos las lacrimógenas, todas esas personas que estaban en Plaza
Italia habrían sufrido lo que nos pasó a nosotros.
Foto Ap
Aldo Anfossi
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
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