En las calles, 10 mil 500 policías y militares
Frente a protestas y saqueos en Chile, Piñera proclama:
estamos en guerra
Santiago, sin transporte, comercios cerrados y vuelos cancelados
Seis ciudades, en estado de emergencia
Seis ciudades, en estado de emergencia
▲ Saqueo a un comercio ayer en Puente Alto, área metropolitana de Santiago.Foto Afp
▲ Detención en la capital chilena, que vive los peores disturbios desde el regreso a la democracia en 1990.
Santiago.
Estamos en guerra contra un enemigo poderoso que está dispuesto a utilizar la violencia sin ningún límite, advirtió anoche el presidente de Chile, Sebastián Piñera, tras una nueva jornada en la que la población desafió el estado de emergencia decretado en seis de las principales ciudades del país, con nuevos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas militares, y continuaron ataques a estaciones del Metro en esa capital y saqueos a decenas de comercios.
Piñera, quien también llamó a la calma, aseguró:
vamos a tener (hoy) un día difícil. Estamos muy conscientes de que los autores de los disturbios tienen un grado de organización, de logística propia de una organización criminal
Agregó que
entiende a los que protestan por las carencias, porque no les hemos dado lo que se merecen, y prometió que se aumentarán las pensiones, sin dar más detalles.
La escalada de violencia empezó el viernes y hasta ayer había dejado
10 muertos y casi mil 500 detenidos, de acuerdo con medios de
información, aunque el gobierno aclaró más tarde que son siete los
fallecidos y 152 arrestados.
Los peores disturbios desde el retorno a la democracia en 1990 tienen
al país paralizado, sin transporte público en Santiago, con taxistas y
aplicaciones móviles de transporte –como Uber– cobrando tarifas
altísimas, prácticamente todo los negocios cerrados y suspensiones de
vuelos en el aeropuerto capitalino.
Seis de las grandes ciudades se encuentran bajo estado de emergencia
–lo que restringe las libertades de reunión y movilización– tras las
protestas estudiantiles que con la consigna
evasión masivaque estallaron por el alza de tarifas en el Metro –medida que el gobierno revirtió el sábado– derivaron en un estallido social y actos vandálicos.
El reclamo del alza de la tarifa del Metro se amplió contra el modelo
económico neoliberal heredado de la dictadura del general Augusto
Pinochet (1973-1990), en el que el acceso a la salud y la educación es
prácticamente privado, contra la desigualdad social, las bajas pensiones
y el alza de los servicios básicos, entre otras demandas, con una
fuerza que sorprendió al gobierno del conservador Piñera y a la clase
política.
La Cámara de Diputados suspendió oficialmente ayer el alza de 30
pesos chilenos (0.042 dólares) en las tarifas del Metro, por lo cual
regresó a su precio de 800 pesos (1.12 dólares).
Encapuchados se enfrentaron ayer nuevamente con efectivos policiales
en la céntrica Plaza Italia, fuertemente resguardada, en una nueva
jornada de rabia callejera que desde el viernes dejó a Santiago sumida
en el caos por los saqueos, incendios y actos vandálicos a estaciones
del Metro.
En abierto desafío al toque de queda, alrededor de 5 mil personas se
manifestaron pacíficamente en Ñuñoa, al nororiente de la capital, con
los hashtags en redes sociales #PiñeraRenuncia y #ChileSeCanso
Al amparo del estado de emergencia decretado la madrugada del sábado
tras los disturbios del viernes en la capital, los militares volvieron a
las calles después de casi tres décadas.
La presencia de 10 mil 500 efectivos policiales y militares no
impidió que se perpetraran más saqueos e incendios a supermercados,
farmacias y demás comercios en Santiago y otras ciudades.
Cinco personas murieron en un incendio de una bodega saqueada en
Renca, al norte de la capital, informó el segundo comandante de bomberos
de Santiago, Diego Velásquez. Otras cuatro perecieron calcinadas en
saqueos a supermercados de la cadena Walmart en Santiago, detalló
Sputnik.
Un joven de 21 años falleció en la ciudad de La Serena, a causa de un
disparo al parecer efectuado por miembros del ejército, aunque el
gobierno no ha corroborado el incidente, mientras dos personas
resultaron gravemente heridas por bala en un altercado con una patrulla
militar de madrugada.
Los disturbios siguieron en las ciudades Valparaíso, Concepción y
Rancagua, en la zona central, Antofagasta, La Serena y Coquimbo, por el
norte, y Valdivia, al sur, que también están bajo toque de queda
nocturno.
El caos en la capital chilena, de 7 millones de habitantes, se
extendió al aeropuerto internacional, donde un par de aerolíneas locales
suspendieron o reprogramaron cientos de vuelos, y al cierre de esta
edición había miles de personas en la terminal esperando poder viajar.
El Metro de Santiago permaneció cerrado luego de que entre el viernes
y el sábado 78 de las 136 estaciones fueron vandalizadas. A pesar del
toque de queda, la noche del sábado al domingo otras ocho estaciones
fueron atacadas.
El presidente de la empresa del subterráneo, Louis de Grange, informó
que hoy tratarán de hacer funcionar tramos de una línea, que otras
cuatro tardarán semanas en recuperarse y que la última es probable que
esté meses paralizada.
Algunos vecinos ayudaron a trabajadores municipales a limpiar los
escombros y a quitar las barricadas en las calles de la capital.
En los pocos comercios que abrieron y en algunas gasolineras había
extensas filas para surtirse de víveres y combustible ante el temor de
que se genere desabasto y el caos sea mayor.
Universidades y colegios suspendieron clases este lunes, mientras estudiantes convocaron a una nueva jornada de manifestaciones.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, cuya administración ha sido
duramente atacada por el gobierno chileno, responsabilizó al modelo
neoliberal por las protestas y comparó a Piñera con el ex dictador
Augusto Pinochet.
“Ya no es Piñera ahora es Piñechet. Le están diciendo que ya
no son los 30 pesos (de aumento del pasaje), son los 30 años, es la
educación, es la salud, es la electricidad, es el gas, es el transporte,
es e trabajo, son los salarios, es la desigualdad, le están diciendo
los pueblos de Chile a Piñechet”, expresó.
La ex presidenta chilena (2014-2018) y actual alta comisionada de la
Organización de las Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet,
seguía hasta anoche sin pronunciarse sobre la situación en su país; su
último tuit es del jueves pasado.
La masiva protesta tomó por sorpresa al gobierno de Piñera, que sólo
días antes había afirmado que Chile era una especie de oasis en la
región, y que se prepara para ser sede de la cumbre del Foro de
Cooperación Económica Asia-Pacífico, en noviembre, y a la cual asistirán
los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump; de Rusia, Vladimir
Putin, y de China, Xi Jiping, así como la Conferencia de la Organización
de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en diciembre.
Con el ingreso per cápita más alto de América Latina, un crecimiento
estimado para este año de 2.5 por ciento del producto interno bruto y
una inflación de 2 por ciento, el malestar en la sociedad chilena creció
a la par de sucesivas alzas en los costos de la salud y la
electricidad, y una crónica –y elevada– desigualdad social.
Foto Ap
Ap, Afp, Sputnik y Reuters
Periódico La Jornada
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