Ecuador y toda la Abya Yala en lucha
A
527 años de octubre de 1492, constatamos la continuidad de la lucha de
los pueblos del Abya Yala (América), así como la continuidad depredadora
del imperialismo.
Por todo el Abya Yala los pueblos se alzan,
contra el capitalismo y su barbarie, contra los Estados burgueses que
pactan «préstamos» envenenados con instituciones imperialistas como el
Fondo Monetario Internacional, cuyos montos iran a parar a los bolsillos
de la burguesía, a la infraestructura que requieran las multinacionales
para incrementar el saqueo de los recursos, y cuyos intereses de usura
tendrán que pagar los pueblos con sangre, sudor y lágrimas.
El
pueblo ecuatoriano lleva días en paro nacional, manifestando masivamente
en las calles contra las medidas que el FMI busca imponer (medidas que
golpean de lleno a la parte más empobrecida de la clase explotada):
subida del precio del combustible (subida de los transportes, de la
alimentación),subida de la edad de jubilación, recortes presupuestarios
contra la educación, un «paquetazo» de medidas privatizadoras que
intenta implementar el gobierno de Lenin Moreno, al servicio del
capitalismo transnacional. «Moreno firmó un acuerdo con el FMI para
adquirir un préstamo equivalente a 10 por ciento del PIB del país,
préstamo que la economía ecuatoriana no requería. Para recibir 10.000
millones de dólares aumentó la gasolina en 123 por ciento, despidió
centenas de miles de servidores públicos y dio un perdonazo de 4.500
millones de dólares a los empresarios más ricos del país»[1].
Los
pueblos se levantan, contra el empobrecimiento, contra las «deudas» que
pactan las burguesías y que pagarán los pueblos, contra la depredación
multinacional. La burguesía reprime para perpetuar sus privilegios, para
perpetuar la acumulación capitalista que perpetra en base a la
explotación de las y los trabajadores y en base al saqueo del planeta.
Ya son varios los manifestantes asesinados por las herramientas
represivas del Estado. El gobierno ha decretado el Estado de Excepción.
Pero ni el Toque de Queda impuesto, ni los tanques, impiden la
movilización masiva de varias decenas de miles de personas. Desde la
Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE)
expresaron el jueves 10 de octubre que la movilización popular no parará
«hasta que el FMI salga del país», enfatizan que esta lucha «no es por
hoy, por el precio de la gasolina solamente, es para evitar que nos
hipotequen el futuro y que paguemos con hambre y pobreza de dos y tres
generaciones, lo que no frenamos a tiempo hoy»[2].
La lucha de
clases continúa hasta que la pujanza de los pueblos logre construir una
sociedad sin clases, sin clase explotadora ni clase explotada, una
sociedad sin capitalismo, para poder construir un mundo libre de toda
explotación.
El 12 de octubre es una fecha que marca el inicio
del saqueo en base al cual fue perpetrada la gigantesca acumulación
capitalista originaria que impulsaría la Revolución Industrial y la
supremacía europea a nivel mundial, y que arrojaría a los pueblos del
Abya Yala a siglos de colonialismo y posteriormente a siglos de
neocolonialismo. Hoy, a 527 años del inicio del saqueo, seguimos
constatando el carácter netamente imperialista y depredador en las
actuales relaciones geopolíticas.
La clase explotadora en América
Latina es la descendiente directa de aquella barbarie colonizadora, y
es totalmente cómplice del saqueo que perpetra el capitalismo
transnacional contra los pueblos.
El genocidio y saqueo
perpetrados durante la colonia le permitieron a la aristocracia y a las
burguesías europeas la acumulación capitalista originaria que
propulsaría a Europa como metrópoli capitalista (la colonia poblacional
inglesa que hoy se conoce como Estados Unidos, también se propulsaría
como metrópoli capitalista en base al esclavismo y a la política
expansionista de su burguesía que asumiría la continuidad depredadora
contra el resto del continente). Las mayores fortunas mundiales se
forjaron en base a la depredación, la deportación, la esclavización y el
saqueo. Las actuales relaciones de poder entre metrópolis capitalistas y
periferias del capitalismo tienen un origen histórico marcado en
sangre.
El colonialismo europeo perpetró el genocidio más brutal
de la historia de la humanidad en el continente que hoy se conoce como
“América”: exterminó al 90% de sus habitantes tan solo en el primer
siglo y medio de invasión (90 millones de personas). La colonización
europea blandió “la espada y la cruz”: desgarrando los cuerpos de los
rebeldes con las espadas y la pólvora, amputando culturas y lacerando
identidad con la imposición de la religión católica. La religión
católica fue impuesta a sangre y fuego, siendo un instrumento de
dominación de largo alcance, que hasta hoy aliena y somete. Los europeos
se adueñaron de las tierras y riquezas del Abya Yala (América),
violaron y saquearon, con el pretexto de que "Dios" así lo dispuso;
entraban a saquear con un documento llamado el "Requerimento", que
imponían a golpe de terror. Los niños indígenas que sobrevivieron a las
masacres fueron educados en la religión católica, siendo descuartizado
todo el que la cuestionara.
El
objetivo de la colonización fue el saqueo y la explotación. Consta en
el Archivo de Indias, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a
Sanlúcar de Barrameda en España, 185.000 kilos de oro y 16 millones de
kilos de plata provenientes de América. Cientos de culturas fueron
arrasadas por los europeos, millones de obras de arte transformadas en
lingotes, como pequeños ataúdes que todavía gritan de espanto y dolor.
Los invasores establecieron un impuesto a ser pagado por los indígenas
en kilos de oro y riquezas, por habitar el continente que siempre habían
habitado.
Tan solo en el saqueo de Coricancha, o en el rescate
al Inca Atahualpa pagado a los secuestradores europeos, se evidencian
los niveles de rapiña de los conquistadores. Pero ni el pago por el
rescate más caro que registra la historia humana, 41 toneladas de oro y
82 toneladas de plata, sirvió para evitar el asesinato de Atahualpa a
manos de Pizarro. Masacres y felonía, codicia y tortura, es lo que
celebran los que festejan el 12 de octubre.
Eduardo Galeano
escribe, en “Las Venas Abiertas de América Latina”, que tan solo el
saqueo de la mina de Potosí le reportó a Europa unas ganancias
descomunales, cuyo volumen en plata hubiera alcanzado para construir un
puente de plata entre América y Europa (el volumen de plata saqueada que
dio origen a esta metáfora de Galeano consta en registros). Otro puente
se podría haber construido con los cadáveres de los indígenas
esclavizados en la mina: 8 millones de indígenas fueron reventados de
explotación por los españoles, en la primera etapa de saqueo de Potosí.
Un indígena esclavizado en Potosí tenía una esperanza de vida de dos
meses en promedio (luego de ese lapso esclavizado, fallecía, y los
invasores lo reemplazaban por otro indígena esclavizado). Asimismo, la
mina de Ouro Preto en Brasil, se tragó la vida de millones de africanos y
les reportó a los invasores capitales que serían decisivos para el
capitalismo europeo. Al estar la Península Ibérica endeudada por causa
de sus "guerras santas", los banqueros europeos cosechaban toda esa
riqueza empapada en sangre humana y dolor.
La barbarie del
colonialismo significa igualmente la deportación masiva de seres humanos
perpetrada por los europeos desde África hacia América: al menos 33
millones de africanos fueron deportados, murieron dos tercios de ellos
en los abominables trayectos, y el tercio sobreviviente fue esclavizado
en el continente americano, así como sus descendientes durante siglos.
La aristocracia y burguesía europea lograron la mayor acumulación de
riquezas jamás vista, en base al saqueo del continente americano, en
base a la deportación y esclavización de millones de seres humanos, en
base al genocidio y la tortura. Esa acumulación de riquezas sin
precedente, fue la que le permitió al imperialismo europeo cimentar su
supremacía a nivel planetario, impulsar la revolución industrial, y
erigirse hasta hoy como metrópoli del capitalismo. Los Estados Unidos,
antigua colonia poblacional inglesa, se erigieron igualmente como
potencia capitalista en base al trabajo esclavo. Entre las mayores
fortunas de Europa y de Estados Unidos, siguen actualmente figurando los
descendientes de esclavistas y banqueros que amasaron riquezas en base
al genocidio y la esclavitud.
La acumulación capitalista
originaria se fraguó del saqueo y el genocidio, como lo señala Marx: “El
descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, el
exterminio, la esclavización y el sepultamiento en las minas de la
población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las
Indias Orientales, la conversión del continente africano en cazadero de
esclavos negros: tales son los hechos que señalan los albores de la era
de producción capitalista. Estos procesos representan factores
fundamentales en el movimiento de la acumulación originaria”[3].
El
12 de octubre marca el inicio del saqueo que hasta hoy sigue
empobreciendo a los pueblos de América para llenar las arcas de los
saqueadores. Hasta hoy las multinacionales siguen explotando montañas y
envenenando ríos, hasta hoy siguen talando bosques y fomentando
mercenarios paramilitares para perpetrar masacres contra el pequeño
campesinado, con la finalidad de desplazarlo forzadamente de las tierras
codiciadas. Hasta hoy sigue el imperialismo europeo y estadounidense
urdiendo golpes de Estado (golpe en Brasil, Chile, Argentina, Uruguay,
Guatemala, Honduras, desestabilización contra el Estado venezolano, y un
largo etc.); hasta hoy sigue el imperialismo urdiendo planes de
exterminio contra las y los revolucionarios (Plan Lasso, Plan Cóndor,
Plan Baile Rojo, Plan Colombia, Plan Patriota, Plan México, etc.); hasta
hoy sigue la injerencia imperialista apuntalando regímenes genocidas
como el colombiano, por citar un ejemplo paradigmático de régimen del
Terror funcional al saqueo capitalista, mantenido a punta de masacres y
exterminio contra la reivindicación social y política de la clase
explotada.
"El capital viene al mundo chorreando sangre y lodo
por todos los poros, desde los pies a la cabeza”, escribía Marx. El
actual saqueo capitalista es la continuidad de una Historia de sangría.
Pero la lucha sigue, y los pueblos del Abya Yala lograremos nuestra
verdadera y definitiva independencia cuando nos liberemos del
capitalismo y su barbarie, del saqueo neocolonial que impera, de la
clase explotadora local y transnacional. A nivel mundial, la clase
explotadora incrementa cada día su guerra de explotación y saqueo:
aumenta la tasa de explotación contra las y los trabajadores, y aumenta
el saqueo de la naturaleza. La lucha de la clase explotada mundial
contra la clase explotadora y por un mundo libre de toda explotación, es
la única salida a esta barbarie, porque está más que claro que la clase
explotadora no depondrá sus abyectos privilegios por sí sola.
Notas:
Comunicado de la CONAIE, 10 de octubre 2019
[3] K. Marx, EL CAPITAL, Capitulo XXIV, La llamada acumulación originaria
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