[Nicaragua] Entrevista a Mónica Baltodano
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Segunda nota de una serie de entrevistas a mujeres que, habiendo
participado de la revolución sandinista, hoy muestran de qué modo ésta
fue desvirtuada por el orteguismo. Dialogamos con Mónica Baltodano,
quien presidió una de las ONGs que fueron cerradas y sus bienes
confiscados por el Estado.
Las comandantes
A la espalda, un abismo. Por delante y a los costados, el pueblo armado acometiendo. El cuartel La Pólvora, en la ciudad de Granada, último reducto de la dictadura, está al caer. Cuando el coronel se entera de la fuga de Somoza, manda callar las ametralladoras. Los sandinistas también dejan de disparar. Al rato se abre el portón de hierro del cuartel y aparece el coronel agitando un trapo blanco. – ¡No disparen! El coronel atraviesa la calle.
– Quiero hablar con el comandante. Cae el pañuelo que cubre la cara: – La comandante soy
yo -dice Mónica Baltodano, una de las mujeres sandinistas con mando de tropa. – ¿Que qué? Por boca del coronel, macho altivo, habla la institución militar, vencida pera digna, hombría del pantalón, honor del uniforme: – ¡Yo no me rindo ante una mujer! -ruge el coronel. Y se rinde.
Eduardo Galeano en Memoria del Fuego
Mónica Baltodano comenzó su militancia política a los 15 años en el
movimiento estudiantil y en la organización de barrios marginales. Era
parte de los grupos juveniles inspirados en la Teología de la
Liberación. En 1972 se integró al FSLN en tareas organizativas de los
movimientos populares, hasta que ingresó a la lucha clandestina en 1974,
con 20 años. En 1977 fue presa, torturada, y quedó detenida hasta 1978.
Al recuperar la libertad fue parte del Estado Mayor del FSLN en la
Capital, que dirigió la insurrección de marzo de 1979, y posteriormente
dirigió los combates en las tomas de Jinotepe y Granada (de ahí el
relato de Eduardo Galeano). En 1979 recibió el grado honorífico de
Comandante Guerrillera, y en 1986 la Orden Carlos Fonseca.
Entre 1982-1990 fue Viceministra de la Presidencia. Estuvo a cargo
de los procesos de fortalecimiento de los Municipios Nicaragüenses. En
1990 fue electa Concejala de Managua. En el Congreso del FSLN de 1994 se
integró como parte de la Dirección Nacional y responsable de
Organización. Fue Diputada de la Asamblea Nacional (1997-2002). Se opuso
al Pacto Alemán-Ortega, considerándolo como una alianza corrupta y
prebendaria. Fue excluida de todos los órganos del FSLN por sus críticas
a la conducción, y se dedicó al trabajo con los movimientos sociales en
Nicaragua. Formó el Movimiento por el Rescate del Sandinismo, y fue
elegida en el 2007 diputada a la Asamblea Nacional. Realizó una vasta
tarea de recuperación de la Memoria de la Lucha Sandinista, que se
organizó en 4 libros, con el objetivo de que la misma no fuera usurpada
por la dirección orteguista.
Presidió desde 1990 la ONG Popol Na, que apoyó desde la educación
popular procesos de resistencia contra las políticas extractivistas. El
hermano de Mónica, Ricardo Baltodano, es uno de los presos políticos del
régimen de Ortega. Su hija, Mónica Lopez Baltodano, presidenta actual
de Popol Na, fue amenazada y tuvo que refugiarse en Costa Rica. Popol Na
es una de las ONGs que fueron cerradas, y sus bienes confiscados por el
Estado.
– ¿Qué expresa el levantamiento de masas de abril de este año?
A mediados de abril, una protesta por la reforma a la Seguridad
Social, dio inicio a la más brutal represión contra manifestantes
desarmados que ha conocido Nicaragua. Frente a los crímenes, el pueblo
se sublevó masivamente. Primero fueron los estudiantes, luego pobladores
de barrios y campesinos. Los brotes de resistencia se fueron
multiplicando por todo el territorio. A más represión hubo más
resistencia. A inicios del mes de junio, todo el país estaba paralizado y
las multitudes estaban organizadas en tranques y barricadas.
La respuesta violenta, la represión desatada con grupos paramilitares
o con grupos parapoliciales no inmovilizó a la gente, sino que provocó
una reacción de más movilización. Fue particularmente evidente en el
caso de los jóvenes universitarios, que hasta entonces se habían
mantenido en una actitud que la gente juzgaba pasiva, que otros juzgaban
como cómoda, desmovilizada. En realidad, los estudiantes habían
estado sometidos durante mucho tiempo a procesos de cooptación en unos
casos, en otros de atemorizamiento, y también a fuertes presiones. En
las universidades, el gobierno pudo controlar toda la estructura de las
rectorías, los principales cuadros institucionales. Sólo los rectores
afines al gobierno podían estar en su cargo, e igual pasaba con la
estructura del movimiento estudiantil.
La respuesta estudiantil en esta ocasión fue reprimida violentamente,
incluso con una cantidad de asesinatos que no están suficientemente
cuantificados. Ese fue un parteaguas en cuanto a los niveles de
represión que se habían observado anteriormente. Lo que hizo fue poner
en evidencia el modelo represivo que se instaló desde el año 2007,
cuando regresó Daniel Ortega al gobierno. Pero ese modelo venía
implementándose desde antes, a partir de las estructuras del partido,
hacia los movimientos sociales, y en particular hacia el movimiento de
las mujeres.
¿Por qué el régimen de Ortega se centró en los ataques al movimiento
de las mujeres y a las feministas? Porque después de la derrota
electoral de 1990 el
movimiento de mujeres fue el único que se logró mantener como un
movimiento autónomo, porque las reivindicaciones de los derechos de las
mujeres habían sido de alguna manera puestos en segundo orden durante la
revolución de los 80, siempre con el argumento de que había otras
tareas prioritarias como la defensa de la revolución frente a la
agresión armada apoyada por los Estados Unidos. Las mujeres lograron
conseguir, a través del movimiento feminista, una autonomía respecto al
partido. Ese esquema heredado de que las organizaciones populares son
prácticamente satélites del partido, lo rompe en primer término
el movimiento feminista. Estamos hablando de los comienzos de los años
90.
Cuando en 1998 Zoilamérica -la hija de Rosario Murillo, que lleva el
apellido de Ortega porque él la adoptó legalmente- hizo la denuncia de
los abusos sexuales de Ortega, de los que había sido objeto desde que
tenía 11 años, y de las violaciones repetidas desde que tenía 15 años,
el movimiento feminista y el movimiento de mujeres levantaron la
bandera de Zoilamérica. La levantaron también algunas organizaciones de
derechos humanos, particularmente el CENIDH, quien la acompañó en todo
su proceso. Esto puso totalmente en confrontación al movimiento de
mujeres con la pareja Ortega- Murillo, porque en esta situación Rosario
Murillo decidió acuerpar a Daniel, y eso hizo que comience un
meteórico ascenso en las estructuras partidarias. Antes de 1998, Rosario
Murillo no era tomada en cuenta ni en las estructuras del partido
-donde no tenía ningún cargo, ninguna responsabilidad- ni era tomada en
cuenta por el secretario general. Pero cuando ella respaldó a Daniel
Ortega frente a esta acusación, eso la coloca en la tarima, al lado
de Daniel, junto al resto de sus hijos; y la coloca frontalmente en
contra del movimiento feminista y del movimiento de mujeres.
Cuando regresan al gobierno en el año 2007, el movimiento feminista,
las mujeres, se convierte en uno de los más perseguidos por el régimen.
¿Bajo qué modalidad? Primero fueron los retrocesos que jurídicamente
significaron, por ejemplo, la prohibición del aborto terapéutico. En el
año 2006 el Frente Sandinista respaldó la criminalización del aborto
bajo todas sus formas, sin dejar la excepción del aborto terapéutico.
Eso lo hizo para quedar bien con los sectores fundamentalistas de la
iglesia católica y de las iglesias evangélicas. Fue en plena campaña
electoral, en el 2006.
– Cuando Daniel Ortega llega al gobierno en el 2007 ¿cómo se expresa esa persecución al movimiento de mujeres?
A través del cierre de los espacios donde las mujeres
venían participando como contraparte del Estado. Por ejemplo, en el
sistema de lucha contra la violencia hacia la mujer. Las mujeres, aún
con gobiernos neoliberales, habíamos conseguido por ejemplo que quedara
establecido un modelo especializado de justicia, donde las mujeres
pudieran llegar a denunciar violencia, acoso sexual, sin tener que
ir ante policías hombres. Se establecieron las Comisarías de la Mujer,
con mujeres policía que pasaban cursos y procesos que permitían que la
mujer no fuera revictimizada cuando fuera a denunciar agresiones, cuando
fuera a denunciar violación, etc. Todo ese sistema que fuimos
conquistando a través de la lucha de las organizaciones de mujeres, a
través de leyes y normas, luchando con los gobiernos de turno, todos
considerados de derecha, cuando llega al gobierno Ortega –para muchos un
gobierno de izquierda- cierran las Comisarías de la Mujer, persiguen a
las organizaciones internacionales que apoyaban a las mujeres. Fueron
brutales contra una embajadora sueca que estaba muy vinculada a
las organizaciones de mujeres, y que a través de una serie de
organizaciones colaboraron para abrir refugios para mujeres maltratadas.
Todo eso se fue cerrando cuando ellos llegaron al gobierno.
El caso más evidente de esa persecución se dio en el 2008,
cuando penetraron a las instalaciones del Movimiento Autónomo de
Mujeres, sacaron toditas las computadoras, toditos los comprobantes
contables de la organización, porque las acusaban de estar haciendo
“lavado de dinero”, ya que ellos no tenían personería jurídica y
recibían dinero a través de otras organizaciones que sí la tenían. Fue
terrible, porque estuvieron 5 meses con el control de las organizaciones
y de los papeles del Movimiento Autónomo de Mujeres, hasta que tuvieron
que admitir que era totalmente falso el asunto y les regresaron los
papeles. Eso para poner en claro que la represión ya existía
desde antes, pero lo que hace abril es poner en mucha más evidencia la
situación.
– ¿Por qué atacan a las organizaciones de defensa de los derechos humanos?
Porque además de acompañar a las mujeres que acusaban a violadores,
además de acompañar casos emblemáticos como el de Zoilamérica… el CENIDH
por ejemplo acompañó a una familia que puso una denuncia conocida a
nivel internacional de una muchacha, Elvia Junieth que resultó
embarazada, siendo todavía quinceañera, por Daniel Ortega. Ella fue
seducida por Daniel Ortega, y el niño resultante de ese abuso,
lo inscribieron como hijo de Néstor Moncada, un asistente de Ortega,
pero a la madre, la niña, la empezaron a tener prácticamente en
condición carcelaria. Entonces su hermano, Santos Sebastián Flores, hizo
la denuncia en un medio internacional. Cuando volvió a Nicaragua fue
detenido y tiene ya seis años de estar preso, acusado de cualquier
cosa. También el CENIDH lo acompañó, así como a muchos casos de
violaciones de derechos humanos cometidos en las montañas. El caso
denunciado de Elea Valle que informó que su marido fue asesinado por el
Ejército. Siguieron a través del celular a los hijos que lo iban a
visitar, y los asesinaron a toditos. Eran cuatro adultos y dos niños. La
niña fue encontrada con señales de violación. El Ejército ordenó a la
comunidad que los enterraran en una fosa común. Eso fue en octubre del
año 2017. Todos esos archivos los tenía el CENIDH.
Cuando estalló la insurrección de abril, que fue una insurrección
cívica, sin armas, se cometieron más de 500 asesinatos. La persecución a
las organizaciones defensoras de derechos humanos tiene como objetivo
acallar estas denuncias. La Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos
(ANPDH), vinculada a la Iglesia, ha registrado más de 500 nombres. La
CENIDH 325. Hay ciertas diferencias, porque no han podido actuar en
coordinación con el Estado, quien es el que realmente sabe, porque
las Alcaldías tienen que inscribir las defunciones. El sistema judicial,
medicina legal, todo está controlado por el estado. Por lo tanto, quien
realmente puede dar las cifras y los nombres exactos es el Estado, y el
Estado se ha negado a darlos. Entonces, todas las denuncias han sido
nada más que las que han podido levantar los organismos de derechos
humanos.
Cuando el país es paralizado por trancas y barricadas en el mes de
abril y mayo, lo único que se logra es conseguir que venga por primera
vez la CIDH a Nicaragua. La CIDH, en solo 5 días, recibió más de 3000
denuncias de violaciones a los derechos humanos. (Al cierre de esta nota
el gobierno de Ortega dio la orden de expulsión de la CIDH de
Nicaragua, un día antes que se presente su informe).
El CENIDH es una de las organizaciones más independientes, más
beligerantes, con una Presidenta con una dignidad y un respeto mundial,
que es doña Vilma Nuñez. Eso te explica por qué la persecución. Hasta
hoy, el gobierno no logró cooptar a todas las organizaciones. Hay
organizaciones de mujeres que se plegaron al orteguismo, pero la mayor
parte de las organizaciones feministas, siguen siendo la piedra en el
zapato. Y te quiero decir esto con toda fuerza: la mayor cantidad de
gente que da la cara, que denuncia, que grita con fuerza en el país, la
mayoría son voces de mujeres.
– ¿Qué sucede con las experiencias de comunicación popular, y con el periodismo independiente?
Se están cerrando todos los espacios de comunicación popular. Es un
proceso que viene desde el 2007. En el 2007 una serie de radios que
hacían labor popular, fueron cooptadas a través del dinero, de la
corrupción, de los anuncios, de la entrega de equipos. Desde que llegó
Daniel Ortega al gobierno, todos los años en Navidad les entrega a los
periodistas de esos medios, refrigeradoras, pantallas planas de TV, etc.
Pero quedaron medios independientes. En una comunidad que se llama
Bocana de Paiwas, hay una radio del movimiento de mujeres. La cerraron.
Actualmente cerraron dos radios comunitarias sobre el Río San Juan, con
un marcado énfasis en la defensa del medio ambiente, al cerrar
la Fundación Del Río. En la coyuntura de abril habían cerrado una
televisora que se llama 100% noticias, que no es una televisora de mucha
importancia, desde el punto de vista que no tiene suficientes
repetidoras, pero tenía gran alcance a través de internet. Lo que se ha
dado es un permanente hostigamiento, golpes, heridos, persecución, a
periodistas.
El primer día de la represión, un medio independiente, popular, que
tiene un programa que se llama Onda Local, fue brutalmente reprimido.
Dos periodistas quedaron heridos. Uno de ellos incluso perdió
temporalmente la memoria y hasta el día de hoy tiene secuelas. Ese mismo
día asesinaron al periodista Angel Gaona en Bluefield, y
después quemaron la radio Darío. La quemaron completamente. Casi queman a
todos los empleados ahí. La quema está documentada. La dirigió un
diputado, que se llama Filiberto Rodríguez. Lamentablemente, por
descuido, uno de los mismos quemadores fue calcinado. Después han
seguido hostigando a Radio Corporación, a otros medios, a 100% Noticias,
de una manera tan brutal que al director, en una sola semana, lo
detuvieron 14 veces. Lo detenían cuando salía de su casa, y cuando iba
para su casa. En una de ellas lo encapucharon, le quitaron los zapatos,
prácticamente lo desnudaron, lo metieron en la patrulla y lo
encapucharon para amenazarlo que lo iban a asesinar. Todos esos
eran espacios de comunicación popular.
Ahora cerraron ONGs en las que hemos trabajado con educación popular,
porque en Popol Na la metodología de trabajo es la comunicación popular
y la educación popular. Podemos asegurar que el desarrollo del
movimiento campesino contra el canal interoceánico, una concesión
honerosa y vendepatria, fue posible porque se visitó las comunidades, y
utilizando la metodología de Paulo Freire, los campesinos se
dieron cuenta del impacto que esa ley tenía en sus vidas, en sus
tierras, en su agua, en sus ríos, en toda su comunidad.
– ¿Qué perspectivas tiene esta crisis?
No está claro. Ortega usó el Diálogo Nacional sólo para ganar tiempo y
organizar su contraofensiva. A partir de junio, un ejército paralelo de
policías y grupos paramilitares dotado de armas de guerra, fue lanzado
contra la población desarmada de los tranques y barricadas. Las ciudades
del país, una a una fueron sometidas al castigo infernal de
los encapuchados de Ortega. El asalto a las ciudades fue luego
continuado con operaciones limpieza que sembraron el terror por todas
partes. Hoy vivimos bajo permanentes operativos de búsqueda y captura de
todo aquel que haya participado de las jornadas que comenzaron en
abril, y cuya conclusión está por verse. Con una recién aprobada ley
anti- terrorista, criminalizan cualquier acto individual o colectivo de
protesta. Ortega está estratégicamente derrotado: no tiene posibilidades
de recomponer las alianzas perdidas, no cuenta con recursos propios
para resolver la grave crisis económica y ha perdido el respaldo
popular. Está aislado internacionalmente, pero parece decidido
a quedarse usando a fondo la represión.
La Articulación de Movimientos Sociales, que reúne un importante
caudal de fuerza organizada, empuja una política de unidad nacional por
la democracia y la justicia, que permita mantener activa la resistencia
popular. Yo estoy convencida que solo la acción decidida de nuestro
pueblo puede resolver la crisis. Estamos en contra de
injerencias extranjeras. Nada puede sustituir la verdad histórica de
que sólo el pueblo salva al pueblo y corresponde a los movimientos
sociales de Nicaragua el desafío de materializarla.
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