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martes, 18 de diciembre de 2018

La ayuda rusa a la campaña de Trump fue mayor de lo que se pensaba: senadores de EU

No terminó con la elección; aún trabajan para él

Comey, el director de la FBI despedido por el mandatario, comparece ante congresistas
Washington. La campaña de desinformación política de Rusia en las redes sociales de Estados Unidos tuvo un alcance mucho más grande del que se había pensado en un comienzo; hubo brigadas que trabajaron para desalentar al electorado negro y difuminar las líneas entre la realidad y la ficción para ayudar a que Donald Trump ganara las elecciones presidenciales de 2016, de acuerdo con unos reportes publicados este lunes por el Comité de Inteligencia del Senado.
La campaña no terminó cuando Trump asumió la presidencia, las brigadas siguen trabajando para avivar las pasiones racistas y políticas en Estados Unidos, se añade en los documentos.
Facebook, Google y Twitter se negaron a comentar los detalles de los reportes compilados por la firma de ciberseguridad New Knowledge y por el Proyecto de Investigación de Propaganda Computacional, un estudio de la Universidad de Oxford y de Graphika, una firma de análisis de redes sociales.
El reporte de Oxford detalla la forma en que los rusos enviaron sus mensajes a distintos grupos, incluidos algunos dirigidos a desalentar el voto de la población y a avivar la ira hacia la derecha.
Estas campañas enviaron el mensaje de que la mejor forma de impulsar las causas de la comunidad afroestadunidense era boicotear las elecciones y enfocarse en otros asuntos, de acuerdo con los investigadores.
Al mismo tiempo, “los mensajes dirigidos al electorado conservador y de derecha buscaban hacer tres cosas: repetir lemas patrióticos y en contra de los migrantes, provocar indignación con publicaciones sobre concesiones ‘a otros grupos’ hechas por los liberales a expensas de los estadunidenses, y para motivarlos a votar por Trump”.
El reporte de New Knowledge dice que todavía hay algunas cuentas activas ligadas a la Agencia de Investigación de Internet, que fue mencionada en la imputación del fiscal especial, Robert Mueller, en febrero por una extensa campaña en redes sociales cuya intención fue influenciar las elecciones presidenciales de 2016.
Algunas de las cuentas tienen presencia en plataformas más pequeñas debido a que las grandes compañías han intentado hacer limpieza después de que se descubrió la actividad rusa.
Dado que al menos uno de los objetivos del gobierno ruso fue logrado ante la poca diplomacia u otro tipo de contramedida, parece probable que Estados Unidos seguirá enfrentando la intromisión rusa en un futuro próximo, escribieron los investigadores.
En tanto, James Comey, ex director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), despedido por Trump, asistió a una segunda jornada de interrogatorios por parte de legisladores republicanos y demócratas.
Comey pidió que su comparecencia fuera de carácter público, pero los republicanos de la Cámara de Representantes determinaron que fuera cerrada a la prensa con el argumento de que se trataba de asuntos judiciales delicados.
Los republicanos solían entender que las acciones y las palabras de un presidente importan, el estado de derecho y la verdad importan. ¿Dónde están hoy?, preguntó Comey a periodistas en los pasillos del Congreso. También acusó a Trump de dañar la reputación de la FBI.
En otro tema, un ex socio del ex asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn fue acusado de cabildear para el gobierno de Turquía en favor de la detención y extradición de Fetullah Gulen, clérigo turco refugiado en Estados Unidos acusado de planear el fallido golpe de Estado de 2016, para derrocar al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
El socio, Bijan Kian, compareció en un tribunal federal en Alexandria, Virginia, donde fue acusado de violar la ley de Registro de Agentes Extranjeros de Estados Unidos y de conspiración para intentar que Gulen fuera extraditado desde Estados Unidos, según publicó el Washington Post. El empresario turco Ekim Alptekin, quien pagó a Kian y a Flynn, también está acusado en el proceso, pero continúa en el extranjero, añadió el diario.
Por otra parte, Trump pidió llevar a tribunales al programa de humor Saturday Night Live por una parodia de la cinta Qué bello es vivir (1946) centrada en el magnate.
“Un escándalo real es la cobertura parcial, hora tras hora, de NBC y las máquinas de centrifugado demócratas como Saturday Night Live. No es más que una cobertura injusta de noticias y comerciales demócratas. Debería llevarse a tribunales. ¡No puede ser legal! ¡Sólo difaman y minimizan! ¿Confabulación?”, tuiteó el mandatario.

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