El lunes,
postura definitiva
Se resolverá qué procede con migrantes que se encuentran en la frontera norte, indicó el canciller
▲ Se requeriría firmar un tratado que el país no aceptaría y así se le
ha dicho a EU, explicó ayer el canciller Marcelo Ebrard en conferencia
de prensa.
Ante la decisión del gobierno de Washington de enviar a
territorio nacional a solicitantes de asilo bajo proceso, México
ratificó su determinación de no convertirse en tercer país seguro. La
respuesta original de no deportar a quienes sean devueltos al país en
tanto atienden el citatorio de un juez se hizo por
razones humanitarias, afirmó el canciller Marcelo Ebrard Casaubon, en la conferencia de prensa diaria del presidente Andrés Manuel López Obrador y ante el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas.
Con la titular de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, ambos
funcionarios fueron presentados por el mandatario para, dijo, fijar una
postura
provisional, transitoriaante este tema y el lunes, en definitiva, exponer la posición del gobierno de México frente al anuncio del gobierno de Donald Trump.
Pero ahí mismo aclaró: México desea mantener una relación de
entendimiento y amistad con las autoridades de Estados Unidos y, al
mismo tiempo, defenderá sus principios de política exterior.
Ebrard Casaubon indicó de entrada que convertir al país en tercer Estado seguro sería resultado de un tratado
que México no aceptaría.
“Entonces, lo que tenemos que resolver es si aceptamos o deportamos a
esas personas que están hoy día en territorio mexicano, su inmensa
mayoría son centroamericanos, no sólo en Tijuana, sino en otros puntos
de la frontera, y que todos los días hacen una fila, hay una secuencia y
donde las autoridades norteamericanas los reciben conforme a ese listado y resuelven si los aceptan o no, luego los ingresan a un shelter (albergue) y luego finalmente van ante un juez migratorio”, explicó el funcionario.
Pero en el caso de un tercer Estado seguro, todo ese trámite de asilo
se hace en otro país y en este caso significaría que todo el
procedimiento se haría en México.
Ni hemos firmado un tratado ni lo vamos a hacer, y así se le ha dicho
en muchas ocasionesa Estados Unidos, agregó.
El canciller Ebrard insistió:
México no va a deportar a las personas que están buscando asilo; eso iría en contra de la tradición mexicana en favor del derecho de asilo; iría en contra de los derechos humanos de los migrantes.
Así, las autoridades salieron al paso de su contradictoria postura
del jueves, pues mientras Relaciones Exteriores dijo que no deportaría a
los migrantes devueltos al país por las autoridades de Estados Unidos,
la Secretaría de Gobernación, por conducto del Instituto Nacional de
Migración, afirmó por su parte que México no recibirá a esas personas
porque no tiene la capacidad operativa ni el marco legal necesario para
ello.
Aumento en 2019
En su intervención, Alejandro Encinas informó que ha
cambiado mucho la presencia de la caravana de migrantes centroamericanos
que se encuentra en Baja California y que se ha reducido de forma
significativa el número de personas que están buscando cruzar la
frontera hacia el norte.
Sin embargo, dijo, se prevé un incremento considerable del flujo
migratorio para el próximo año en busca de refugio y que podría oscilar
entre 48 mil y 80 mil personas, entre otras razones por los proyectos de
inversión anunciados por el gobierno para el sureste mexicano.
Foto Yazmín Ortega Cortés
Rosa Elvira Vargas
Periódico La Jornada
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