Mundo obrero
La comunidad internacional se ha mostrado preocupada por
la victoria del candidato Jair Bolsorano en las elecciones de Brasil.
Militar en la reserva, calificó de “gloriosa” la dictadura militar que
sufrió Brasil entre 1964 y 1985 y ha defendido a otros dictadores
latinoamericanos como Pinochet. Su machismo, homofobia y racismo han
salido a relucir en diferentes entrevistas y comentarios.
Lo que no se ha comentado tanto es la reacción de los grandes bancos tras conocerse su triunfo en la primera vuelta. El informe semanal emitido por Bankinter nada más conocerse esos resultados señalaba que “la cómoda victoria del populista pero también pro-business”
Bolsonaro tiene más cosas buenas que malas “porque aliviará tensión de
los emergentes”. “Es una buena oportunidad -añade- para posicionarse de
forma oportunista en Banco Santander (25% BNA es Brasil), Petrobrás,
Electrobrás y Vale do Río Doce porque la Bolsa brasileña seguirá
subiendo (+3,8% la semana pasada) ante la expectativa de una victoria de
Bolsonaro también en la segunda vuelta del 28”.
Por su parte, el consejero delegado de Banco Santander, José Antonio Álvarez, se mostró "optimista" con
respecto al futuro de la economía de Brasil, ante la posibilidad de que
Jair Bolsonaro pudiera acceder a la Presidencia del país.
En unas jornadas sobre el sector financiero organizadas por KPMG y
Expansión, Álvarez destacó que la respuesta de los mercados a la
victoria de Bolsonaro en la primera vuelta "ha sido extraordinariamente
positiva". No olvidemos que en Brasil es donde el Banco Santander tiene
su mayor franquicia internacional. El consejero delegado del Santander
señaló que la persona escogida por Bolsonaro para ser el futuro
responsable económico está bien valorada, en referencia al asesor
económico Paulo
Guedes, de ideas radicales de liberalización y privatización, un
ultraliberal formado en la Universidad de Chicago y seguidor de Milton Friedman.
Recordemos que esta es la política económica que aplicó a sangre y
fuego Augusto Pinochet en Chile, país en el que estaba Guedes durante la
dictadura. Ahora ha transmitido a Bolsonaro su admiración por Pinochet y
las políticas ultraliberales de la Escuela de Chicago. Aquí tenemos al
Banco de Santander felicitándose de que uno de los economistas de
Pinochet ahora llegue al poder en Brasil.
La conclusión es evidente, a la gran banca privada las dictaduras y
el fascismo les sienta mejor que la democracia. Un escenario sin Estado
que les imponga impuestos, trabajadores sin derechos y represión hacia
todo movimiento social que importune su negocio es el mejor ambiente
para que los bancos ganen millones a costa de los ciudadanos. Lo suelen
disimular, pero alguna vez se les escapa, sobre todo cuando olfatean una
victoria electoral.
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