¿Qué esperar a partir de las elecciones de medio término en EE.UU.?
Los grandes medios de difusión interpretan los resultados de las elecciones “midterm” en Estados Unidos de manera muy superficial y solo en función de la oposición entre republicanos y demócratas con un gran sesgo a favor de los demócratas por haber logrado una mayoría en el Congreso, en la cámara de diputados. La situación objetiva es que no hay tal triunfo de los Demócratas como pretenden imponer los principales medios controlados por el capital financiero globalizado por el solo hecho de haber alcanzado la mayoría en la cámara de diputados. No existe tampoco la amenaza inmediata de una guerra civil como dicen la mayoría de la comunicación periodística pro-Clinton desde el ascenso de Donald Trump a la presidencia en enero de 2017. Pues, si bien alrededor de una tercera parte (33%) de los estadounidenses se han polarizado, convirtiéndose en violentamente pro o anti-Trump, las otras dos terceras (66%) partes de la población asume una posición más moderada.
El resultado positivo es muy evidente si observamos que el escenario a favor del ´impeachment´ o caída del gobierno de Trump, de lo cual sí hablan la mayoría de los medios desde que asumió Trump la presidencia, se ha hecho imposible porque Trump dispone ahora de un apoyo de la mayoría de los gobernadores incrementado, lo cual haría posible incluso su reelección. Por ello es importante también subrayar que el Senado, donde se define la política internacional de EEUU, permanece en manos de los republicanos con un mayor apoyo hacia Trump. Hay que destacar que absolutamente todos los candidatos republicanos que contaron con la presencia del presidente Trump en los lugares donde se sometían al voto resultaron electos mientras que, los que rechazaron la ayuda de Trump fueron derrotados.
Los nuevos congresistas demócratas son jóvenes, partidarios de Bernie Sanders y muy hostiles al establishment pro-globalista del Partido Demócrata, comenzando por Hillary Clinton. Con ello, queda claro que los globalistas perdieron legitimidad formal-institucional y fuerza, no solo frente a los Republicanos sino incluso dentro del propio partido demócrata. Queda a la vista que Estados Unidos no se está desgarrando. El país más bien podría volver de manera duradera a una forma de hegemonía donde su componente imperialista e imperial ha perdido peso y se encuentra subordinado aunque sigue teniendo presencia.
Los principales perdedores de estas elecciones son, en primer lugar, la prensa y los grandes medios globalistas como CNN. A nivel de grandes personalidades, Barack Obama no tuvo el impacto en estas elecciones de lo que sí consiguió Trump en esta consulta. Si ese proceso de consolidación del presidente Trump continúa, los medios de difusión como CNN más bien tendrían que renunciar a su retórica sobre el orden moral.
El Fascismo hoy: apariencias y esencia
Uno de los objetivos de las fuerzas globalistas a partir de 2014-2017 fue evitar la integración de Eurasia bajo liderazgo de la China-multipolar[1] a través del proyecto de la Ruta de Seda. Los globalistas han provocado a través de la OTAN, la CIA y las fuerzas mercenarias como ISIS, desastres en Siria que han causado muertes por todos lados y la destrucción del país. Provocaron así migraciones de millones de sirios y las mismas no solo se fueron a Líbano sino y también fueron “orientadas” hacia la Unión Europea junto con flujos de pueblos africanos de fuga de sus países.
Estas olas migratorias provocadas se dieron especialmente en el contexto electoral de Europa en la primera mitad del año 2018.[2] Los grandes medios no nos informan sobre los desastres y genocidios que están provocando las fuerzas globalistas a través del apoyo a los mercenarios en Medio Oriente, pero sí denuncian por los grandes medios, imputan, acusan a los gobiernos y los partidos políticos de nacionalistas y fascistas cuando estos procuran frenar dichos flujos migratorios a la Unión Europea. Nos preguntamos, ¿quiénes son los fascistas en este caso; ¿aquellos (incluyendo los grandes medios) que provocan genocidios en países enteros o los que procuran frenar a las olas migratorias que fomentan los primeros? Es obvio que los grandes medios globalistas (CNN, BBC, Euronews, Al Jazzera, etc.) no se acusan a sí mismos porque ya no informan sino que condenan, pero una investigación a fondo podría llegar a la conclusión contraria.
Con las elecciones a término medio en Estados Unidos los globalistas, nuevamente usaron la misma “técnica”, fomentaron olas migratorias y esta vez de manera masiva a este país desde Centroamérica. El multimillonario y globalista Georges Soros parece haber financiado, a través de sus ONG´s, una caravana milenaria de centroamericanos, principalmente hondureños claramente muy afectados por la sequía y sin esperanzas, hacia EEUU procurando de esta forma con el llamado ´Pueblo sin Fronteras´ influenciar las elecciones a favor de los Demócratas.
Greg Hunter afirma que: “The Migrant Caravan In Tijuana Is Part Of An Agenda Pushed By The Globalists” (www.siverdoctors.com, November 23, 2018) los mismos partieron del supuesto que estas campañas fomentan una actitud nacionalista y discriminatoria de rechazo a los inmigrantes actitud que los grandes medios lo caracterizan como populismo y hasta fascismo. De acuerdo con el filósofo y escritor Umberto Eco “la primera característica de un movimiento fascista o con tendencia fascista es el miedo contra los intrusos”. Esta característica por sí sola no define el fascismo. Es una característica prácticamente orquestada por las fuerzas globalistas ya sea sobre la UE o sobre Washington buscando que en la población se genere este “rechazó a los intrusos” y que esto obligue a los respectivos estamentos de poder a potenciar este rechazo a los inmigrantes, militarizando a la sociedad civil y avanzando en una confrontación pro-expansionista. [Mientras, Trump cerró fronteras, profundizó su discurso electoral en defensa de los puestos de trabajo de los obreros norteamericanos y profundizó su política proteccionista (por medio de guerra comercial) para forzar a las trasnacionales que quieren vender en el mercado de EEUU a radicarse en EEUU.]
Hay un populismo mediático o de Internet de los medios globalistas en el que la respuesta emocional de un grupo seleccionado de ciudadanos se hace pasar como representación de la Voz del Pueblo, afirma Humberto Eco en “Las 14 características del fascismo”. Hoy en día la élite financiera globalista es representada por los grandes medios como si fuera la Voz del Pueblo. Las noticias incluyendo especialmente los twitter del presidente Trump, que les contradicen son tildadas como ´fake news´. Eco afirma que para el fascismo el desacuerdo con la Voz del Pueblo es traición.
Esta característica del fascismo caracteriza a los grandes medios globalistas. Así los globalistas logran tildar de fascistas a los partidos, gobiernos o países que se protegen frente a las políticas genocidas de las fuerzas globalistas, que al desmantelar el empleo en los países y al destruir incluso pueblos enteros provocan dichos flujos y los financian para conseguir sus objetivos.
Viendo las cosas así nosotros con razón podríamos preguntarnos: ¿quiénes son los verdaderos fascistas hoy?
¿No serán las fuerzas globalistas (la City financieras de Londres, Nueva York, Paris, etc. Esas donde Soros, Rothschild y las transnacionales financieras angloholandesas son la voz detrás de cada trono, de cada banco central) el candidato más serio a ser considerado como el verdadero fascista, el verdadero promotor del fascismo ya que es el gran publicista del fascismo a través de sus grandes medios de comunicación, aunque las apariencias producidas por La Voz del Pueblo (globalista) nos construya la apariencia de todo lo contrario?
La caravana de migrantes hondureños fue una trampa en la que han caído miles de centroamericanos que atravesaron el país azteca. Los medios nos informan que son 7 mil personas que intentaron llegar a los Estados Unidos. Después de las elecciones, sin embargo, vemos con sorpresa que el 20 de noviembre, la Secretaría de la Gobernación de México dijo que las autoridades brindarían asistencia a 5.605 migrantes provenientes de Honduras, El Salvador y Guatemala, en las ciudades de Tijuana y Mexicali, ubicadas en el estado de Baja California, fronterizo con EEUU. Aparentemente, luego del resultado obtenido en las elecciones de medio término, las fuerzas globalistas (Establisment financiero Demócrata) ya dieron por concluido su objetivo de influir (con los flujos migratorios provocados) en las elecciones. Su red financiera dejó de tener interés en seguir apoyando a la caravana y ha sido el gobierno de Trump, quien a partir de ahí ha podido presionar al gobierno mexicano de buscar una solución local al asunto.
El embajador mexicano en EEUU, Gerónimo Gutiérrez afirmó ante Sputnik News que "México reconoce que existe una situación humanitaria importante y difícil en este momento. Y, por lo tanto, estamos brindando una respuesta humanitaria que consiste básicamente en ofrecer una posibilidad para que la gente solicite el estatus de refugiado en México". Añadió que "también se ha trabajado para ofrecerles y reforzar un programa donde realmente tengan oportunidades de empleo en México. Y eso es precisamente en lo que estamos enfocados en este momento". No obstante, en Tijuana, la población local ha resistido con fuerza recibir los grandes flujos de migrantes centroamericanos, fomentando así el nacionalismo en México.
La geopolítica del fundamentalismo religioso
Con la llamada «primavera árabe» iniciada en 2010-2011, la operación de la OTAN tenía como objetivo imponer a la Hermandad Musulmana en el gobierno de todos los países árabes, cueste lo que cueste. El principal objetivo de los globalistas en esta jugada estratégica, sin duda tenemos que buscarlo más en torno al área de influencia de China con el proyecto de integración de Eurasia alrededor del Proyecto de la Ruta de Seda, alcanzando incluso las costas del Atlántico en Europa. Las fuerzas de la OTAN han logrado alinear los gobiernos europeos como verdaderos lacayos para iniciar una campaña de apoyo a los islamistas en Siria y a Medio Oriente en general. En 2018 inician una campaña en apoyo a los islamistas chinos internados preventivamente en campos de reeducación. Esta campaña occidental en defensa de los islamistas chinos se inició el 13 de noviembre de 2018 en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, (muy influenciado por las fuerzas globalistas) con sede en Ginebra.
La República Popular China –al igual que ciertos países occidentales– facilitó la partida de los islamistas hacia el Medio Oriente, creyendo erróneamente deshacerse de ellos. Sin embargo, las autoridades acabaron por darse cuenta que el remedio era peor que la enfermedad, ya que los islamistas que se iban a luchar a Libia y Siria servían de ejemplo a los nuevos islamistas reclutados en suelo chino. Numerosos atentados comenzaron a tener lugar, no sólo en las regiones musulmanas de China sino también en otras.
Los musulmanes que vivían en la región china de Xinjiang (o Sinkiang) disponían hasta ahora de numerosas dispensas que los exoneraban de ciertas leyes aplicadas a todos los chinos. Por ejemplo, podían tener varios hijos, cuando los demás chinos estaban autorizados a tener sólo uno. En el pasado, la CIA estadounidense apoyó en esa región china a los separatistas uigures, exactamente por las mismas razones que la motivaban a respaldar a los separatistas chechenos en Rusia. Actualmente, la CIA apoya a los yihadistas, lo cual resulta diferente aunque su objetivo sigue siendo debilitar a Pekín y Moscú.
Las fuerzas globalistas se han volcado en estos países debilitados, pretendiendo implantar una sociedad civil y religiosa a su imagen y semejanza y, eso sí, muy autoritarios y a su servicio. Y los lacayos de Europa lo han permitido. Es a esta (por los medios llamada) ´sociedad civil´ a la que hace frente Putin desde hace varios años, prohibiendo que las ONG reciban fondos extranjeros, una medida por otra parte ya extendida por el mundo. Frente a esta ´invasión musulmana´, la Rusia de Putin, aunque inicialmente anclada en un principio de ateísmo, no ha tardado en acercarse al patriarcado de Moscú para contraatacar en su antigua zona de influencia soviética.
No hubo en América Latina la misma política, aunque igual apunta a la generación de gobiernos autoritarios inspirados en el fundamentalismo religioso. Con los millones de dólares que la Iglesia evangelista ha invertido en América del Sur acaban de comprar la octava potencia económica mundial (Brasil). Faltó muy poco para que Costa Rica, con su tradición civil y democrática cayera también en 2018. En África, son también los pentecostalistas quienes promulgan su odio hacia los demás y tratan de colocar a sus adeptos autoritarios en los Gobiernos. Es preciso entender que la política globalista apunta a un colapso económica a nivel mundial, coyuntura en la que pretende instaurar un gobierno mundial autoritario con moneda global y en el cuál estos gobiernos autoritarios les darían el apoyo incondicional.
Un colapso económico mundial anunciado; y ¿después qué?
Hoy en día, Jerome Powell es el que preside la Reserva Federal (FED) de EE.UU. y sigue una política de restricción monetaria haciendo subir las tasas de interés y retirando liquidez del mercado. La expansión monetaria se redujo en EE.UU. a partir de diciembre de 2013 y se paró en noviembre de 2014. En octubre de 2017, al año del gobierno de Trump, comenzó la contracción monetaria, elevando tasas de interés y retirando liquidez del mercado. Los analistas estiman que retirar una suma de 600 mil millones de dólares equivale a un aumento del 1% en las tasas de interés. De esta manera habrá que sumar al aumento de la tasa de interés que proyecta la Fed de 2015 a 2020, equivalente a 3.5%, otro 3% por el retiro de liquidez que realizó la Fed. El aumento real de la tasa de interés sería en tal caso del 6.5%, respecto a una base de interés de tasa 0% 5 años antes. Es la política de restricción monetaria más espectacular de la historia de la Fed (Banco Central de EEUU).
Con semejante política de restricción monetaria, el pago de las deudas públicas y privadas se tornan más costosas, elevando así la probabilidad, posibilidad y seguridad de ´caer´ en una incapacidad de pagos, fomentando de este modo una crisis bursátil. No obstante la Fed, instancia privada manejada por las fuerzas globalistas, no ´ve´ ni señala esto como un riesgo importante. La Fed es manejada, así como los bancos centrales en general, por el Banco de Basilea, el banco de todos los Bancos centrales y en manos de las fuerzas globalistas también. La realidad es que la Fed conscientemente encamina la economía de EEUU hacia una crisis bursátil y un colapso económico sin precedentes, arrastrando de ese modo a la economía de todo Occidente y, tal vez, la del mundo entero.
Las élites globalistas incluso ven con muy buenos ojos el desmantelamiento de la Fed, ya que esto abre el camino para la muerte del dólar como moneda internacional de referencia y simultáneamente crearía una coyuntura para la introducción de una moneda global de un nuevo orden monetario internacional manejada por las transnacionales financieras globalistas desde la red global de Cities financieras.
En una publicación de noviembre de la jefatura del FMI, Cristine Lagarde, titula “Winds Of Change: The Case For New Digital Currency”, el FMI argumenta a favor de la adopción de una crypto-moneda global para la política monetaria futura. Al mismo tiempo plantea que el rol de EE.UU. como centro del mundo y el dólar como moneda de reserva a nivel mundial ha de restringirse. Lagarde sugiere que la solución para todos los problemas fiscales sería la introducción de una crypto-moneda a nivel global controlada por el FMI. La única cuestión no abordada en el documento de Lagarde es: Cómo el FMI planea acoplar la canasta actual de monedas al proyecto de una crypto-moneda global, un tema evidentemente geopolítico que prefiere no abordar o no aclarar.
El presidente Donald Trump no tendría mayor problema con la política globalista de desmantelar la Fed lo cual debilitaría a su oponente principal en EEUU; pero sí con la introducción de una moneda global manejada por las fuerzas globalistas, lo cual potenciaría a su oponente principal en EEUU.
La coyuntura que los globalistas necesitan evitar con la Fed, es una coyuntura que termine/derrote a sus políticas de contracción monetaria. Porque a partir de entonces las tasas de interés serán definidas en EEUU por el Departamento de Tesoro (Ministerio de Economía) que sí depende de Trump y Mnuchin (Continentalista de Washington-Goldman Sachs), creándose así la oportunidad para “bloquear” la política globalista de reducir la liquidez monetaria. Además, no están dadas las condiciones para que los globalistas puedan controlar por la fuerza y menos con hegemonía y legitimidad la política monetaria global a través del FMI. En el FMI, luego del triunfo electoral de 2018 de Trump y del acuerdo de 2018 por el Brexit, la fuerzas globalistas continúan perdiendo terreno, a la vez que China-Brics, la Alemania-Francia-e-Italia del UE y el RU pro Multipolarismo se fortalecen.
China y el nuevo Proyecto de una Formación Social a nivel de Eurasia, en torno al proyecto multi-continental de la Ruta de Seda, lucharán por un mundo monetario multipolar. Lo cual quiere decir, que la crypto-moneda multipolar-pluriversal estará basada en diferentes monedas grandes en el mundo dejando lugar al dólar así como al euro y obviamente al yuan chino. China ya ha manifestado estar dispuesto a sostener a la economía norteamericana ante la crisis de las monedas virtuales como el dólar y ha ofrecido garantías (de leasing) en oro a EE.UU para poder volver incluso al patrón oro.
Lograrlo, y el año 2019 probablemente será el escenario, significaría el fin definitivo de las políticas globalistas en el mundo. Si se habla de una posible gran guerra a nivel mundial, hemos de adelantar que tal conflicto no será provocado por los gobiernos nacionalistas, supuestamente fascistas, sino por las fuerzas globalistas en su afán de imponer su voluntad al mundo entero a ´cualquier precio´ para la humanidad y la naturaleza. Es ese el momento donde se revelará ´a cuerpo desnudo´ el verdadero ´director detrás de escena´ del “fascismo del siglo XXI”. Sin embargo también es el momento y la coyuntura de una crisis final del capitalismo y la transición hacia una nueva era a como hemos abordado en nuestro último libro “El capital frente a su declive”[3].
https://www.alainet.org/es/articulo/197180
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