Moscú. El titular del Kremlin, Vladimir Putin, subrayó
este jueves que Estados Unidos, con su proclamada intención de abandonar
tratados clave en materia de desarme nuclear, empuja al mundo hacia
un peligroso precipicio, y advirtió que Rusia está preparada para hacer frente al desafío de garantizar su seguridad, aunque se vea obligada a invertir más recursos en una nueva carrera armamentista.
El jefe del Ejecutivo ruso reiteró que si Washington se retira del
Tratado INF (por sus siglas en inglés, firmado en 1987 para eliminar los
misiles de corto y medio alcance, fundamentalmente en Europa, que en
esa época era el campo de confrontación entre Occidente y el bloque
socialista), Moscú tendrá que tomar medidas para restablecer el
equilibrio estratégico.
Sin entrar en detalles, Putin dio a entender lo que hace poco señaló
sin ambages el Estado Mayor del ejército ruso en el sentido de que las
ciudades europeas volverán a estar en la mira de los misiles rusos, como
en los tiempos de la guerra fría.
Criticó que Washington no dé señales de querer sentarse a negociar la
extensión de otro crucial pacto que limita el número de misiles
balísticos y de ojivas nucleares, que expira en 2021.
“Asistimos a la desintegración del sistema global de control de
armamento (…) No quiere (Estados Unidos) hablar de esto, no importa.
Vamos a sobrevivir y a garantizar nuestra seguridad, que sabemos cómo
hacerlo”, repitió.
El presidente ruso dijo también que Estados Unidos está considerando
instalar cargas convencionales en misiles balísticos, lo cual –en su
opinión– genera confusión y aumenta el riesgo de desencadenar una
hecatombe nuclear.
Si ello sucediera, ni Dios lo quiera, podría destruir toda la civilización, ser el fin de nuestro planeta. Espero que prevalezca el sentido común y que el instinto de conservación no lleve las cosas a esos extremos (apocalípticos), expresó.
El mandatario ruso habló en la conferencia de prensa que cada año
ofrece a reporteros. La mayor parte de las preguntas, como siempre,
fueron formuladas por enviados venidos de toda Rusia, que convirtieron
la sala en un espectáculo por su forma de llamar la atención con
carteles, banderitas y trajes típicos, mientras los pocos periodistas de
medios críticos que asistieron se quedaron con las ganas de preguntar
algo.
Juan Pablo Duch
Corresponsal
Periódico La Jornada
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