Entrevista a la economista Leda Paulani, profesora de la Universidad de São Paulo (USP)
Brasil de Fato
Las
medidas económicas del gobierno de extrema derecha de Jair Bolsonaro
que empujan el país hacia el abismo del ultraliberalismo fueron
analizadas por la economista Leda Paulani, en vivo durante el programa
"Jardín de la Política". Durante la entrevista, la profesora del departamento de Economía de
la Universidad de São Paulo (USP) y profesora visitante de la
Universidad Federal de ABC (UFABC), alerta sobre una profundización de
lo que fue llamado 'tsunami de privatizaciones', en el futuro gobierno.
"Los bancos públicos importantes, la Petrobras, que tiene capital
abierto etc. y tal. Todo eso está en la mira de esas personas".
Jardín de la Política.- ¿Cómo ve la medida del gobierno de
juntar los ministerios de Hacienda y de Planificación en el mismo
‘paraguas’? ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de tener un súper
ministerio con tantos poderes para Paulo Guedes?
Leda Paulani.- Muy poco fue anunciado de hecho, el ni
tenía programa de gobierno, no sólo en el área de economía, sino en
diversas áreas. Lo que sucedió es que, en el área de la economía, a
pesar de no tener un programa explícito, conseguimos deducir lo que se
viene por delante considerando las características de los tales
superministros del tipo ‘estación de servicio Ipiranga’ [hacia donde
deben ser dirigidas todas las preguntas], como Paulo Guedes.
El es un economista ultraliberal, de los que creen que el Estado, en
principio, no debería ni existir. Sin embargo, como el Estado debe
existir en la economía capitalista, porque en la economía de mercado, el
Estado tiene que garantizar las reglas, dar garantía jurídica a los
contratos. Entonces, se admite el Estado, pero tiene que ser lo más
pequeño posible. Tiene que meterse lo menos posible en el juego del
mercado.
Eso lleva a una profundización del programa neoliberal que fue
abrazado integralmente por el gobierno de Temer. En realidad, en los
gobiernos anteriores del Partido de los Trabajadores (PT) no se abandonó
el neoliberalismo. En muchos momentos, la política económica fue la del
neoliberalismo, pero en algunas cosas fueron contra. Por ejemplo, hubo
un pare en las privatizaciones, los propios programas sociales, por los
impactos que tuvieron, acabaron influenciando el fortalecimiento del
Estado, lo que no era bien visto por el liberalismo y el neoliberalismo.
La política exterior fue también lo contrario de lo que se esperaba de
un país neoliberal.
El gobierno de Temer cambia todo eso y adopta el manual liberal. El
gobierno de Bolsonaro va a profundizar eso. No hay dudas por el perfil
de Paulo Guedes.
Jardín de la Política.- ¿Qué significa eso?
Leda Paulani.- Bueno, es el intento de reducir aún más el papel del Estado. En medio
de eso, va la continuidad de la reducción de los derechos laborales, la
usurpación de los derechos laborales, hasta la reforma de las pensiones
y la privatización en alto grado.
Es la privatización de todo lo que se consiguió preservar, bien o
mal, de este tsunami de privatizaciones que viene desde los años 1990.
Los bancos públicos importantes, la Petrobras, que tienen capital
abierto etc. y tal, pero el control aún es del Estado. Todo eso está en
la mira de ellos.
Jardín de la Política.- El próximo gobierno anunció posiciones sobre la política
económica que pueden tener fuerte impacto en la economía. Una de ellas
es tomar partido en esa guerra comercial entre EE. UU. y China. El habló
también de trasladar la Embajada de Brasil de Tel Aviv a Jerusalén.
Leda Paulani.- Los tres mayores productos de exportación de Brasil son hoy:
minerales de hierro, soja y petróleo crudo. Y China es nuestro socio más
grande. Y tenemos también los países árabes en el caso de la carne de
buey, que es el quinto o sexto producto. Después del petróleo, vienen el
café y el azúcar. Tenemos solo un producto industrializado en la lista
de los diez principales ítems de exportación, en términos de valor, que
son los automóviles. Y nuestro principal comprador de automóviles es
Argentina, con quien Bolsonaro también se indispuso, porque dijo que no
iba a hacer la primera visita a Argentina, porque descubrió que Macri
[presidente argentino] había elogiado a Fernando Haddad [candidato del
PT en las elecciones 2018] en algún momento de la vida; entonces, es de
una infantilidad increíble.
Pienso que los exportadores se están moviendo mucho para arreglar los
estragos [de los discursos y amenazas de Bolsonaro] porque el gran
capital exportador de bienes agrícolas y de bajo valor agregado, que es
lo que nos volvimos desgraciadamente, no deben estar nada tranquilos con
este tipo de posicionamiento. Porque está indisponiendo al país, desde
el punto de vista diplomático, con los principales socios de los
principales productos que Brasil tiene para exportación.
Si tenemos hoy una relativa tranquilidad, desde el punto de vista de
las cuentas externas, por el nivel de reservas que se consiguió
acumular, es por el hecho que esos productos tuvieron mucho éxito en los
últimos años en términos de precios y volumen.
Jardín de la Política.- También está la posición de Bolsonaro en relación con el
Mercosur. Dijo que no va a priorizar los acuerdos hechos en el ámbito
del Mercosur.
Leda Paulani.- No en vano la [Confederación Nacional de Industrias] CNI se posiciona
contra esa idea de Bolsonaro, porque nuestros socios compradores de los
pocos productos industrializados de Brasil, donde tenemos alguna
importancia y relevancia, son los países del Mercosur. En el caso de los
autos, las ventas son casi 100% para países latinoamericanos y la
mayoría del Mercosur.
Hasta antes del golpe de 2016, la política exterior de Brasil, con el
canciller Celso Amorim, a quien respeto muchísimo, era una política
externa altiva y activa. Altiva porque no hacíamos alineamientos
incondicionales con nadie. Activa por movilizar las fuerzas del mundo
fuera del eje de los países más desarrollados, para reequilibrar el
mundo de alguna forma, por medio de la diplomacia. La diplomacia tiene
consecuencias efectivas y materiales.
Todo el movimiento alrededor de los BRICS [bloque económico formado
por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica], en el que Brasil tuvo un
papel fundamental, fue la secretaría. La disposición de la diplomacia
brasileña de construir efectivamente los BRICS fue fundamental y lo
mismo fue con el Mercosur. Eso desagrada a un país imperial e
imperialista como los EE. UU. No se quedan tranquilos con eso. Ellos
estaban viendo aquí a los potenciales rivales, Brasil menos, en fin,
pero China, Rusia e India uniéndose con Brasil y Sudáfrica. Se fue
creando una fuerza que comenzó a incomodar.
Lo mismo sucede con el Mercosur, porque si el Mercosur fortalece el
alineamiento casi automático que los países de América Latina tuvieron, a
lo largo del todo el siglo 20, con la política estadounidense deja de
existir.
Eso sucedió cuando se combinaron varios gobiernos de países de
América Latina yendo hacia el centro y centroizquierda. Eso fortaleció
la idea del Mercosur y afectó, por ese lado, los intereses de los
americanos.
El gobierno de Bolsonaro ya se alió clara e incondicionalmente al
gobierno estadounidense. Volvió a ser una relación inerte y subordinada.
En vez de altiva pasa a ser subordinada de la gran potencia americana,
como si eso fuera una buena medida para la economía, y no lo es.
La entrevista para el programa Jardín de la
Política corrió a cargo de Leo Fernandes y Nina Fideles, con
la colaboración de Juca Guimarães.
Traducción: Pilar Troya, para Brasil de Fato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario