
▲ Un aficionado del equipo de la Universidad de Chile devuelve un bote 
de gas lacrimógeno a la policía antidisturbios durante los 
enfrentamientos de ayer en los alrededores del Estadio Nacional de 
Santiago.
Santiago. Un hombre de 24 años murió este viernes tras 
haber recibido un disparo en la cabeza y se convirtió en el cuarto 
fallecido esta semana durante los violentos disturbios en el marco de la
 crisis social en Chile.
El estudiante Ariel Jesús Moreno, de 24 años, recibió el proyectil la
 noche del miércoles cuando se encontraba en la comuna de Padre Hurtado,
 al sur de Santiago, tras lo cual fue llevado en estado de gravedad a un
 hospital donde falleció dos días después, confirmó el centro médico a 
medios locales.
El hecho ocurrió durante una protesta por el fallecimiento de Jorge 
Mora, un hincha, de 37 años del club de futbol Colo-Colo, atropellado 
por un camión del cuerpo de Carabineros, a la salida de un partido entre
 los equipos Colo-Colo y Palestino en el estadio Monumental, la noche de
 martes.
La muerte del fanático encendió los disturbios que habían reducido su intensidad en semanas recientes. La Garra Blanca,
 la violenta barra de Colo-Colo, convocó a manifestaciones que derivaron
 en saqueos e incendios en los comercios, además de oficinas públicas y 
autobuses del transporte público que continuaron durante la semana.
El miércoles un manifestante que participaba de los disturbios murió 
atropellado por un autobús robado y otro falleció asfixiado durante el 
incendio de un supermercado que fue saqueado en la madrugada.
La noche del viernes un fuerte incendio afectó a un centro 
universitario en el centro de Santiago y se registraron incidentes 
violentos en la marcha que congregó a miles para homenajear al hincha 
Jorge Mora. El hecho recrudeció las tensiones en el país y por primera 
vez en lo que va del año volvieron a registrarse incendios, saqueos y 
muertos.
En Coquimbo, aficionados suspendieron el partido del club regional contra el Audax al saltar a la cancha con el cartel 
Calles con sangre, canchas sin futbol.
Ayer, Carabineros reprimió a partidarios de la Universidad de Chile 
en las inmediaciones del Estadio Nacional, que instalada la dictadura 
del general Augusto Pinochet (1973-1990) se convirtió en centro de 
tortura y desaparición de miles de opositores.
La crisis social comenzó el 18 de octubre, con graves desórdenes y 
manifestaciones de rechazo a la desigualdad existente en el país y 
contra el sistema de pensiones heredado de la dictadura de Pinochet, 
entre otras demandas sociales.
La cifra de muertos desde que comenzó el estallido social hasta el 28
 de enero alcanzó a los 31, según un informe actualizado de la fiscalía 
chilena difundido esta jornada.
Los últimos decesos multiplicaron las exigencias de organizaciones 
sociales y partidos de oposición de que el general Mario Rozas, director
 de Carabineros, renuncie a su cargo.
No obstante, el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, y otros 
funcionarios del gobierno reiteraron su apoyo a Rozas, a pesar de las 
fuertes críticas de entidades nacionales y extranjeras contra las 
violaciones a los derechos humanos en el país, cometidas en su mayoría 
por las fuerzas de Carabineros, a partir de que comenzaron las 
protestas.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos entregó el jueves un 
informe en Santiago sobre el estallido social y estimó que Chile 
vive una grave crisis de derechos humanosante
abusos, detenciones y uso desproporcionado de la fuerza, por agentes de seguridad del Estado. Chile cierra una semana más con un panorama incierto. El 26 de abril se efectuará una consulta que definirá si se cambia la Constitución trazada por la dictadura pinochetista.
Foto Afp
Afp, Ap y Prensa Latina 
Periódico La Jornada
 
 
 
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