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viernes, 21 de febrero de 2020

Trudeau se consolida como principal aliado de Trump


Fuentes: Alainet

Traducido del francés para Rebelión por Susana Merino
El Grupo de Lima se reunirá el 20 de febrero de 2020 en Gatineau, una ciudad de Quebec ubicada frente a la Colina del Parlamento de Ottawa al otro lado del río. El grupo se creó el 8 de agosto de 2017 en Lima, Perú. Doce países fueron los primeros signatarios de la Declaración de Lima: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú. Estados Unidos no es miembro. Desde el establecimiento inicial del grupo hace dos años y medio, otros dos países, Bolivia y Haití, se han unido a ellos. Ambos están liderados por gobiernos títeres estadounidense / occidentales. Trudeau, junto a Trump, desempeñó un papel determinante en el golpe de Estado del otoño pasado contra el primer presidente indígena boliviano Evo Morales para instalar un nuevo «gobierno» fascista. Con respecto a Haití, Canadá constituye, junto con Estados Unidos y Francia, un factor clave, a través del Grupo Central, para mantener el poder sobre Haití. México,por su parte, se retiró después de que su gobierno girara hacia la izquierda con una política exterior independiente de Estados Unidos. El objetivo principal del Grupo de Lima es lograr en Venezuela un cambio de régimen contra el gobierno de Maduro.
Desde el principio (e incluso antes de formarse el Grupo de Lima) el gobierno de Trudeau aspiraba a ser la principal fuerza política contra Venezuela, con Colombia como su agente armado. Desde el 11 de noviembre de 2016 hasta la fecha el sitio web del gobierno canadiense dedicado a la “Crisis en Venezuela” contiene 97 declaraciones de Canadá, del Grupo Lima y de organizaciones multilaterales. Las declaraciones constituyen una larga lista de exigencias imperialistas y arrogantes, amenazas, ultimátumes y sanciones. Sin embargo, esas 97 declaraciones son solo una parte de la estrategia de Trudeau. Se sirve de su ventajosa situación de no ser un Trump y de su capacidad de comunicarse en inglés y francés para ayudar con éxito a Trump no solo en América Latina, sino también en Europa.
La reunión de Gatineau es la tercera que organiza Canadá luego de las del 27 de octubre de 2017 en Toronto y del 4 de febrero de 2019 en Ottawa. Con esta reunión Canadá habrá sido el anfitrión de más reuniones del grupo, incluso más que Perú. Sin embargo, Canadá es claramente el país más alejado de América Latina, lo que testimonia el entusiasmo de Trudeau por el «liderazgo» de Canadá respecto a Venezuela.
¿Por qué Canadá está tan comprometido con Venezuela? Hay muchas explicaciones para las cuales este autor, como otros, ha proporcionado pruebas documentadas en el contexto de la actual Gira de Conferencias Internacionales sobre América Latina. Sin embargo, por ahora solo abordaremos una: Trudeau lucha para conseguir para 2021-2022 un puesto no permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y utiliza el caso de Venezuela para reforzar su visibilidad en el ámbito internacional. Además, el gobierno de Trudeau ya no tiene reserva alguna sobre su objetivo respecto al Consejo de Seguridad. El 11 de febrero, anunció de la siguiente manera que viajaría a Barbados para reunirse con los dirigentes de la comunidad caribeña: “Mientras Canadá solicita su candidatura a ser elegido para el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en 2021-2022 continuaremos promoviendo intereses comunes en beneficio de las personas y las empresas en Canadá, el Caribe y en todo el mundo» (Comunicado del primer ministro de Canadá).
Los otros países que compiten por el puesto son Noruega e Irlanda. La ONU no necesita otro aliado americano, como Canadá, que también ha sido denunciado por la ONU por el genocidio contra sus comunidades originarias mientras que apoya completamente a Trump en el exterior. Para la ONU, podría ser cualquiera menos Canadá
La peculiaridad del Grupo de Lima es que no favorece la intervención militar, sino que opta por una «solución pacífica» a la «crisis venezolana». Sin embargo, entre las 97 declaraciones canadienses encontramos sanciones canadienses que en sí mismas se consideran una forma de guerra, tal como señala un estudio que indica que 40.000 venezolanos perdieron la vida en 2017-2018 luego de las sanciones estadounidenses. Además, ninguna de las 97 declaraciones interpela al gobierno Trump ni siquiera por sus sanciones más severas que constituyen un hecho de guerra, como incautar barcos que transportan alimentos a Venezuela y además en aguas internacionales. Ninguna de las declaraciones critica, ni siquiera moderadamente, las acciones paramilitares estadounidense-colombianas contra Venezuela. La guerra cibernética librada por Estados Unidos contra la red eléctrica venezolana, que dejó a millones de personas en la oscuridad durante muchos días, únicamente produjo declaraciones que criticaban al gobierno venezolano por ser la causa de los cortes de electricidad. La hipocresía de la opción por la “transición pacífica” reside en el hecho de que el propio Estados Unidos no se opone a ella, ya que afirma constantemente que quiere evitar la solución militar y favorecer una “solución pacífica” pretendiendo que la opción militar no es sino una opción mientras que libra una guerra económica.
Lo importante es la razón que esgrime el equipo Trump-Trudeao para evitar una opción militar. ¿Se trata de los indecibles sufrimientos, la miseria y los muertos que acarrearía una intervención militar? No, temen que esa intervención refuerce el chavismo al afirmar su imponente y mundialmente conocida razón de ser antiimperialista.
Además, entre los “pacíficos” del grupo Lima están Colombia y Chile, conocidos por sus violaciones de los derechos humanos contra sus propios pueblos, incluidos los asesinatos. Aunque el gobierno de Trudeau ha publicado 97 declaraciones sobre Venezuela no ha añadido una sola palabra sobre las violencias perpetradas en Chile y en Colombia ni sobre las de su títere, el gobierno haitiano.
Por último, la reunión de Gatineau-Lima se lleva a cabo en el contexto de una crisis nacional en Canadá que opone a la nación wet’suwet’en de las naciones originarias y a sus cada vez más numerosos aliados en Canadá en la defensa de sus tierras ancestrales a las presiones del gobierno de Trudeau para construir un gasoducto de gas natural impuesto legalmente en su país. Colonialismo en casa, imperialismo en el extranjero.
De hecho el 17 de febrero Trudeau tuvo que suspender su viaje al Caribe debido al cada vez mayor movimiento de solidaridad con la nación wet’suwet’en no solo entre las naciones originarias sino también entre las organizaciones sindicales y los movimientos sociales de todo el Canadá.
El mensaje que los canadienses pueden enviar a Gatineau es una firme oposición a las sanciones canadienses y estadounidenses a Venezuela. Trump y Trudeau no deberían tocar Venezuela.
Estamos en un buena posición. Puede que Trudeau parezca tener éxito en su búsqueda insaciable de reconocimiento internacional para lograr su objetivo de ocupar un puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU usando como vehículo a Lima y Venezuela. Sin embargo, Trump y Trudeau son “reyes desnudos” porque su títere Guaidó fue expulsado por el pueblo del aeropuerto de Caracas cuando aterrizó al regresar de su gira internacional que incluyó Estados Unidos y Canadá. Lima-Gatineau resultará ser una victoria pírrica para Trudeau.
Arnold August es un periodista y conferenciante canadiense autor de Democracy in Cuba and the 1997–98 ElectionsCuba and Its Neighbours : Democracy in Motion y Cuba–U.S. Relations : Obama and Beyond. Colabora con muchos sitios web, programas de televisión y radio en América Latina, en Europa, América del Norte y Oriente Próximo.  TwitterFacebook  y su web trilingüe www.arnoldaugust.com.

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