1. Colombia, según su número de habitantes y extensión territorial, es uno de los países más fuertes de América Latina. Si bien Brasil y México se colocan arriba, Argentina y Colombia son el 3 y 4 en importancia. Pero de esos países Colombia destaca por la cantidad de bases militares yanquis instaladas con el acuerdo de sus respectivos gobiernos. El pretexto ha sido siempre, destacar decenas de miles de soldados de EEUU para combatir las guerrillas, así como al narcotráfico “ligado” a ellas. Los gobiernos de EEUU han instalado estratégicamente acordando con gobiernos peleles y traidores, casi un centenar de bases militares cerca de cada uno de los países que consideran peligrosos para sus intereses: Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Cuba.
2. Recuerdo en la historia a “La Gran Colombia” como país de América creado en 1819, al unirse Venezuela y la Nueva Granada en una sola nación bajo el nombre de República de Colombia instigados por Simón Bolívar Después se unieron Panamá (1821), Quito y Guayaquil (1822). Esta última fecha -1822- me recuerda también la unidad de Centroamérica con México gobernado entonces por el imperio de Iturbide, apenas proclamada su Independencia de España. Luego de romperse esas uniones de la Gran Colombia y Centroamérica, se registró una recomposición del mapa de nuestro continente. Por ello las grandes luchas de las guerrillas en Colombia –sobre todo de la FARC- que se reinician en 1964 y acuerdan en 2016 no pueden terminar con un simple “nos vemos y ya”.
3. El gobierno colombiano de Manuel Santos, que firmó la paz con las FARC, dejó el gobierno en manos de Duque Márquez, derecha dominada por el ultrafascistoide Uribe Vélez. Incluso, mucho antes de firmar la paz, los seguidores de Uribe declararon que no aceptarían el acuerdo. A pesar de ello, conociendo esa realidad muchos guerrilleros aceptaron entrarle a la legalidad pero otros desconfiaron y han regresado a la lucha. Afortunadamente el grupo guerrillero del Ejército de Liberación Nacional (ELN) –donde militó en los años 60 el sacerdote Camilo Torres que murió en combate- tampoco firmó. Con esta nueva traición de la gran burguesía –repetida miles de veces a través de los siglos en todo el mundo- puede reiterarse que nunca hay que confiar en los enemigos de clase social –que guardan el veneno en la cola-, siempre dispuestos a matar.
4. Por ello me causó una magnífica noticia, publicada hoy en periódicos, en el sentido de que “Dos grupos guerrilleros que no entraron en el Acuerdo de paz que condujo a las FARC a abandonar las armas hace cuatro años declararon el pasado viernes un paro armado que tiene en alerta a media Colombia. El reto lanzado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) finalizará el próximo lunes, mientras que el Ejército Popular de Liberación (EPL) ha proclamado un paro armado indefinido en la región noroeste del país, cerca de la frontera con Venezuela. Espero que la fuerza de los guerrilleros sea suficiente para resistir al gobierno colombiano que –como enemigo criminal- sólo piensa en perseguirlos y masacrarlos.
5. Se ha publicado que en estos dos días (viernes y sábado) la acción de los dos grupos guerrilleros han propiciado un balance de media docena de policías heridos, un par de camiones incendiados, carreteras cortadas y desactivación de varios artefactos explosivos por parte de las fuerzas armadas, especialmente en el Cauca y Norte de Santander. El Ministerio de la guerra de Colombia señaló que “las unidades militares se encuentran en estado de máxima alerta”. Digo yo que nunca han dejado de estar, sobre todo persiguiendo a los campesinos de la región antes dominada por las FARC, mediante la acusación de que son narcotraficantes. Mis lecturas sobre el tema y mis experiencias históricas de sucesos en el continente, me llevan a la convicción de que las batallas en Colombia continuarán.
6. En México el levantamiento indígena del EZLN fue en 1994 y los del EPR se registraron en los últimos meses del milenio. Sin embargo, desde entonces, han ocupado gran parte del territorio mexicano, -además de decenas de miles de soldados del ejército y la marina- cientos de grupos armados de “narcotraficantes” que han profundizado la inseguridad en el país y producido más de 500 mil muertos asesinados, además de otro tanto de desaparecidos. No se puede adelantar la idea de que los procesos electorales han sustituido las guerrillas en América Latina. Colombia podrá jugar un papel importante para repensar la estrategia de lucha en estos países de América que llevan varios siglos luchando por su nueva independencia y liberación. (16/II/20)
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