Crece disputa entre progresistas y centristas demócratas
La próxima batalla electoral será en Nevada
Trump triunfa sin problema
▲El candidato
socialista democráticoBernie Sanders triunfó anoche en las primarias del Partido Demócrata en Nuevo Hampshire, aunque por estrecho margen frente al ex alcalde Pete Buttigieg.Foto
Nueva York. En la segunda contienda interna para capturar
la candidatura presidencial del Partido Demócrata, se proyectó el
triunfo del socialista democrático y se hundió más el abanderado de la
cúpula, al intensificarse la disputa entre las filas progresistas y las
centristas al inicio de este ciclo de elecciones primarias.
El senador Bernie Sanders, por ahora, cimentó su posición y creó
ímpetu como el líder entre los aspirantes demócratas, con el apoyo vital
de los jóvenes, quienes son clave para el futuro del candidato más
viejo en torno a su mensaje de una
revolución política.
Pero su margen de triunfo en Nuevo Hampshire fue mucho más reducido
de lo esperado frente al ex alcalde Pete Buttigieg, centrista, quien
también disputó el triunfo en Iowa, provocando preocupación entre las
filas de Sanders que esperaban una victoria más definitiva anoche.
Por su lado, Joe Biden ni siquiera esperó los resultados en el estado
y viajó a Carolina del Sur, obviamente ya suponiendo que no gozaría el
desenlace. El ex vicepresidente, quien está dependiendo de la memoria
política de Barack Obama para su campaña, se hundió aún más de lo
previsto para acabar en un lejano quinto lugar.
Las senadoras Amy Klobuchar (centrista) y Elizabeth Warren (progresista, pero marcando distancia con la etiqueta
socialista) acabaron en ese orden después de Sanders y Buttigieg.
Biden y Warren han sorprendido por su inesperada debilidad en estas dos primeras contiendas (Iowa, la semana pasada).
Nuevo Hampshire es un estado microscópico y poco representativo de
Estados Unidos en términos demográficos, y sólo otorga 24 delegados (se
requieren mil 991 para ganar la nominación), pero suele tener un impacto
político exagerado cada cuatro años por ser el segundo concurso para
determinar al aspirante de los dos partidos en las convenciones
nacionales (en el caso de los republicanos, ya se sabe que Donald Trump,
quien ganó ahí ayer, será el nominado). Ningún demócrata ha ganado la
candidatura presidencial de su partido sin acabar en primer o segundo
lugar en esta entidad.
Nuevo Hampshire, después de Iowa –donde el conteo final aún está en disputa– suelen ser las primeras pruebas para la
viabilidadde los candidatos, y para reducir el número de aspirantes. Ayer dos más se retiraron, Andrew Yang y el senador Michael Bennett, dejando a nueve en la disputa.
La batalla electoral se dirige a Nevada, el próximo 22 de febrero,
primer estado donde hay un amplio sector de votantes latinos, y a
Carolina del Sur el 29, seguido del llamado supermartes, el 3
de marzo, cuando 13 estados realizan elecciones primarias y se determina
aproximadamente un tercio de los delegados para la convención nacional.
Biden era presentado por el establishment como el candidato más
elegible, pero ahora que está sufriendo derrotas severas el tablero está en duda. Biden ahora está apostando casi todo en Carolina del Sur y algunos estados claves del supermartes para rescatar su campaña.
Pero será a partir de estas próximas contiendas cuando también
figurará por primera vez el ex alcalde de Nueva York y multimillonario
Michael Bloomberg, quien a cambio de decenas de millones en gastos
publicitarios ya ha duplicado su nivel de apoyo en las encuestas, en
parte por un probable traslado de simpatizantes de Biden a su causa.
Bloomberg hizo su cálculo para ingresar a última hora a esta competencia
justo por evaluar que Biden no estaba cumpliendo con las expectativas.
Más aún, Bloomberg ha dicho que está dispuesto a invertir más de mil
millones de dólares de su fortuna–él es su único donante– para su
campaña y para derrotar a Trump.
Al mismo tiempo, la campaña de Sanders, la cual no deja de asombrar, y
más bien de asustar a la cúpula política y económica del país,
sorprendió esta semana con la noticia de que el senador democrático
socialista ya está por primera vez en primer lugar en algunas encuestas
nacionales.
Ante ello, algunos ya juegan con escenarios en los cuales si las
tendencias continúan, el candidato del 99 por ciento cuyo mensaje gira
sobre la necesidad de una
revolución políticapara rescatar esta democracia del control de los más ricos, podría disputar la corona del partido contra uno de los representantes del 1 por ciento que, algunos acusan, está literalmente intentando
comprarla nominación.
De hecho, uno de los lemas centrales de la campaña de Sanders es
¿De cuál lado estás?, en parte para resaltar estas diferencias, y su agenda progresista sigue generando uno de los movimientos electorales de base más dinámicos en tiempos recientes.
Vale recordar que Iowa y Nuevo Hampshire representan menos de 2 por
ciento de los delegados en juego, falta 98 por ciento. Con la
competencia dirigiéndose al oeste y otros estados con mucha más
diversidad (afroestadunidenses y latinos), más el voto joven y bases más
liberales, algunos pronostican mayor fuerza para Sanders frente a su
competencia.
Otro escándalo
Mientras, en Washington ayer el equipo de cuatro fiscales
federales que encabezaron el caso contra Roger Stone, amigo y consejero
de Trump, renunciaron al caso en aparente protesta contra la
intervención política de Trump y el procurador general William Barr para
reducir la pena que recomendaban, algo que legisladores demócratas
prometieron investigar. El Departamento de Justicia supuestamente actúa
sin intervención política en casos criminales.
Afp
David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
No hay comentarios:
Publicar un comentario