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miércoles, 12 de febrero de 2020

Prohibido Olvidar: las epidemias como métodos de conquista


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En estos momentos, toda la comunidad internacional médica y sanitaria está abocada a la enfermedad que amenaza su propagando y ya tiene una lista considerable de fallecidos en su cuenta.

Si bien, se han argumentado que su origen aunque esta espacialmente ubicado en China, su creación fue en laboratorios estadounidenses. Aunque no haya pruebas suficientes para esto, en la historia de la humanidad el genocidio a través de epidemias ha sido un método conscientemente empleado.

Es por este motivo, que hoy traigo a colación cómo este recurso fue utilizado por los conquistadores españoles para poder mermar y debilitar a las poblaciones originarias de este continente.

Con esta síntesis damos cuenta de distintos procesos que se suscitaron en la conquista y colonización de América, los cuales no se limitan a "la espada y la cruz" sino que complejizan el panorama. Procesos que le costaron la vida y la dignidad de millones de personas y cientos de culturas en esta región.

¿Podría sorprendemos que en un estudio realizado por un historiador de la medicina publicado a mediados de los 8O, se afirme que fue una epidemia de fiebre porcina incubada en las naves que Colón trajo durante su segundo viaje a América la que causó la primera mortandad de tainos en el Caribe?

De regreso a España, Colón captura en la bahía de Aamaná (República Dominicana) a cuatro indígenas, quienes junto a otros ya capturados, son llevados para ser presentados ante la corte española. De estas personas, pertenecientes a diferentes naciones indígenas, muere uno en el viaje de ida, otros dos enferman y mueren a su llegada a Sevilla y seis de ellos son llevados hasta Barcelona. De estos, sólo sobreviven tres al viaje de regreso al Caribe. Los demás mueren a causa de la viruela que contraen en el Puerto de Cádiz.

Así lo demuestran copias de unas cartas de Colón y otros documentos de la misma época hallados en la década de los 80, lo cual lleva a investigadores como N.D. Cook a sostener que la viruela llegó tempranamente a las islas caribeñas, y de allí a tierra firme, ocasionando una epidemia de proporciones inimaginables [1].

Igualmente la tesis de Francisco Guerra, uno de los primeros investigadores en tratar de identificar las enfermedades y las causas de la desaparición de la nación taina, señalando a la influenza de la peste porcina como la principal responsable [2].

Guerra centra su estudio en ese segundo viaje el cual zarparon del Puerto de Cádiz el 25 de setiembre de 1493. La flota llegó a las islas Canarias el segundo día de octubre y a la Gomera el cinco, donde embarcaron unas ocho cerdas. A bordo iban además, otros animales y plantas del viejo mundo que los europeos llevaban para su sustento.

En estos momentos, la influenza conocida comúnmente como fiebre porcina, aparece de nuevo en tierras americanas, generando la muerte de miles y ganancias económicas para sus propagadores. Lo cierto es que cuando la flota comandada por Colón se acercó a la costa de Samaná (República Dominicana), éste mandó para

"que se pusiese allí en tierra uno de los cuatro indios que allí avía tomado el año pasado, el cual no se avia muerto como los otros de vintelas a la partida de Cádiz" [2]

Dos décadas más tarde, cuando la población de las islas del Caribe había prácticamente desaparecido a causa de estas y otras enfermedades, la viruela llega a la costa mexicana. La epidemia de 1521, al parecer fue causada por un tipo letal del virus conocido como viruela malar; introducida por un africano esclavizado, la cual resultó ser una forma más cruenta que la viruela que se había propagado en Europa.

El fraile Toribio de Bernavente comenta

"...yo entrado en esta Nueva España (México) el capitán y gobernador Dn. Fernando Cortes con su gente, al tiempo que el capitan Pánfilo de Narváez desembarcó en esta tierra, en uno de sus navíos vino un negro herido de viruelas, la cual enfermedad nunca se había visto en esta tierra, a la sazon muy llena de gente, y como las viruelas se comenzasen a pegar a los indios, fue entre ellos tan grande enfermedad y pestilencia mortal..." [1]

En Venezuela y en Caracas, hay una serie documentos que corroboran como esa situación se repetía a lo largo y ancho del continente [3]. En 1578, Juan Pimentel en su Relación Geográfica y Descripción de la Provincia de Caracas y Gobernación de Venezuela ofrece datos al respecto, señalando además, que las guerras continuas y el trabajo forzado en las encomiendas fueron otras de las causas de la significativa de la disminución del número de indígenas en el valle de Caracas:

....viven en esta provincia uno siete u ocho mil yndios (...) uvo muchos más [sic] (...) al tiempo que en ella entraron los mpitatus don Francisco Fajardo y Diego de Losada [555-1563] (...) las causa de ser oy menos son enfermedades de biruelas sarampion camaras y romadizo y el desasosiego de sus guerras y la entrada de los españoles a su pacificación y el trabaxo que agora tienen en servirlos [3]

En 1580 el valle de Caracas se vio de nuevo azotado por una epidemia, según lo destaca Oviedo y Baños en su Historia:

"... una rigurosa peste de viruelas, y sarampion, consumió mas de la mitad de los indios de Ia provincia...".

Había transcurrido apenas 25 años desde la primera incursión conquistadora en Caracas y ya la población indígena había sido víctima de varias epidemias. Esta situación totalmente nueva para ellos y ante la cual sus sabios y curanderos(as) se sentían impotentes, provocó desolación dolor y desmoralización. Como respuesta, quienes lograron sobrevivirlas adoptaron estrategias defensivas, el aislamiento y la dispersión.

Como consecuencia gran parte de las tierras indígenas quedaron totalmente despobladas y esto permitió su ocupación y el asentamiento de los invasores. Oviedo y Baños, lo destaca al referirse a la nación mariche:

....confinaba esta nacion [mariche] con el valle de S. Francisco, por la parte del oriente, ocupando diez leguas de tierras altas y doblados, de un temperamento templado, numerosa entónces, y dividida en diferentes pueblos que habitaba, y hoy tan totalmente destruida, que solo ha quedado el nombre que montiene la provincia, para que en las cenizas de su ruina acuerde á lo memoria lo que fué [3]

Más al sur de la región, la rápida propagación de la viruela explica que el inca HuainaCapac y su sucesor Ninah Cuyuchi, hayan muerto alrededor de 1527, a lo que siguió la guerra fratricida entre Atahualpa y Huáscar.

En otras regiones como la costa atlántica de Norte América, los primeros brotes de viruela registrados, ocurre entre 1616 y 1619. Según algunas estimaciones, los pueblos algonquinos afectados por esta epidemia se redujeron de 30.000 a 300 personas.

Más de un siglo después, durante la rebelión liderada por Pontiac, quien había logrado una coalición entre los ottawa, chippewas, shawnee, mingo y delaware que se oponen a la presencia extranjera, la historia se repite: Alexix Diomedi, entre el 16 y el 29 de mayo de1763, habían caído nueve de los once fuertes británicos, manteniéndose sitiados los fuertes Pitt y Detroit. El Fuerte Pitt, ubicado en la confluencia de los ríos Allerghen y Monongahela se encontraba bajo el mando del capitán Simeón Ecuyer, quien reportaba su situación al Coronel Henry Bouquet en Filadelfia. Éste a su vez informaba al general Amherst. Los fuertes resistían pero hacia el 16 de julio 1763 brotó la viruela.

Sir Jeffery Amherst, pregunta al coronel Bouquet:

"¿Podría idearse el enviar la viruela a esas tribus de indios descontentos?". La respuesta fechada el 13 de julio, decía: "Voy a tratar de inocularlos con algunas cobijas que caigan en su poder, teniendo cuidado de no contraer yo mismo la enfermedad" [4]

Notas

[1] Noble David Cook. (2003). "¿Una primera epidemia americana de viruela en 1493?". En: Revista de Indias, Vol. LXIII, núm 227 (pp. 49-64).

[2] Beatriz Bermúdez (1999). "El país de los caribanos". En: Revista Bigott. "Caracas: nombre de hierba tierra de indios". (50).

[3] Francisco Guerra. (1985). "La epidemia americana de influenza en 1493". En: Revista de Indias, Vol. XLV (pp.32547)

[4] Beatriz Bermúdez. (2008). Fiebre porcina y viruela: armas biológicas en la guerra de exterminio contra los indígenas. (No publicado)

Ivel Carolina Urbina es antropóloga
Museo Antropológico Francisco Tamayo Yépez de Quibo

https://www.alainet.org/es/articulo/204663

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