Antonio Gershenson
La definición está
próxima. El candidato a la presidencia por parte del Partido Demócrata
se decidirá en pocos meses. Entre los principales aspirantes se
encuentran Bernie Sanders y Joe Biden, el primero, socialista, quien
rompe todo esquema.
Aunque todavía no hay una definición clara, es evidente que el
próximo candidato por los republicanos será el actual presidente, quien,
pese a su imagen, más bien negativa, busca su relección.
El tema de la mayoría de los periódicos y de diversos medios de
comunicación en el mundo estos días es la próxima elección para
presidente de Estados Unidos. El actual mandatario, Donald Trump, es el
centro de la atención, puesto que será el candidato por el Partido
Republicano, sin importar los conflictos que enfrenta y porque a pesar
de sus discursos polémicos y agresivos, no se ha presentado otra
candidatura republicana que compita con el magnate.
Del Partido Demócrata, uno de los posibles fue Joe Biden, pero en las
votaciones estatales pasadas ya presentaba un cuadro electoral muy
bajo. Y en las votaciones parciales quien obtuvo mejor proyección fue
Bernie Sanders, senador independiente por el estado New Hampshire. Ya
lleva tiempo en ese puesto, y antes de ocuparlo fue alcalde de la
principal ciudad de su entidad.
Sanders es también una figura política polémica que va ocupando las
páginas principales de los periódicos del globo. Tiene una gran
trayectoria en la política estadunidense; sin embargo, su discurso
socialista era inimaginable hace varios lustros en un país capitalista
por excelencia, como Estados Unidos, siempre enemigo de los países con
regímenes revolucionarios, socialistas, o de ideología comunista. No
obstante, en la actualidad, este político está haciendo lo impensable:
su discurso es abiertamente de tendencia socialista y es considerado
el candidato de la juventud estadunidense, rompiendo los esquemas de las campañas electorales de ese país.
Ya hay, de las filas demócratas, varios diputados socialistas. Y lo
más probable es que el actual presidente se enfrente con varios de
ellos.
Hace algunos años, durante mi cargo como diputado federal, pasé por
Estados Unidos y otras ciudades de ese país, entre ellas, Nueva York,
donde se llevaba a cabo un encuentro sindical mundial. Me reuní en
diversos lugares con líderes gremiales, pues teníamos relación entre
organizaciones de los dos países. Asimismo, dialogué con grupos de
trabajadores que tenían posiciones en común.
En camino a una reunión internacional en Canadá, tuve una plática con
Sanders, quien entonces gobernaba Burlington, la ciudad principal de su
estado. Era para mí relevante hablar con él siendo socialista, un
funcionario con esa ideología, en ese país, era algo especial. Creo que
en la historia de Estados Unidos no se había presentado alguien así.
Sanders es hoy senador por Vermont y asegura ser un socialista
democrático que no antepone su ideología. Lo importante para el
precandidato demócrata es que su propuesta de campaña para rescatar la
economía de su país le dé la mayoría de la votación que lo lleve a la
Presidencia de Estados Unidos.
Sanders ha dicho que su socialismo no es como el de Cuba, o el de
Hugo Chávez, pero sí reconoce y alaba el liderazgo y la importancia en
el movimiento liberador del mundo a los líderes como Fidel Castro Ruz y
el propio Chávez.
También ha resaltado los logros del gobierno revolucionario de
Castro, con obstáculos económicos de los que ha salido adelante. De la
misma forma, alaba la resistencia del pueblo cubano. La cobertura total y
alto nivel de calidad en salud y la educación gratuitas, programas
similares a los que pretende el precandidato.
Asimismo, Sanders ha señalado que es muy lamentable que Estados
Unidos haya golpeado regímenes progresistas en América Latina durante el
siglo XX. Regímenes como lo fueron los casos de Guatemala en los años
50, en Nicaragua en los 80 y también en Chile durante el gobierno de
Salvador Allende (1970-1973).
El precandidato demócrata, además, ha tenido acercamientos con
figuras políticas y presidentes críticos del capitalismo estadunidense,
como el ex presidente boliviano Evo Morales.
En su campaña, el aspirante sostiene una confrontación directa con
los sectores financieros y bancarios de Estados Unidos, responsables
directos de la crisis económica que afectó al mundo en 2008. Hasta la
fecha, no se ha investigado a ningún banquero importante o especulador
financiero de Wall Street.
Ha reiterado que
el modelo económico capitalista-neoliberal ya ha dejado de ser una opción para los estadunidenses, por lo que está prometiendo un drástico giró económico cuyo fin será apoyar a las clases sociales más desprotegidas y que se vieron afectadas de forma más severa por la pasada crisis económica, para ello, probablemente recurrirá a una regulación de los mercados o de intervención directa de la federación en la economía nacional, cosa que hasta hace poco se consideraba como tabú en Estados Unidos.
El carácter socialista del demócrata se ha reflejado en la reciente
creación de la Internacional Progresista, una coalición que busca
enfrentar el avance de la extrema derecha y del neoconservadurismo. En
la conformación de esta organización partició el ex ministro griego
Yanis Varoufakis.
El pueblo estadunidense tendrá, con Sanders como presidente, la
oportunidad de conocer, una verdadera educación pública gratuita y de
calidad, para que así todos los residentes en ese país puedan estudiar
una carrera, aunque no tengan recursos económicos.
En Estados Unidos la educación es privada y sólo ciertos sectores pudientes tienen la posibilidad de pagar buena educación.
El próximo 3 de noviembre se realizarán las elecciones en Estados
Unidos y es muy posible que los resultados sean diferentes a las
anteriores.
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