Buenos Aires. Los restos de Berta Schubaroff, quien murió
a los 92 años siendo integrante de Abuelas de Plaza de Mayo, fueron
despedidos ayer. Su hijo, Marcelo Gelman, y su esposa embarazada de
siete meses, María Claudia García Irurueta Goyena, fueron secuestrados
por la dictadura militar en 1976 y desaparecidos en Argentina y Uruguay,
respectivamente, donde la joven tuvo a su hija en un centro clandestino
de Montevideo, y la niña, apropiada por los militares uruguayos durante
la Operación Cóndor, fue entregada a la familia de un policía de ese país.
En 2000 fue encontrada, después de una larga búsqueda, la joven
Macarena Gelman, en Montevideo, por su abuelo, el poeta Juan Gelman, ex
esposo de Berta, fallecido en México en 2014.
El 24 de agosto de 1976 fue allanada la casa de Berta, secuestrada su
hija Nora Gelman, a pesar de estar discapacitada y seriamente afectada
por un accidente, y con ella fueron a buscar a su hermano y la esposa de
éste, siendo llevados al siniestro Centro de Detención Automotores
Orletti, sede de la Operación Cóndor en Buenos Aires.
Nora fue dejada en libertad luego de dos días. Berta –separada de
Gelman, quien perseguido estaba fuera del país– comenzó la búsqueda de
su hijo y su nuera, con la madre de ésta y como todas las madres y
abuelas recorrió comisarías, hospitales, golpeó puertas inútilmente y
también viajó a España.
En esta historia, los restos de Marcelo Gelman fueron identificados
en 1989 por el equipo de Antropología Forense, después de ser
encontrados en un barril sumergido en el río San Fernando, en el
conurbado bonaerense. María Claudia fue separada de su pequeña hija y
hasta hoy continúa desaparecida en Uruguay.
En un comunicado, las Abuelas de Plaza de Mayo despidieron con
profunda tristeza a la Abuela Berta, a quien agradecieron
la lucha colectiva que abrazó desde el día en que la dictadura comenzó a perseguir a su familia.
La verdad llega a Jujuy
Un grupo de diputados peronistas del Frente de Todos, de
la provincia de Jujuy, preparan un juicio político contra el presidente
del Superior Tribunal de Justicia, Pablo Baca, quien en confesiones a
una persona cercana desnudó la verdad sobre la prisión de la dirigente
social Milagro Sala y otras militantes del Movimiento Tupac Amaru, al
confirmar que están detenidas por decisión del gobernador Gerardo
Morales, de la alianza derechista opositora Cambiemos (actual Juntos por
el Cambio), y admitir que no se comprobó la supuesta malversación de
fondos entregados por el gobierno nacional a dicha agrupación para la
construcción de viviendas.
Los audios de estas confesiones del magistrado fueron entregados a la revista digital El Cohete a la Luna
y en ellos Baca reconoce la subordinación judicial a las órdenes del
gobernador Morales, quien decidió detener a Sala el 16 de enero de 2016
durante una manifestación pacífica y desde entonces le inventaron a ella
y a varias mujeres que la habían ayudado a levantar miles de viviendas,
una serie de acusaciones falsas.
Las arbitrariedades cometidas contra Sala y otras detenidas se
convirtieron en una constante violación a los derechos humanos,
encarceladas bajo condiciones inhumanas. Algunas ahora están en prisión
domiciliaria, sin poder trabajar y sus familia están en la indigencia.
Ni el gobierno de Macri ni el de Jujuy cumplieron con las
resoluciones de organismos internacionales que certificaron las
denuncias de abogados y organismos de derechos humanos sobre esta
situación
aberrante. Tampoco lo ha hecho la Corte Suprema de Justicia de la la nación.
Ante esto, el dirigente, escritor y médico Jorge Rachid, quien
atiende a presos políticos de Jujuy y de otras cárceles aquí y en la
provincia de Buenos Aires, encabezará hoy una huelga de hambre a la cual
se sumarán sindicalistas, políticos y defensores de derechos humanos,
para exigir la libertad de todos los presos políticos, afuera del
Palacio de Justicia, en esta capital.
Stella Calloni
Corresponsal, Periódico La Jornada
No hay comentarios:
Publicar un comentario