Continúan las críticas de militares
Desconcierto y condena por las palabras del mandatario
▲ En la marcha de ayer en Brooklyn los manifestantes portaban letreros
con el nombre de Breonna Taylor, una afroestadunidense, técnica de
emergencias de 26 años, quien murió asesinada dentro de su departamento
de ochos disparos hechos por la policía de Louisville durante una
fallida redada antidrogas en marzo pasado.
Nueva York. Donald Trump declaró que el viernes fue
un gran díapara George Floyd, el afroestadunidense asesinado por policías, al autoelogiarse por una mejoría en los indicadores económicos, mientras por undécimo día consecutivo continuó la ola de protestas contra la violencia racista oficial y el gobierno del magnate, cuya respuesta ha colocado al país al borde de otra crisis constitucional, advierten críticos, entre ellos un número creciente de ex jefes militares.
En una conferencia de prensa sobre mejoras en la economía en el
Jardín de Rosas, donde no aceptó preguntas, Trump dejó asombrados a casi
todos al declarar, viendo hacia el cielo; “ojalá y ahora George esté
viendo hacia abajo diciendo que esto es una gran cosa que está
ocurriendo a nuestro país. Un gran día para él, un gran día para todos…
un gran día en términos de igualdad”, afirmó.
Trump argumentó que no se requieren cambios estructurales en
respuesta a las manifestaciones ya que los indicadores positivos de
recuperación de empleo son “lo mejor que le puede suceder a las
relaciones raciales… porque nuestro país es tan fuerte, y ése es mi
plan, vamos a tener la economía más fuerte del mundo… ya casi estamos
ahí”.
Los comentarios provocaron no sólo estupefacción, sino condena de
opositores al presidente. Su rival electoral, el ex vicepresidente Joe
Biden, declaró: “Las últimas palabras de George Floyd: ‘no puedo
respirar’… han tenido eco por todo el país… y pienso que es despreciable
que el presidente intente poner otras palabras en boca de Floyd”.
John Kelly, el ex general que fue jefe de gabinete de Trump, continuó
expresando su desacuerdo con el comandante en jefe por la amenaza de
desplegar tropas para enfrentar las protestas.
Por su parte, Trump compartió por tuit una carta de su ex abogado
John Dowd al ex secretario de Defensa Jim Mattis para rechazar las
feroces críticas del ex general que sacudieron la capital, en la que
declara que
los falsos manifestantes cerca de Lafayette no eran pacíficos y no eran reales. Son terroristas, emplearon a estudiantes llenos de odio para quemar y destruir.
Las protestas, que reúnen a miles de personas, continuaron por
undécimo día consecutivo en Los Ángeles, Louisville, Kentucky, Nueva
York, Filadelfia, Washington y decenas de ciudades más. Un recuento del New York Times registra protestas en cientos de ciudades y pueblos a lo largo del país en días recientes.
Las marchas y protestas contra la violencia policiaca también
generaron más incidentes del mismo tipo: violencia de las autoridades de
seguridad pública por todo el país, pues se reportan varios
manifestantes heridos con balas de hule, empujones, macanazos y el
derribo de un pacifista de 75 años, quien ahora está en el hospital.
Observadores, manifestantes y periodistas han acumulado cientos de
videos documentando los incidentes; alcaldes y jefes de policía han
prometido investigar las quejas y sólo en casos extremos han tomando
acciones disciplinarias.
Entre las víctimas de la represión está un elevado número de
periodistas. Un proyecto de la Fundación de Libertad de Prensa y el
Comité de Protección de Periodistas está investigando más de 280
violaciones de libertad de prensa ocurridos sólo en una semana en este
país –en todo 2019 se registraron 150. La pesquisa apunta a que la
policía es responsable de más de 80 por ciento de estos incidentes.
Ante ello, entre las demandas de los manifestantes está la de reducir
el presupuesto de la policía y el sistema penal del país. Algunos
señalan que hay más fondos dedicados a cárceles y policías que a
escuelas y otros servicios públicos. Un análisis de los economistas
Emmanuel Sáez y Gabriel Zucman concluye que hoy día Estados Unidos gasta
más del doble en
la ley y el ordenque en programas de bienestar social, reporta el Washington Post.
En Nueva York se reportó que algunos activistas lograron robar radios
de la policía y que están trasmitiendo música por las frecuencias
oficiales.
Mientras tanto, en la Calle 16 –una de las arterias centrales de la
capital que lleva a la Casa Blanca–, las autoridades de la ciudad de
Washington pintaron sobre el asfalto en amarillo letras de unos 12
metros de ancho con la leyenda
Black Lives Mattera lo largo de dos cuadras. La alcaldesa Muriel Bowser renombró esa zona como Plaza Black Lives Matter, parte de la continuación de las tensas relaciones entre el gobierno de Trump y la ciudad por el despliegue de fuerzas federales en la capital; la alcaldesa solicitó oficialmente el retiro de la presencia militar. Mientras tanto, activistas de Black Lives Matter advirtieron que se necesitaba, junto con este acto, cambios reales en política en la ciudad.
Por cierto, aparentemente por presión de altos mandos militares,
Trump aceptó retirar tropas desplegadas en varios puntos cercanos a la
capital en días recientes.
Pero más allá de los militares, la capital –cuyo centro es un
distrito federal y por tanto está bajo el mando del gobierno de Trump–
ha sido ocupada por varias fuerzas federales, bajo órdenes de la Casa
Blanca. Entre los agentes desplegados en la ciudad están los de la
Oficina de Alcohol, Armas y Explosivos, la DEA, la FBI, el servicio de
alguaciles, la Patrulla Fronteriza, la agencia de migración ICE y el
Servicio Secreto.
Uno de los escenarios centrales de las protestas es el parque
Lafayette, justo en frente de la Casa Blanca, donde Trump ordenó la
expulsión por la fuerza de manifestantes para que él pudiera pasar por
ahí para tomarse una foto con una Biblia esta semana. Ese parque, vale
recordar en el contexto histórico de esta lucha contra el racismo
oficial, fue un mercado de esclavos. La Casa Blanca, de hecho, fue
construida con mano de obra esclava.
Nuevas encuestas nacionales registran mayor repudio a Trump en el
contexto de las protestas. Dos tercios de los estadunidenses reprueban
el manejo de Trump a la muerte de Floyd, con sólo un tercio de
aprobación, según una encuesta de ABC News/Ipsos. Otra encuesta de CBS
News concluye que 58 por ciento desaprueba el manejo de las relaciones
raciales por Trump. Un 67 por ciento de los estadunidenses opina que
Trump ha incrementado las tensiones raciales, según una encuesta de
NPR/PBS NewsHour.
Foto Afp
David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
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