Orient XXI
Ni los gobiernos
chilenos de derecha ni los de izquierda han renunciado al legado militar
y judicial de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Israel
contribuye a su lucha contra las poblaciones mapuche indígenas
proporcionándoles armas y adiestramiento. La criminalización por parte
de Chile de la resistencia mapuche se puede comparar a la represión por
parte de Israel de la resistencia palestina.
Chile se ha unido en
las manifestaciones que han recorrido todo el país contra el presidente
de derecha Sebastián Piñera y su compromiso con el programa neoliberal
que introdujo el difunto dictador Augusto Pinochet. Las personas
manifestantes han pedido su dimisión y exigido que se elabore una nueva
constitución que sustituya el legado del dictador.
El estado de
emergencia y los toques de queda impuestos por Piñera en todo Chile
suscitaron comparaciones con la era de la dictadura en Chile puesto que
el ejército emprendió una escalada de violencia contra la población
civil en la que se incluyen asesinatos, golpes y tortura sexual. Esta
represión en todo el territorio nacional recuerda el pasado. La
militarización y criminalización de la resistencia en Chile tiene su
origen en las leyes antiterroristas promulgadas por Pinochet y
utilizadas por los gobiernos que se han sucedido desde la transición a
la democracia contra la población mapuche indígena.
Al igual que
ocurrió durante la era de la dictadura de Pinochet, Israel respalda las
violaciones de derechos humanos por parte del gobierno actual al vender
tecnología militar y de vigilancia al gobierno chileno. Desde la época
de la dictadura la Central Intelligence Agency (CIA) predijo que Chile
iba a seguir comprando armas a Israel sin "mucho riesgo de irritar a los
Estados árabes siempre y cuando mantenga unas relaciones discretas con
Tel Aviv y evite apoyar públicamente las políticas israelíes".
En busca de nuevos socios
A
Chile no le ha resultado difícil hacerlo, ni en la época de la
dictadura ni después. Pinochet mantuvo relaciones con Israel y con los
Estados árabes al evitar
"mantener una postura clara en cuestiones controvertidas de la política
de Oriente Próximo". Igualmente, los gobiernos posteriores a la
dictadura mantuvieron una actitud ambigua, facilitada por el apoyo de la
comunidad internacional al compromiso de los dos Estados.
A
partir de 1973, tras la guerra árabo-israelí, los países africanos
empezaron a romper las relaciones diplomáticas con Israel, lo que obligó
al Estado de asentamiento colonial a buscar otros países con los que
establecer relaciones diplomáticas, así como posibles mercados para su
industria de armamento con el fin de compensar la pérdida de
colaboración militar con los Estados africanos. Una vez que Estados
Unidos se afianzó en América Latina debido a su apoyo a las dictaduras
militares y a las operaciones por toda la región para eliminar toda
influencia socialista o comunista, Chile, que en 1949 había reconocido a
Israel, se convirtió en un objetivo fundamental para el gobierno
israelí. Al aumentar la preocupación de la comunidad internacional por
las violaciones de los derechos humanos en Chile, en 1976 Estados Unidos
se vio obligado a responder imponiendo un embargo de armas, a pesar de que anteriormente había financiado a Pinochet para que cometiera esos mismos crímenes. Aunque es posible que la CIA burlara la decisión del Congreso estadounidense,
Israel estaba en una posición privilegiada para intervenir y llenar el
vacío, y convertir a Chile en uno de sus principales compradores de
armas en la región.
Un documento desclasificado
de la CIA revela importantes detalles sobre las compras militares de
Chile a Israel. Desde 1975 hasta 1988 Israel vendió sistemas de radar,
misiles aire-aire, equipamiento naval, aviones y sistemas antimisiles a
la dictadura chilena. Una de las razones por las que Pinochet eligió a
Israel, aparte de su armamento sofisticado y la admiración que sentía
por el ejercito israelí, era el hecho de que "Tel Aviv no pone
condiciones políticas a sus transferencias", lo cual era importante para
Pinochet, lo mismo que la artera postura de Israel de mantener
declaraciones públicas de apoyo a una vuelta a la democracia en Chile al
tiempo que suministraba a la dictadura armas para utilizarlas en el
país y la región cuando llegó a su apogeo la Operación Cóndor (un plan
para toda la región implementado en 1975 por las dictaduras de derecha
latinoamericanas para exterminar a las personas oponentes de izquierda).
Además de vender armas a Chile, en la década de 1980 Israel también
ofreció al ejército de Pinochet la oportunidad de visitar sus industrias
de defensa y ofreció adiestramiento a pilotos y oficiales chilenos.
Leyes comparables
Los
gobiernos de la era posterior a la dictadura mantuvieron la
constitución de Pinochet. Las leyes antiterroristas de 1984 que utilizó
Pinochet para prolongar la detención sin cargos se han aplicado desde
entonces casi exclusivamente a la población mapuche por parte de los
gobiernos de centroizquierda y de derecha de Chile. La legislación es
similar a la de Israel, que aplica a las personas palestinas la
detención administrativa que permite encarcelas sin cargos ni juicio y
renovar periódicamente la orden de detención. La criminalización por
parte de Chile de la resistencia mapuche contra la explotación
neoliberal tiene paralelismos con la opresión de la resistencia
palestina por parte de Israel. Ambos pueblos indígenas se enfrentan a
luchas comunes y a opresores similares. La vigilancia, una táctica que
tiene profundas raíces en la colonización de Palestina por parte de
Israel, es una medida que los gobiernos chilenos ha aplicado
sistemáticamente contra las personas mapuche. Los gobiernos chilenos
utilizan tecnología de vigilancia israelí en la región de la Araucanía:
la militarización de la región es el resultado directo de la aplicación
de la legislación antiterrorista a la población mapuche.
Elbit,
IAI y Rafael son los principales proveedores del gobierno chileno. Elbit
y IAI se utilizan ampliamente contra la población palestina. En América
Latina está muy solicitada la tecnología militar de Israel (desde los
sistemas de vigilancia, el mantenimiento de sistemas informáticos, la
munición de fósforo blanco y la tecnología de demolición hasta
tecnología para aviones de combate utilizados en los bombardeos de Gaza
por parte de Israel), supuestamente para luchar contra el tráfico de
drogas y vigilar las fronteras. No obstante, lo que buscan los gobiernos
de la región es controlar y reprimir sobre todo a las poblaciones
indígenas .
En 2018 los ejércitos israelí y chileno firmaron nuevas iniciativas de cooperación
en los ámbitos de educación y adiestramiento militar, mando de
liderazgo y métodos de adiestramiento. El acuerdo se firmó en Chile por
parte del general de división israelí Yaacov Barak y el general chileno
Ricardo Martínez. Barak visitó la Brigada de Operaciones Especiales de
Lautaro durante su visita. Piñera nombró Jefe de la Defensa Nacional al
excomandante de la Brigada Lautaro, Javier Iturriaga, cuando el gobierno
impuso el estado de emergencia para contrarrestar las protestas
nacionales en Chile.
Armas "probadas sobre el terreno"
Israel
comercializa sus armas y su tecnología como productos probados sobre el
terreno. La población de Gaza es el experimento humano sobre el que se
prueba la tecnología militar, lo que convierte a cualquier gobierno que
compre armas a Israel en cómplice de la agresión colonial contra la
población palestina. En Chile está agresión adopta un programa aún más
siniestro. La compra por parte del gobierno chileno de tecnología
militar a Israel para perseguir a la población mapuche es un reflejo de
la represión israelí de la lucha anticolonial palestina.
Aunque
las actuales relaciones entre Israel y Chile ya no están ocultas al
control público, Israel sigue manteniendo clasificadas las relaciones
entre ambos países durante la dictadura. Si bien Estados Unidos ha
desclasificado muchos documentos que revelan su apoyo a la dictadura de
Pinochet, Israel mantiene clasificadas más de 19.000 páginas
de documentos a pesar de que pueden contener información sobre
familiares judíos de ciudadanos israelíes que fueron desaparecidos por
la dictadura de Pinochet.
Negativa a abrir los archivos
El
ejército de Chile mantiene un pacto de silencio que dificulta la
obtención de información y más aún hacer justicia a los miles de
personas torturadas, asesinadas y desaparecidas durante la dictadura. En
algunos casos los documentos desclasificados contribuyen a colmar
lagunas de información. La negativa de Israel a abrir sus archivos
referentes a la dictadura de Pinochet obstaculiza la obtención de
justicia por parte de la ciudadanía chilena. Dos de sus miembros
emprendieron un proceso judicial en 2016 para que se publicaran los
documentos que podrían sacar a la luz la magnitud de la colaboración de
Israel con Pinochet y probablemente revelar información sobre dos víctimas ejecutadas y desaparecidas
, Ernesto Traubman y David Silberman. Chile mantuvo estrechas
relaciones con la fuerza aérea israelí en la época de la dictadura, lo
que plantea interrogantes sobre la participación israelí en la práctica
de la dictadura consistente en hacer desaparecer en el océano por medio
de aviones a las personas detenidas ejecutadas. Además, un grupo selecto
de agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) de Chile fue adiestrado por el Mossad en Israel .
Además
de buscar información sobre el asesinato y desaparición de sus
familiares, Lily Traubman y Daniel Silberman insisten en que su objetivo
fundamental es sacar a la luz la magnitud
de la implicación de Israel en la dictadura de Pinochet: "La venta de
armas se debe regular por ley y deben existir unos criterios claros que
prohíban la venta a países o regímenes dictatoriales que violan
frecuentemente los derechos humanos".
La existencia y la
violencia del colonialismo de Israel han creado una zona de prueba de
armas perpetua en Gaza, lo que le supone una ventaja a la hora de vender
su tecnología a los gobiernos que también pretenden reprimir a su
ciudadanía. "Probado sobre el terreno" es el eufemismo que utiliza el
Ministerio de Defensa israelí, una forma fundamental de deshumanizar a
la población civil palestina. La situación la que se encuentra la
población mapuche en Chile es similar; de hecho, se pueden establecer
comparaciones respecto a la lucha por la liberación contra la
explotación, apropiación y violencia colonial y neoliberal. Tanto el
pueblo mapuche como el palestino sufrió una limpieza étnica en sus
tierras por parte de los colonizadores y las relaciones militares entre
Chile e Israel sirven para reforzar la militarización. La normalización
del colonialismo y el neoliberalismo a escala internacional asegura
mientras tanto que las violaciones de los derechos humanos perpetradas
contra ambas poblaciones indígenas permaneczan impunes.
De hecho,
posiblemente sea el compromiso de los gobiernos chilenos (sin
excepciones entre el centro izquierda y la derecha) de militarizar la
región de la Araucanía persiguiendo al pueblo mapuche lo que convierte a
Israel en un socio permanentemente válido para Chile. Piñera se
comprometió durante su campaña electoral a modificar las leyes
antiterroristas para facilitar la persecución de los mapuche. Sin
embargo, como las protestas en Chile no muestran indicios de disminuir
hasta que se derogue la constitución de Pinochet, es posible que Israel
encuentre oportunidades más lucrativas en Chile en detrimento de toda la
población.
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