Bogotá. El presidente de Colombia, Iván Duque, relevó
ayer de la comandancia del ejército al general Nicacio Martínez, quien
es cuestionado por la oposición y organizaciones internacionales por
ejecuciones extrajudiciales de civiles realizadas por tropas bajo su
mando.
Hemos tenido una conversación profunda y hemos tomado la decisión después de esta conversación para que el general Nicacio de Jesús Martínez deje la comandancia del ejército, declaró Duque en la presidencial Casa de Nariño.
Rodeado de la cúpula de la fuerza pública, entre ellos Martínez, el
mandatario conservador aseguró que el general deja el cargo que asumió
en enero de 2019 a su pedido por
motivos familiares.
El general Eduardo Zapateiro será el nuevo jefe del ejército. El
oficial lideró en 2008 la operación que resultó con la muerte del
comandante de la disuelta guerrilla de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia, Raúl Reyes, en territorio ecuatoriano, que
provocó tensiones diplomáticas con el entonces gobierno de Rafael
Correa.
Martínez, ascendido a general de cuatro soles por el Senado en junio,
es señalado por organizaciones internacionales como Human Rights Watch
(HRW) de comandar una brigada investigada por asesinatos de civiles y
vínculos con paramilitares de ultraderecha.
El alto oficial fue el segundo comandante entre 2004 y 2006 de la décima brigada del ejército, que opera en el norte del país.
La fiscalía colombiana abrió investigaciones sobre 23 ejecuciones extrajudiciales, conocidas en Colombia con el eufemismo de
falsos positivos, perpetradas por soldados de esa unidad en 2005, informó HRW.
Además es investigado disciplinariamente desde mayo por la
Procuraduría, que vigila a los funcionarios públicos, tras la
publicación de un artículo ese mes del diario The New York Times
sobre que ordenó a un mando militar duplicar el número de muertes en
combate, capturas y rendiciones de guerrilleros, a cambio de incentivos
económicos o recategorizaciones de puestos.
Falsos positivos
Los
falsos positivos, el mayor escándalo de las fuerzas militares en seis décadas de lucha contra grupos rebeldes, acabaron con la vida de al menos 2 mil 248 personas.
El 59 por cientos de esas muertes ocurrió entre 2006 y 2008 bajo el
gobierno del ex presidente Álvaro Uribe, mentor de Duque. Los militares
engañaban a jóvenes para llevarlos lejos de sus hogares, asesinarlos y
presentarlos como guerrilleros abatidos en combate.
Afp
Periódico La Jornada
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