El legislador estadounidense consideró “un títere” al opositor venezolano Juan Guaidó, quien se autoproclamó presidente venezolano |
El republicano Richard Black, senador del estado norteamericano de Virginia, demandó que el Gobierno del presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Donald Trump, ponga fin a su política injerencista tanto en Venezuela, como en Bolivia.
“No
es mi Gobierno y no me corresponde a mí ni a ningún estadounidense
determinar cómo los venezolanos deben manejar sus asuntos”, expresó el
miembro de la cámara alta de la Asamblea General de estado de Virginia,
en entrevista con la agencia rusa de noticias Sputnik.
“Nosotros
(Estados Unidos) necesitamos dejar a Venezuela en paz. Déjenlos en paz.
Dejen que resuelvan su propio Gobierno. Creo que eso sería lo mejor
para todo el mundo”, manifestó.
El senador estatal confesó que, en
su análisis, pensaba que “la economía venezolana estaba en mal estado
debido al Gobierno. Pero es difícil determinar cuánto es el Gobierno y
cuánto de eso son las sanciones” impuestas por EE.UU. contra el país
suramericano.
«Desmonetizamos su moneda y, a través
del sistema bancario internacional, hicimos que la moneda venezolana
careciera de valor y luego vamos y decimos: ‘Miren lo malo que es este
Gobierno, su moneda no vale nada’. Bueno, no fueron ellos, fuimos
nosotros quienes hicimos inútil su moneda”, resaltó Black.
Asimismo,
hizo ver que la administración Trump mantiene un bloqueo a las
exportaciones venezolanas de petróleo, y luego dice “‘mira, no pueden
alimentar a su gente’ (...) no pueden alimentar a su gente porque les
hemos cortado todo fuente de ingresos. Por lo tanto, todo se ha hecho
muy mal”.
En relación con el opositor Juan Guaidó,
quien en enero pasado se autoproclamó presidente venezolano, el senador
Black consideró que “EE.UU., el Departamento de Estado, la CIA, eligió a
este joven, Juan Guaidó, como presidente. Es una broma, nadie lo
escucha y es un títere total”.
Respecto a Bolivia, el
legislador aseguró que el Gobierno de Trump promovió el Golpe de Estado
contra el presidente Evo Morales por el interés especial que tiene en
sus grandes depósitos de litio, mineral fundamental para las baterías de
los automóviles eléctricos y de los componentes tecnológicos modernos.
“Hubo
preocupación de nuestra parte de que los chinos podrían comenzar a
ejercer influencia dentro de Bolivia. Y que de alguna manera podría
haber hecho más difícil que Estados Unidos obtenga litio para las
baterías que ahora estamos usando en automóviles (…) Creo que fue parte
de la ecuación al menos”, dijo.
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