Declaración de la Coordinadora por el retiro de tropas de Haití/Uruguay
Encubrimiento y responsabilidad
Una
investigación independiente en Haití que cobra hoy alta difusión
internacional por lo escandaloso de los hechos, muestra que la ocupación
militar de la ONU llamada "misión de paz" ha incluido durante más de
una década numerosas violaciones sexuales de sus efectivos sobre la
población, abandonando además los hijos que resultaron, conocidos en
Haití como «petits minustahs».
Esta práctica de abuso
sistemático es parte integral de la violación de la soberanía del país y
la opresión racial que esta ocupación significó, continuando una
invasión de EEUU, Francia y Canadá que derrocó un presidente legítimo, y
continuación también de más de un siglo de intervenciones coloniales de
EEUU en Haití. Un país que no estaba en guerra ni era amenaza para
nadie, y cuyo pueblo sigue hasta hoy rebelándose contra este estatus
colonial y la miseria a la que se lo condena. Como se sabe. las
violaciones y todo tipo de abusos son conducta habitual de todos los
ejércitos de ocupación desde el fondo de la historia.
Pero es
muy significativo que Uruguay figure en el PRIMER LUGAR entre todos los
países participantes, en violación, abuso y abandono. Varias decenas de
casos, sistemáticamente y durante años. El precedente del Congo muestra
que es un patrón de conducta habitual de las fuerzas armadas uruguayas,
y las medidas institucionales de complicidad y encubrimiento también.
Forma parte de una cultura de abuso y predación, como los numerosos
casos violencia doméstica de los miembros de la corporación militar
también aquí en casa. Que se suman a la impunidad que siguen teniendo
por los peores crímenes.
De la participación de Uruguay en
esta ocupación militar han sido responsables durante más de una década
el Poder Ejecutivo (Jorge Batlle y los sucesivos gobiernos
frenteampistas), los ministerios de RREE y Defensa, las FFAA, y el
Parlamento, en varios periodos de gobierno. Y en todo ese tiempo ha sido
denunciada por distintas organizaciones sociales y de DDHH exigiendo
que Uruguay se retire de todas las "misiones de violación". En
particular la "Coordinadora por el retiro de las tropas de Haití"
durante todo ese tiempo ha denunciado los hechos entrevistándose con
ministros, parlamentarios, instituciones, partidos políticos,
vinculándose a organizaciones haitianas y acompañando a sus voceros para
sus reclamos ante nuestro gobierno.
Los hechos que esta
investigación revela hoy tienen plena confirmación oficial en la forma
descarada en que el Ministro de Defensa José Bayardi trata de
minimizarlos. Solamente acepta "porcentualmente pocos" casos de
paternidad comprobada por análisis de ADN, dice que es abuso sexual pero
no violación "strictu sensu". En el mismo sentido el futuro ministro de
defensa Javier García habla de "solamente 24 indignos en 50 mil que
defendieron el prestigio del país..."
A la vergüenza de los actos oprobiosos se agrega la estupidez de las autoridades.
Las relaciones sexuales de los efectivos de la ONU con mujeres u
hombres de la población local está prohibida en todos los casos (aunque
nadie cumpla esa norma), las relaciones con menores son siempre
violación, y el supuesto "consentimiento" es una excusa cínica cuando
las mujeres y niñas se ven forzadas a prostituirse ("por monedas", y
hasta "por una comida" según surge de la investigación) por su situación
de miseria extrema, miseria que a su vez es resultado de la ocupación
misma, de la epidemia de cólera que introdujeron con decenas de miles de
muertos y cientos de miles de afectados, de las consecuencias de la
represión a mansalva. Y la indefensión de estas mujeres y niñas se
acentúa por tener que mantener a los niños así concebidos, y la
prostitución puede volverse permanente. Ese comercio sexual, aun cuando
lo sea, es producto de la asimetría abusiva entre quien disfruta de
comida, dinero y seguridad, y quien está en la más absoluta carencia e
indefensión.
Las mujeres de todo el mundo, y las uruguayas
también, conocen perfectamente como siempre se minimiza la violencia
contra ellas, y los obstáculos que tienen para denunciar estos hechos,
siempre. Los casos registrados son apenas una pequeña parte de los casos
reales, cosa totalmente sabida aquí también en Uruguay. Multipliquemos
eso por el factor que corresponda cuando los violadores pertenecen a un
ejército de ocupación, y a cómo conseguir una muestra de ADN de un niño
pobre abandonado en Haití. Cuando, además, el país ocupante retira a los
efectivos involucrados para cubrirlos y pasa a ser co-autor deliberado
del abandono, encubridor deliberado de las violaciones. ¿Van a venir las
mujeres haitianas para denunciar los hechos ante la justicia uruguaya?
Las violaciones sexuales de las tropas ocupantes de la ONU en varios
países (y tropas de cualquier país también) son ampliamente conocidas,
la ONU mantiene una política institucional de impunidad y la aplica en
Haití incluso para no responder por su responsabilidad por la epidemia
de cólera, y para no reparar a las víctimas. Lo mismo hace aquí Uruguay.
Tabaré Vázquez habló en 2017 en la ONU de "tolerancia cero" a
los abusos, de "políticas de prevención", "justicia y reparación". Ni
una palabra dijo de reconocer los abusos cometidos por tropas uruguayas,
pero más allá de eso la pregunta es ¿en qué quedó todo lo anunciado?
Sabían, toleraron, encubrieron. El violador es indigno cuando lo
descubren.
La propia ocupación de "estabilización" durante
más de una década ha tenido el resultado que hoy vemos: Haití arde en
llamas y la "comunidad internacional" se lava las manos, si es que no
intenta una repetición, como otras "misiones de paz" que sigue
sosteniendo en el mundo y que el gobierno uruguayo apoya y participa. Y
evade su propia obligación de reparación ante el inaudito abandono de
niños de los que es responsable tanto el gobierno como los militares
individual y colectivamente, en un país asolado por la miseria.
Pero Bayardi olvida incluso que sí hubo un caso de denuncia por
violación "strictu sensu" ante la justicia uruguaya, el joven haitiano
Johnny Jean violado por cuatro marinos uruguayos (que no pasaron en
prisión más de tres meses) mientras un oficial filmaba el hecho. Los
mandos negaron de mil formas que hubiese abusos; hasta que la propia
estupidez de los autores hizo que esa filmación se filtrase a todo el
mundo. Ni siquiera se ha cumplido en este caso con la reparación
económica comprometida.
Y ahora se conocen en todo el mundo
estas otras violaciones. Mientras tanto los voceros militares y el
ministro dicen que Uruguay tiene nomas más estrictas que la ONU.
Así, están admitiendo la co-autoría de los actos violación y abandono de niños, y la política sistemática de encubrimiento.
Y esto es además, parte de los "derechos adquiridos" de la corporación militar.
Para cualquiera que rechace el colonialismo y la política guerrerista
que azota al mundo, estas misiones de violación, del país y de su
gente, son inaceptables. Y Javier García dice que en próximo gobierno
esta participación de Uruguay en las invasiones militares "para
proteger" se mantendrá. Y dos tareas fundamentales tenemos por delante a
la cual convocamos: rechazar el colonialismo mercenario, desarmar la
impunidad.
Dos preguntas simples se hace cualquiera.
Si somos el país más estricto en combatir esas aberraciones ¿por qué tenemos el número más alto de casos?
¿Y por qué salen recién ahora a dar estas "explicaciones", ahora que los hechos han cobrado estado público?
Ahora que el mundo entero señala a Uruguay: "El violador eres tú".
Coordinadora por el retiro de tropas de Haití / Uruguay
No hay comentarios:
Publicar un comentario