Cuando los represores
latinoamericanos emiten declaraciones amenazantes, es porque los
estrategas imperialistas intentan atemorizar a los pueblos.
Felipe
Guevara Stephens, intendente de carabineros de Santiago de Chile,
advierte que ese cuerpo represivo no tolerará protestas en lugares
públicos. Dado que, entre octubre y noviembre, la represión dejó 26
muertos, 1,300 y casi 10,000 detenidos, se trata de una amenaza. Guevara
Stephens se posiciona como servidor de confianza de Sebastián Piñera y,
por supuesto, del imperialismo.
Desde Colombia, se reporta que
perdió un ojo el joven Cristian Rodolfo Rodríguez Zárate, de 26 años,
víctima de represión del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad).
El de Chile y el de Colombia, según los medios burgueses, son gobiernos
democráticos… Se diría que es un retorcido concepto de democracia, pero
el retorcimiento llega más lejos. Los medios no pueden manejar
conceptos, tienen que repetir lo que dice el poder hegemónico.
Son gobiernos democráticos como el que pretende legalizar en Bolivia la
Organización de Estados Americanos, OEA. Unas elecciones, la bendición
de Luis Almagro, y la derecha sería instalada… Un golpe de Estado con un
final feliz. ¡Vaya forma de hablar de democracia y de derechos!
En su cuenta de Twitter, posando sin reparo alguno junto a Arturo
Murillo, Luis Almagro reafirma el compromiso de la OEA con el proceso de
transición en Bolivia y la legalización de las elecciones.
De
Arturo Murillo, solo hay que decir que es el ministro de Interior
nombrado por el gobierno de facto de Bolivia para coordinar la
represión. Eso es suficiente para saber que Almagro no condena la acción
de enviar a las calles a los cuerpos armados con orden de disparar a
matar, siempre que sea contra indios y campesinos o contra blancos
desposeídos.
De Felipe Guevara Stephens, actual intendente y
antiguo alcalde de Lo Barnechea, se sabe que en el año 2006 fue sometido
por violencia doméstica. La Red Chilena Contra la Violencia hacia las
Mujeres realizó sin autorización la marcha pacífica del 25 de noviembre,
alegando que no debía solicitar permiso después que el presidente
Sebastián Piñera nombró intendente a Guevara a pesar de su condición de
agresor.
Piñera nombró a Guevara para coordinar la represión.
Por eso, el intendente proclama que está dispuesto a reprimir, y
reprime. Horas después de su descarada proclama, los carabineros
lanzaron gases lacrimógenos contra los manifestantes en Santiago de
Chile.
La mano del poder hegemónico
Felipe Guevara Stephens y Arturo Murillo son dos represores a quienes sus respectivos pueblos señalan.
Luis Almagro posó junto a Murillo y abrazaría sin reparo a Felipe
Guevara Stephens y a Sebastián Piñera. En agosto pasado, ocupó las
primeras páginas de las publicaciones de ultraderecha con su llamado a
“resolver las dictaduras del continente”, que, a su juicio, son los
gobiernos de Cuba y Venezuela.
Como mandadero de los estrategas
imperialistas y como servidor incondicional del poder estadounidense,
no repudia la represión contra manifestantes quienes, según dijo el
canciller del gobierno de Donald Trump, son empujados a las calles por
esos “gobiernos dictatoriales”.
En noviembre pasado, Mike
Pompeo conversó con Iván Duque y le manifestó su apoyo cuando en
Colombia miles de personas demandaban en las calles mejores condiciones
de vida y respeto a la integridad de los activistas por las mejores
causas.
En el primer semestre del presente año, en Colombia
fueron asesinados 59 activistas por los derechos humanos. Y el saldo de
la represión a la protesta en noviembre pasado es escandaloso.
Intendente chileno, ministro colombiano y secretario de la OEA, se ponen
al día con el poder hegemónico, que ahora está empeñado en fomentar la
obediencia de los gobiernos entreguistas.
El empeño por
mantener y profundizar su influencia en la región, lo conduce a exigir a
sus aliados (en realidad, sus servidores), un mayor nivel de sumisión, y
a requerir que esa sumisión se haga evidente. Si en la actual situación
no pueden evitar el intercambio en diversos órdenes con países como
China y Rusia, por lo menos intenta, a través de la gestión política,
acentuar la dependencia para mantener la principalía.
Al inicio del presente mes, Pompeo, desde la universidad de Louisville,
dijo que Estados Unidos ayudará a los gobiernos latinoamericanos que
considera legítimos a evitar que las protestas se conviertan en
rebelión. Dijo que los disturbios "no reflejan la voluntad democrática
del pueblo" y que Cuba y Venezuela tratan de convertir las democracias
aliadas de Estados Unidos en "dictaduras". Es una línea oficial, pues el
propio Donald Trump declaró que en las protestas en Chile intervinieron
“manos extranjeras”.
Como antecedente cercano a esta
declaración, hay que recordar que a Daniel Ortega y con más énfasis a
Nicolás Maduro, los estrategas imperialistas les atribuyeron la
organización de las caravanas de migrantes desde Centroamérica hasta
Estados Unidos.
Hablan de amenazas de desestabilización
política para justificar la represión. Es una vieja práctica. Con ese
mismo pretexto apoyaron en décadas anteriores (todavía están activos
algunos halcones del pasado) sangrientas dictaduras militares en América
Central y en el Cono Sur. El libreto se readapta, pero manteniendo su
esencia.
En términos reales, no se trata de una práctica del
pasado, es también del presente. El imperialismo colabora con la derecha
continental prestándole apoyo logístico, recursos económicos, armas y
personal militar y de inteligencia.
Hasta la década de 1990 el
pretexto era evitar el avance de la influencia de la Unión Soviética, y
ahora es el de detener la amenaza de China y Rusia.
Con el
objetivo de destruir los mecanismos de integración regional surgidos
bajo la influencia de Fidel Castro y de Hugo Chávez, Estados Unidos y
las potencias aliadas intervienen en forma cada vez más descarada,
recurren al chantaje e impulsan los proyectos políticos más
descabellados.
El ridículo esnobismo de Nayib Bukele,
presidente de El Salvador, y la publicitada estupidez de Jair
Bolsonarono, de Brasil, son muestras de ello.
Bukele encubre en
chabacanería politiquera la aplicación de las políticas neoliberales y
el impulso al atraso político, y Bolsonaro asume poses ridículas para
constituirse en representante de los sectores que han convertido de
nuevo a Brasil en escenario de ensayo para la aplicación de políticas de
exterminio contra los jóvenes de los sectores desposeídos.
Bukele interrumpe una conferencia para una autofoto, pero fuera del
espectáculo están las decisiones que, en materia económica y financiera,
ha tomado para favorecer al gran capital y en perjuicio de los pobres.
Bolsonaro dice estupideces y posa en forma ridícula, pero acciona para
poner a disposición del poder imperialista los recursos naturales de
Brasil y las fuerzas bajo su dirección formal han realizado matanzas… No
es posible envolver en comicidad esta tragedia…
En la
represión a la protesta en Chile y en Colombia, como en la reciente
masacre cometida en Brasil, está la mano del imperialismo, que en esta
coyuntura no se oculta para conspirar contra el avance político, sino
que, en forma prepotente, anuncia que apoyará con sus fuerzas a los
gobiernos que obedezcan sus órdenes.
El saqueo y el despojo se
ejerce contra los pueblos y contra los pueblos se dirige la represión…
Por eso, es preciso identificar a los enemigos… Y, por supuesto,
denunciarlos y enfrentarlos.
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