Perú
Introducción
Es evidente, pues hay muchas manifestaciones que lo confirman, que
nuestra Patria, atraviesa una crisis profunda. Las interpretaciones de
la misma, varían desde la óptica con que se mire; perspectiva,
intereses, posiciones de clase, e instrumentos metodológicos con los
cuales se enfoque. Hay quienes sitúan la crisis , fundamentalmente, en
el ámbito político, dado que interesadamente, los medios de
comunicaciòn controlados por el poder económico, y, los actores
políticos involucrados, tienen sus propio objetivos, circunscribir el
enfrentamiento al ámbito parlamentario, ejecutivo y tangencialmente
Poder Judicial. Es una manera de limitar la solución de la crisis, a
una salida superficial.
Nosotros, partimos del criterio, de que
la crisis es de carácter estructural, profunda, esto es, de raíces
económicas, sociales, culturales y que, de manera especial se refleja
en el ámbito político, en sus diversas instancias, en la
superestructura del tejido social. Es una crisis del agotamiento del
modelo y la política neoliberal, implantado a sangre y fuego, hace más
de tres décadas, especialmente por el Gobierno de Alberto Fujimori, y
que continuó con todos los gobiernos que le sucedieron, cambiando, todo
el tejido social, como lo demuestra en su último trabajo de
investigación, Jan Lust ( Capitalismo, clases sociales en el Perù, el
rol de la izquierda).
El sistema implantado, el neoliberalismo,
en un mundo globalizado, controlado por el capital financiero, en el
Perú, agotó sus posibilidades, agudizando el problema social, como
consecuencia de factores internacionales entre los cuales podemos
señalar, la baja de precio de los commodities, la guerra comercial de
Estados Unidos y China, la política de recuperación del interés
norteamericano ante Latinoamérica. Esto en el ámbito internacional,
dado el carácter dependiente al capital extranjero, de nuestra
economía.
El otro factor,que entrecruza el panorama, es a no
dudarlo, el lento resurgir del movimiento popular, en todas sus
expresiones. Se ha ido recomponiendo el tejido social peruano, que fue
afectado por la implementación del neoliberalismo. La sociedad peruana,
vive una situación por demás contradictoria. Resurge el movimiento
social en medio del agotamiento del sistema. La crisis del sistema se
muestra, entre otros aspectos, por la falta de trabajo, la pérdida de
más de 300.000 puestos laborales, el incremento del subempleo, la
precarización, la pérdida del valor del salario y poder adquisitivo, la
vuelta al trabajo ambulatorio, la pérdida de todos los servicios, la
terrible violencia social, la corrupción campante en todos los
estamentos del Estado. El caos, se ha convertido en normalidad social,
la crisis moral es agobiante. Por lo tanto, no es una crisis pasajera,
cuya salida, se pueda encontrar en los posibles acuerdos a que puedan
llegar algunos de los actores políticos burgueses o sus representantes.
La crisis por otro lado, no ha llegado a su pleno desarrollo, y por lo
tanto, el enfrentamiento social evoluciona lentamente, de allí, la
dificultad de encontrar la salida. Tanto para la burguesía, como para
nuestro pueblo.
La corrupción en todos los poderes del Estado
Uno de los poderes del Estado, en que se ubica para algunos el centro
de la política, es El congreso de la República, controlado por el
APROFUJIMORISMO, no solo es la institución, más repudiada, sino
descaradamente corrupta, compuesta en su mayoría por ignorantes
políticos, delincuentes, entre los cuales hay probadamente más de 20
narcotraficantes! Es decir, como los sostiene César Hildebrandt,
Claudia Cisneros, entre otros, estamos gobernados, por verdaderas
bandas de delincuentes, que han tenido la osadía de capturar los
principales órganos de poder.
A este nivel llega la crisis
moral, agravada por las últimas informaciones de muchos parlamentarios
coimeados en el caso Lava Jato. Hay ya más de dos partidos políticos
investigados, como organizaciones criminales, que tienen sus
representantes como congresistas!, por lo tanto, solo hay camino, como
lo señala el pueblo, cerrar el parlamento y que se vayan todos!
Otro Poder del Estado, encargado precisamente, desde hace siglos, de
la administración de Justicia, es el Poder Judicial, organismo más
corrupto comprobadamente, podrido en todos sus niveles e instancias,
puesto al descubiertos por los últimos escándalos de corrupción.
Últimamente se ha señalado, la corrupción, en el más alto tribunal
nacional, El Tribunal Constitucional. Por su importancia política, y el
rol que hoy juega, como poder del Estado, merece una especial
referencia.
Como hace poco se demostró, el ex Premier César
Villanueva, embarrado en las coimas, comprometiendo al poder Central
del Estado, el Ejecutivo, en su última expresión, como es el Gobierno
de Martín Vizquerra, involucrado en el caso Chincheros. Pero la hidra
de la corrupción se extiende al ámbito municipal, con dos ex alcaldes.
Susana Villarán, izquierdista en su momento, para colmo y, Castañeda,
el “que roba, pero hace obras”, al decir del sentir popular.
Los
seis últimos presidentes, genocidas y corruptos, completan el dantesco
cuadro, de la gobernanza política en las más de tres décadas, donde la
burguesía en todos sus sectores, tuvo el control del Estado, para su
propio beneficio, como a lo largo de la historia republicana, lo había
hecho, entregando el país y sus riquezas a los monopolios
internacionales, continuando con el saqueo.
Hoy, estos sectores,
quieren seguir manteniéndose en el control del Estado, en todas sus
instituciones, Incluyendo en las mismas, las ramas militares y
policiales, que nos han escandalizado hace tiempo con sus niveles de
corrupción.
Todo el tejido institucional, está manchado por la
corrupción, lo que determina un cambio radical para borrarla. Aquí no
caben parches, por lo que hay que estar atentos para evitar la
instrumentalización política que la burguesía y la derecha quieren
hacer, para que el pueblo se olvide y haga borrón y cuenta nueva. No lo
permitamos.
Objetivo de la burguesía, el imperialismo, derecha política
El principal objetivo de la derecha política, como expresión de la
burguesía y sus socios imperialistas, es salir del reflujo momentáneo,
que le produjo el golpe del agotamiento del neoliberalismo, dejándola,
momentáneamente, sin proyecto estratégico, de dominio en el País;
revertir los daños del destape de la corrupción, que abarca a todas las
instituciones del Estado y se extiende a sus propias instituciones
gremiales, como la CONFIEP, La Industria de la Construcción y otros
niveles.
Detener al movimiento popular, paliar los efectos del
golpe, esconder la podredumbre de la corrupción, hasta recomponer sus
fuerzas, levantando sus nuevos iconos, como el morado Guzmán, para de
esta manera, continuar manteniéndose en el poder, quizás, haciendo un
cambio de barniz, es decir sin cambio alguno.
La burguesía, en
todos sus expresiones, y el imperialismo, tienen al frente al pueblo,
al movimiento popular, a la izquierda, como enemigos principales a los
que debe alejar de cualquier posibilidad de tomar el poder del Estado y
luego el poder real.Cuando ven el avance del pueblo, con sus
movilizaciones y luchas, recobran fuerzas, pasa al ataque, contra el
pueblo y la izquierda.
Esto se percibe claramente, todos los
sectores de la burguesía, dueños de la gran minería, de las principales
industrias, de la nueva concentración de las tierras, dueña de la
banca y del comercio nacional e internacional, en alianza con el
capital financiero, está noqueada temporalmente por el destape de los
niveles de corrupción, Todo este golpe a la derecha, ha servido para
desnudarla, tal cual es, corrupta, depredadora, enriquecida con los
dineros del robo al pueblo, su representación política, no se puede
ocultar más, está embarrada en sus diversas expresiones políticas, no
solamente el fujimorismo, el aprismo, sino los propios cuadros del
recambio que pudieran tener, como Guzmán investigado por haber recibido
más de 400,000 dólares de Odebrecht, o Barrenachea, todos ligados a
niveles de corrupción.
Por esto entraron en contradicciones
superficiales, secundarias, pues lo principal es que tienen los mismos
intereses que defender, y, ante el peligro, unen sus fuerzas. Este es
el objetivo estratégico de la derecha y el imperialismo, en grandes
líneas.
El Poder Judicial, la judicialización de la política. El Lawfare, (guerra jurídica) dentro de la guerra de cuarta generación
La corrupción, en el Poder Judicial, cobra una connotación especial
decíamos, a partir de un Juez Norteamericano, que destapa la corrupción
de Lava Jato, y posteriormente por iniciativa de algunos periodistas,
como el equipo de IDL, con Gustavo Gorriti, su director, y, algunos
fiscales como José Domingo Pérez, Richard Concepción Carhuancho, Rafael
Vela Barba, se enfrenta valientemente a la corrupción al interior del
Poder Judicial, son a toda duda, la excepción que confirma la regla, en
el centro de la corrupción.
Este poder, es la principal
institución del Estado, que propicia, mantiene y que está penetrada en
todos sus niveles. Desde sus más altas instancias,como El Tribunal
Constitucional, Los Fiscales Superiores, hasta los niveles intermedios
de las Cortes Supremas y jueces y fiscales provinciales en su base. Por
lo tanto la lucha frontal contra este poder del Estado, se plantea
igualmente en primer plano.
Si no logramos terminar con el
poder judicial, no hay posibilidades de cambio alguno. Tiene que ser
derrotado literalmente, como en su tiempo, nuestro pueblo derrotó
políticamente al poder militar, obligándolos al retorno a sus
cuarteles, hoy este nuevo instrumento de lawfare, instrumento del
imperialismo y las burguesías, que viene empleando en A.L. tenemos que
derrotarlo en nuestro ámbito.
La izquierda y el movimiento
popular debe tomar plena conciencia, de las formas de actuación de este
Poder. La historia reciente muestra objetivamente como el APRA y el
Fujimorismo, tienen gran experiencia en el control institucional de
este poder, que lo han empleado siempre a su servicio, El caso Lava
Jato, Los Cuellos blancos , la corrupción en los más altos niveles del
poder Judicial ligada al parlamento y Gobierno Han sido puestos al
desnudo en su dependencia y subordinación, nunca se pudo condenar a
Alan García, ni a Morales Bermúdez, y a toda la impunidad del robo y
narcotráfico, puestas de manifiesto.
En el Perú como en toda
América Latina, están empleando la judicialización política, la famosa
Lawfare, para atacar a la izquierda, antes que tome vuelo y sea
imparable hacia el gobierno y pode r.El CELAG, puntualiza, definiendo
al Lawfare, “ el uso indebido de la Justicia con fines de destrucción
de imagen políticas e inhabilitación de un adversario político” El
Lawfare, va acompañado, siempre del control de los medios de
comunicación, que implementan una gran campaña de desprestigio, para
apoderarse de la conciencia de los sectores populares. Por esto, como
lo plantea Gramsci, hay que dar la lucha en el terreno cultural, porque
es en este aspecto, donde somos golpeados por el poder económico, que
controla y pone a su servicio los medios de comunicación destacando, el
nuevo rol de internet y las redes sociales.
En el campo de la
izquierda, cuando se vienen dando pasos hacia la unidad, se aterra la
derecha y judicializa la política, empleando el poder judicial, como
arma legal, para encarcelar a Vladimir Cerrón, luego a Walter Aduviri,
lo habían hecho antes con Gregorio Santos, preso por muchos meses y,
hoy liberado de culpa. Mantienen en prisión a Antauro Humala, persiguen
a otros dirigentes políticos y luchadores populares, como Henry López,
alcalde de Huánuco, a Elmer Cáceres gobernador de Arequipa, etc. a fin
de atemorizar y no permitir las movilizaciones.
Este ataque a
la izquierda, no es casual, ni espontáneo. Es claramente certero,
enfocado a debilitar al campo popular, bien planificado, ejecutado con
preparación. Al no tener una dirección unificada en la izquierda, nos
coje por sorpresa, por lo que ante esto, es urgente e importante, tener
clara conciencia política a lo que estamos enfrentando, para levantar
una respuesta adecuada, solidaria, política de movilización, de lucha
en las calles, de toda la izquierda, por esto nos solidarizamos con el
pronunciamiento de Yehude Simon Munaro, de Juntos por el Perú, al
exigir, la libertad de los gobernadores presos políticos, no
permitiendo que estas medidas judiciales prosperen.
Toda esta
trama judicial,apunta evidentemente a Verónica Mendoza, Debilitarla,
quitar del medio, a quienes en un proceso de lucha por el poder , deben
ser sus más importantes dirigentes, que posiblemente integren una
dirección revolucionaria de masas. Evitar hoy esta posibilidad, es su
objetivo. La derecha y el imperio en Latinoamérica, lo hacen en Brasil,
Argentina, Ecuador, Colombia, hoy es el turno del Perú, en una forma
especial, de acuerdo a las circunstancias. Por esto, hay que acelerar
los niveles de unidad, hay que ponerse al frente de las movilizaciones
de los pueblos que luchan por la libertad de sus dirigentes, hay que
derrotar al poder judicial, evitando se siga amparando en la impunidad.
Los jueces, fiscales, vocales en su mayoría son corruptos. Esto lo
sabe nuestro pueblo, hay que denunciarlo, estableciendo un programa
claro, de cambio total del poder Judicial, como se ha hecho en Bolivia,
donde los jueces son elegidos y renovables. Todo este enfrentamiento a
la judicialización de la política, no significa, lo hemos dicho antes,
que no se luche contra la corrupción intransigentemente en donde se
presente, caiga quien caiga.
El campo popular y la izquierda
Pues bien, ¿cuál debe ser el objetivo estratégico del pueblo, cuál su
estrategia y cuáles sus tácticas? Este es el tema principal del debate
en la izquierda, que nos obliga a participar con un aporte sin
pretensiones. Estableciendo los objetivos, principales y secundarios,
marcando los tiempos, la táctica y medidas orgánicas, la estrategia.
Todo esto, en base a nuestra propia experiencia y lectura de los
analistas teóricos y políticos relacionados con el tema.
De esta
dramática situación, en que vive nuestro pueblo hoy, se desprende una
de las banderas de lucha más importantes. La lucha frontal contra la
corrupción, que debe convertirse en un eje de la política de la
izquierda en el País. Debemos ser intransigentes, cero-tolerancia-
contra todas las expresiones de corrupción, en el ámbito que se
encuentre.
“Los dineros del pueblo son sagrados” decía, nuestro
querido compañero Luis de la Puente. De aquí surge, entre otros
aspectos, la necesidad de cambios profundos en las raíces mismas
estructurales, sociales y políticas para lo cual es adecuada, la lucha
por una nueva Constitución Política, pero sobre todo, debe quedar
claro, que lo fundamental es la lucha política por medios democráticos,
por el poder, por la vía electoral, para a partir de allí, ir a la
transformación profunda de la Patria. Ampliar los márgenes
democráticos, educar y organizar a las masas en todas sus expresiones,
venciendo las vacilaciones, derrotando políticamente las expresiones de
infantilismo.
El movimiento popular
Los pueblos
vienen movilizándose y luchando, hay, más de 70 conflicto, no latentes,
activos. Se produce, después de décadas, la primera huelga minera, lo
cual tiene su propia significación para la lucha de los trabajadores
del sector, y el conjunto de los trabajadores, que sufrieron la pérdida
por más de dos décadas, de sus organizaciones sindicales. Los
trabajadores fueron el sector más afectado por las políticas
neoliberales, miles de despedidos, quebradas sus organizaciones
sindicales, económicamente, obligados a buscar sobrevivir, ellos y sus
familiares, tuvieron que retroceder en sus luchas por años, por esto
tiene un gran significado social y político, la huelga de los mineros,
que con sus luchas, vuelve a colocar el movimiento de los obreros, en
puntal de la lucha de clases.
Los pueblos del Sur especialmente,
se movilizan igualmente por sus propias reivindicaciones. Puno, Cusco,
Arequipa, Moquegua, Huancayo, Piura, Cajamarca, van mostrando este
avance. Están involucrados, todos los sectores sociales, avanzando
niveles de coordinación y enfrentamiento.
El conflicto minero
en Arequipa, permanece latente, por lo que hay que puntualizar, su
verdadero alcance. Hay un enfrentamiento entre la poblaciones aledañas
al Valle del Tambo y la transnacional minera Southern, que evidencia
con absoluta claridad, la lucha histórica, de nuestros pueblos
enfrentados a las trasnacionales y al imperio del norte, que las
representa, especialmente por el poder financiero.
Hay aquí,
pues una lucha antiimperialista, de parte de nuestro pueblo contra el
imperialismo y sus aliados nativos, parte de la burguesía
intermediaria, que propician el saqueo, históricamente implementado, y,
en lucha ancestral del pueblo, por sus derechos, la lucha de nuestras
comunidades, pequeños campesinos, pobladores, hombres y mujeres en
defensa de la tierra, el medio ambiente, su hábitat, contra los
depredadores.
Las comunidades campesinas, que a pesar de haber
sufrido la penetración capitalista y el intento de las políticas de los
gobiernos, por liquidar su potencial social y revolucionario,
persistiendo y resistiendo todos los embates, demuestran que subsisten
aún resortes en su resistencia heroica y nuevamente encabezan el
enfrentamiento, en este enfrentamiento de clase, aún local, pero no por
esto menos importante, se van marcando los ritmos políticos.
La
movilización, los niveles de lucha, van haciendo madurar la conciencia
adormecida por décadas, nuestro pueblo va saliendo lentamente de la
derrota estratégica, que la burguesía y el imperialismo le infligió, al
implementar su política neoliberal, especialmente desde el Gobierno de
Alberto Fujimori y que ha sido continuada, por los sucesivos
gobiernos, hasta el actual.
Este es, a nuestro juicio, el
aspecto fundamental en el actual enfrentamiento de clases. Que saca la
política de los marcos parlamentarios y cupulares, a la calle, teniendo
al proletariado, en la movilización popular, en la más amplia
concepción de esta categoría social, como lo concebía Mariátegui, es
decir, abarcando, la alianza con el campesinado, no solamente a los
obreros, en todas sus ramas, sino que incorpora, a los campesinos,
trabajadores del campo, pequeños propietarios, pueblos originarios,
mujeres y hombres, jóvenes, y sectores medios, intelectuales, es decir
al conjunto de nuestro pueblo, que va tomando conciencia en lucha por
un cambio profundo, que no puede resolverse a nivel de la
superestructura política, sino que hay que luchar por un cambio
radical.
No bastan nuevas elecciones, para lograr el cambio, si
bien esto es positivo, si no hay un programa claramente favorable al
pueblo y que luche por sus derechos fundamentales. Para eso necesitamos
llegar al gobierno y poder. Para utilizar esta herramienta, como
palanca del cambio, pero esto no se va a lograr sin luchas, sin
política claramente favorables a nuestro pueblo, con organización, con
una dirección política revolucionaria estratégica, que pueda trazar una
clara estrategia y tácticas adecuadas. Lo cual no se logrará sin la
ligazón, de los dirigentes con su pueblo, con la gente, como dice
Veronica Mendoza, es imposible, porque de esta relación dialéctica
entre masas, pueblo y dirección política, hace surgir en la lucha la
visión correcta. Estando al frente de su pueblo, en la calle, en el
campo y por supuesto dando la lucha correcta en el parlamento, si lo
podemos lograr. El avance es lento pero significativo, pero hay que
acelerar los tiempos políticos.
A manera de conclusiones
El resurgir del movimiento popular en toda su extensión, con sus
luchas en las calles y el campo, los trabajadores, los campesinos, los
comuneros, los jóvenes y mujeres; el desarrollo de la izquierda, en
todas sus expresiones, en su búsqueda de un proyecto político unitario,
programático, los niveles de coordinación, la posibilidad del
surgimiento de una dirección estratégica en la izquierda,para lo cual,
se están dando pasos de avance, la urgencia de mayor claridad en cuanto
al programa a favor de nuestro pueblo, como requisito fundamental, la
lucha cada vez más consciente de la necesidad de un cambio profundo, el
debate teórico, sobre nuestra realidad, que igualmente, lentamente se
viene dando, para que nos permita una correcta visión y propuestas
adecuadas, se hace fundamental.
La moral, que es nuestro mayor
capital, el no estar involucrados en los niveles de corrupción, el ir
formulando una clara estrategia de poder, el surgimiento de mayores
niveles de organización territorial, democratizando verdaderamente las
instancias, y, finalmente el tener una candidata propia, como Verónica
Mendoza, que logra cada día, un mayor reconocimiento político en la
gente, aterra a la burguesía y sus estamentos, porque que temen que la
izquierda llegue al gobierno y al poder y pierdan sus privilegios y
vayan muchos de Ellos entre rejas.
Para la burguesía,
intermediaria y todos los sectores burgueses, para el imperialismo,
esta lucha es de vida o muerte en el Perú. Van a ser lo imposible para
impedir el triunfo popular. No nos engañemos, los niveles de
enfrentamiento pueden llegar a ser los más altos, para lo cual hay que
estar conscientes y preparados para revertir esta situación.
No
es, definitivamente de la lucha política parlamentaria, de donde va a
surgir la dirección política revolucionaria, esta en nuestro pueblo, en
la gente, en las masas y sus lucha, aquí, se viene forjando esa
dirección, capaz de asumir la conducción de su pueblo. Hay una capa
horizontal, de cuadros que se viene movilizando, coordinando, planeando
los niveles de lucha. De aquí la importancia de la organización a
nivel territorial, ejerciendo los más amplios niveles de coordinación y
democracia, de las diversas corrientes políticas. Aquí hay lugar para
la mayor diversidad de corrientes, que tienen que ir derrotando el
sectarismo, el individualismo y el amor por la camiseta
Permitiendo que sean los mejores los que dirijan. No los que aspiran a
las curules parlamentarias, no a los personalistas, individualistas,
sino a los auténticos luchadores sociales, con conciencia de clase, que
luchen por el socialismo al que aspiraba Mariátegui, Flores Galindo,
Luis de la Puente. Lo cual no significa que vamos a luchar en los
actuales momentos por un gobierno socialista, es una meta lejana. El
rompimiento con el marxismo dogmático, nos permite la visualización
coyuntural y el avance estratégico, en la correlación de fuerzas
políticas en pugna, no hay que olvidar, que no hay recetas y la
creación como lo plantea Mariátegui y el marxismo, nos exige la
creación heroica real.
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