Bogotá. El ministro de Defensa de Colombia, Guillermo
Botero, renunció ayer ante la avalancha de cuestionamientos a su
gestión, que derivaron en un intento de moción de censura en el
Congreso, donde fue acusado de ocultar la muerte de ocho menores en un
bombardeo militar a un campamento de las disidencias de las extintas
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En reunión con el presidente para analizar la actual coyuntura política, se acordó que lo más conveniente era presentar mi renuncia al cargo de ministro de Defensa, indicó en un comunicado Botero, quien asumió el puesto desde la toma de posesión de Iván Duque, en agosto de 2018.
El mandatario colombiano aceptó su dimisión.
Las críticas a la gestión de Botero, abogado de 71 años, empezaron
prácticamente desde que fue nombrado ministro por su escasa experiencia
en materia de seguridad, en un país con un conflicto armado de medio
siglo y azotado por el tráfico de drogas.
Botero fue relevado por el general Luis Fernando Navarro, tuiteó más tarde el mandatario.
Horas antes, trascendió que ocho y no siete menores fueron abatidos
durante un bombardeo del ejército contra un campamento de disidentes de
las FARC, en San Vicente del Caguán, el 29 de agosto pasado, informó El Tiempo.
La fiscalía indicó que en el operativo se identificaron 15 cuerpos, entre ellos los de ocho menores.
Tras el bombardeo, Botero aseguró que fueron abatidos
14 delincuentes, pero omitió señalar que entre los caídos había adolescentes de entre 12 y 17 años.
La oposición denunció que con ese ataque se reactivan los
falsos positivos(muertes de civiles registrados como caída de guerrilleros en combate) e impulsó una moción de censura contra el funcionario, quien ayer sumaba 67 de los 55 votos que se requieren en el Senado para destituirlo.
La fiscalía abrió dos investigaciones tras el bombardeo, en el cual también fue ultimado Séptimo José Marín Ramírez, alias Gildardo o El Cucho, líder de las disidencias.
En un debate antier en el Senado, el opositor Roy Barreras presentó un informe de medicina legal,
no conocido por los colombianos, publicado el 19 de septiembre pasado, en el cual se reveló que en el bombardeo fallecieron siete niños. Subrayó que Botero presentó 14
delincuentesmuertos –cuyos cuerpos fueron embolsados– durante el desarrollo de las operaciones, pero nunca aclaró que en esas bolsas había siete menores, entre ellos una adolescente de 12 años, que fueron presentados como disidentes de las FARC que volvieron a tomar las armas.
Barreras cuestionó que no se sabe si hubo más menores de edad muertos, pues
los otros cuatro cuerpos llegaron tan despedazados que las pruebas técnicas apenas permitieron decir que tenían menos de 20 años.
Los familiares de los menores afirmaron que éstos fueron reclutados
en sus comunidades de manera forzada por los rebeldes hacía unos meses.
Afp y Sputnik
Periódico La Jornada
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