La
exministra de Asuntos Exteriores, Chrystia Freeland, en el centro, con
el ministro de Relaciones Exteriores de Perú, Néstor Francisco Popolizio
Bardales, en el frente izquierdo, y el ministro de Relaciones
Exteriores de Argentina, Jorge Marcelo Faurie, el ministro británico
responsable de América y Europa, Alan Duncan, en el centro. A la
izquierda, la embajadora de los Estados Unidos en Canadá, Kelly Craft,
durante una foto en la décima reunión ministerial del Grupo de Lima en
Ottawa el lunes 4 de febrero de 2019. (Sean Kilpatrick / Canadian Press)
Radio Canada International
La
exministra de Asuntos Exteriores, Chrystia Freeland, en el centro, con
el ministro de Relaciones Exteriores de Perú, Néstor Francisco Popolizio
Bardales, en el frente izquierdo, y el ministro de Relaciones
Exteriores de Argentina, Jorge Marcelo Faurie, el ministro británico
responsable de América y Europa, Alan Duncan, en el centro. A la
izquierda, la embajadora de los Estados Unidos en Canadá, Kelly Craft,
durante una foto en la décima reunión ministerial del Grupo de Lima en
Ottawa el lunes 4 de febrero de 2019. (Sean Kilpatrick / Canadian Press)
«Independientemente de los éxitos de la ex
ministra Chrystia Freeland en el comercio internacional, ella tomó
algunas decisiones controvertidas ante problemas complejos que viven
países como Venezuela, Chile, Bolivia y ahora Colombia».
-John Kirk, profesor de Estudios latinoamericanos en la Universidad Dalhousie-
El primer ministro Justin Trudeau presentó la semana pasada la
composición del nuevo consejo de ministros de su gobierno minoritario
federal. Uno de los grandes cambios aportados a su gabinete fue la
designación de la exministra de Relaciones Internacionales, Chrystia
Freeland,al cargo de viceprimera ministra.
John Kirk, de la Universidad Dalhousie, en la provincia de Nueva
Escocia, dice que durante los primeros 14 meses de gobierno liberal en
2015, la entonces ministra Chrystia Freeland estuvo muy involucrada en
el tema de lograr la firma del nuevo tratado de libre comercio
norteamericano entre Canadá-Estados Unidos y México.
«Pero la política internacional de Canadá en general se fue a la
deriva, en particular en América latina. Luego, cuando surgieron los
problemas en Venezuela, Canadá tomó una iniciativa muy importante al
liderar el Grupo de Lima para presionar la salida del gobierno de
Nicolás Maduro» afirma.
Así comienza la entrevista con John Kirk, profesor de Estudios
latinoamericanos en la Universidad Dalhousie, en Halifax y autor de
numerosos libros sobre la región.
Le preguntamos cómo analiza el periodo 2015-2019 en términos de política exterior de Canadá hacia Latinoamérica.
Un punto de inflexión decisivo dice Kirk fue la creación a mediados
del 2017 del Grupo de Lima, un organismo ad hoc de 14 países, para
«abordar la situación crítica en Venezuela y explorar formas de
contribuir a la restauración de la democracia».
El Grupo no se limitó a cuestionaron la legitimidad de los resultados
de las controvertidas elecciones de 2018 que regresó al poder al
presidente Maduro. “Además intentaron organizar un golpe para reemplazar
a Maduro con Juan Guaidó, un diputado de la Asamblea Nacional
previamente desconocido pero el elegido de Washington para ser
presidente venezolano”.
Desde entonces la política de Canadá ha seguido a la deriva.
Pero han pasado cosas interesantes porque aunque criticó fuertemente al
gobierno de Maduro, Freeland no ha dicho casi nada con respecto al abuso
de los derechos humanos en países que son miembros del Grupo de Lima.
Y a pesar de esa vergüenza, Canadá cometió casi el mismo error dice Kirk.
Los casos de Chile y Bolivia
John Kirk señala que después de esta indignación selectiva, surgieron los casos de Chile y Bolivia.
Canadá se hizo el distraído, ignorando totalmente lo que sucede en
Chile, donde fueron asesinadas 23 personas en las últimas dos semanas,
2 300 heridos, 300 personas que perdieron la vista de un ojo como
resultado de la represión de la policía. En Chile hay una frustración
tremenda con el gobierno de Piñera y Canadá no dijo nada públicamente
sobre esta represión.
Luego se hizo nuevamente el distraído ante el abuso y violación de los derechos humanos en el golpe de Estado en Bolivia, dice Kirk.
El caso de Bolivia es aún más llamativo. Un golpe de Estado y
un presidente, Evo Morales, que tiene que abandonar el país. Creo que
Canadá debería haber criticado la forma en que la auto proclamada
presidenta Añez asumió el poder.
Global Affairs Canada anunció que trabajaría y apoyaría a la
autoproclamada presidenta de Bolivia, Jeanine Añez, una mujer con una
historia de hostilidad hacia los pueblos indígenas de Bolivia, explica
el profesor de la Universidad Dalhousie.
Y si uno analiza la situación actual en Colombia, agrega, se pueden
ver tremendos abusos de derechos humanos y mucha frustración social.
Creo que ha habido un desinterés hacia América latina y una amplia confusión respecto a una política a seguir en la región.
¿Por qué Canadá aceptó liderar el Grupo de Lima?
Kirk es categórico: para Canadá es prioritario el escaño en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Canadá fue humillado recuerda Kirk cuando se propuso obtener ese
asiento de política internacional durante el gobierno anterior de
Stephen Harper y que finalmente pasó a manos de Portugal. En el 2020
habrá otra elección y esta vez la competencia viene de Irlanda y
Noruega.
«Estos dos países a mi parecer tienen mejores posibilidades de
conseguir ese asiento pero para Canadá es sumamente importante
conseguirlo por razones de diplomacia internacional».
Creo hasta cierto punto, tácticamente, que el gobierno de
Canadá creía que iba hacia una victoria fácil y que al liderar el Grupo
de Lima contaría con el voto de varios países latinoamericanos.
La idea de Canadá en el mundo perderá terreno
John Kirk cree que Canadá perderá seriamente la reputación construida
a través de los años como país que busca resolver conflictos de manera
pacífica.
La falta de iniciativa, de valor moral, la falta de crítica ha llevado a Canadá a hacerse el tonto, a esconderse señala.
Lamentablemente los países de América latina se habrán dado
cuenta de que el gobierno de Trudeau hijo, es una copia muy débil de la
política implementada por su padre. Porque en el período 1968 -1984
Canadá jugó un rol protagónico en América latina con Pierre Elliot
Trudeau.
Giro de la nueva política exterior
El problema con la política exterior de Canadá es que enfrenta
muchos desafíos, además del mencionado escaño en el Consejo de
seguridad, que reitero, es muy importante para Ottawa.
Kirk no deja de señalar que Canadá tiene problemas serios a resolver con el gobierno de China y con el de Arabia Saudita.
Creo entonces que América latina no tiene tanta prioridad para
Canadá en este momento. Creo que seguirá haciéndose el distraído
tratando de no meterse mientras trata de resolver los retos más
difíciles para el país.
Esto
y más en la entrevista de Radio Canadá Internacional con John Kirk,
profesor de Estudios latinoamericanos en la Universidad Dalhousie y
autor o coeditor de 18 libros sobre América Latina.
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