La gente reaccionó en La Paz el domingo después de que Morales anunció que renunciaría. (Juan Karita / Associated Press)
Por Leonora Chapman |
La gente reaccionó en La Paz el domingo después de que Morales anunció que renunciaría. (Juan Karita / Associated Press)
Es una situación dramática que vive América
latina a lo largo de la historia. Las desigualdades son tantas, tan
grandes y agudas, y en el caso de Bolivia, un racismo latente, que, a
pesar de que la mayoría de la población sea indígena, más del 55%,
todavía hay una parte de la élite boliviana que no acepta que indígenas
ocupen cargos de poder.
– Marie-Christine Doran, profesora de ciencias políticas de la Universidad de Ottawa
Evo Morales dejó la presidencia de Bolivia ayer forzado por la
profunda crisis política desatada en el país por las denuncias de fraude
en las elecciones del pasado 20 de octubre.
«Ha habido un golpe cívico, político y policial», dijo Morales, Mi pecado es ser indígena, dirigente sindical y cocalero».
Para la politóloga Marie-Christine Doran, profesora de ciencias
políticas de la Universidad de Ottawa la renuncia de Morales fue
impuesta por los militares.
“Es un golpe de Estado en el sentido de que no hay nada en el
informe de la OEA que justifique la obligación de renunciar que los
militares le impusieron a Evo Morales. Él mismo pidió realizar el
informe a la OEA y cuando se supo que había sospechas de fraude no solo
decidió organizar la segunda vuelta sino que llamó a nuevas elecciones
en las cuales tampoco había dicho que se iba a presentar. Todo iba por
los rieles democráticos. La entrada de los militares en escena cambió la
situación, ya que nada les parecía suficiente y exigieron la renuncia
de Morales”.
Desde el momento en que Evo Morales convocó a nuevas elecciones no
había ninguna justificación de obligar al presidente a renunciar dice
Doran.
Bolivia representaba para todos los politólogos que estudian
América latina el ejemplo más democrático de un cambio social y político
con un respeto riguroso de las instituciones democráticas.
La renuncia
Evo Morales informó este domingo de su dimisión a la presidencia de Bolivia tras casi 14 años en el cargo.
El anuncio lo hizo en un mensaje transmitido por televisión,
acompañado por el vicepresidente Álvaro García, quien también presentó
su renuncia.
Ambos políticos, que gobernaron el país desde enero de 2006, dijeron
que lo hacían con el fin de que se detenga la violencia en el país
surgida a raíz de las elecciones presidenciales del 20 de octubre.
Señalaron que un «golpe de Estado» quedó «consumado» y
responsabilizaron de la violencia registrada en el país a los líderes
opositores Carlos Mesa y Luis Camacho.
Para la politóloga canadiense Doran, lo más preocupante “es el
discurso de Luis Camacho que es en realidad, dirigente de la Junta
Cívica que viene de Santa Cruz, la región del país que siempre ha sido
opositora a Evo Morales porque están en contra de sus políticas
sociales. Es una provincia muy rica de terratenientes y empresarios
mineros”.
Doran va más lejos en su análisis y señala que Camacho y la Junta
Cívica proponen la disolución de todas las instituciones políticas de
Bolivia. Incluyendo la Corte Suprema que les parece que no es
necesaria.
Esto demuestra hasta qué punto hay gente con intenciones golpistas en este momento en Bolivia dice Doran.
El impacto de esta renuncia para Bolivia
Ya se ven algunos impactos muy graves dice la profesora de Ottawa.
Se ve en Bolivia una radicalización fuerte de la oposición que
primero empezó pidiendo una segunda vuelta, lo cual era legítimo dice
Doran. Una parte de la oposición que estaba en las calles era gente
desconforme con el paro del conteo electrónico que hubo de votos y eso
sí habla de una oposición democrática, explica.
“Pero este movimiento se fue radicalizando desde Santa Cruz y el
principal candidato opositor Carlos Mesa felicitó a los militares por
haber obligado a Morales a renunciar”.
Para Doran hay un peligroso importante de ver a gente que tiene un
discurso de apoyo a los militares por su intervención en el golpe. Y
eso no es todo.
“Creo que los militares y la policía están esperando que la situación se agrave para suscitar una intervención mayor”.
Bolivia representaba para todos los politólogos que estudian América
latina el ejemplo más democrático de un cambio social y político con un
respeto riguroso de las instituciones democráticas. Después de las
elecciones y a causa de denuncias de fraude, Morales llamó a la OEA a
que hiciera una auditoría para verificar su hubo dicho fraude.
En su auditoria, la OEA determinó que era estadísticamente
improbable que Morales hubiese ganado por el margen de 10% que
necesitaba para evitar una segunda ronda electoral.
Se aceptaron los resultados de la auditoría dice Doran. Es decir
siempre se ha cumplido con esas reglas. El único problema que hubo fue
que Evo Morales se presentó para un cuarto mandato a pesar de que en el
referéndum una pequeña mayoría le había dicho que no se presentara.
Eso fue un error. Pero si dejamos de lado este error,dice Doran, lo
concreto es que se presentó y ganó. Y de todas maneras hubiera ganado en
la segunda vuelta.
Había mucha fortaleza de las instituciones democráticas en
Bolivia, y en este momento tenemos miedo que todo eso se eche a perder
totalmente.
Estado de la situación
Es una situación dramática que hemos vivido en América latina a lo
largo de la historia. Las desigualdades son tantas, tan grandes y
agudas, y en el caso de Bolivia, un racismo latente, que, a pesar de que
la mayoría de la población sea indígena, más del 55%, todavía hay una
parte de la élite boliviana que no acepta ver que indígenas ocupen
cargos de poder.
Son 500 años de colonización. A medida que las mujeres indígenas
ocupaban un lugar protagónico en la sociedad boliviana, en la que han
tenido acceso a la educación, hubo una reacción que se fortalecía de
gente que no acepta ese estado de las cosas. No, los indígenas no
deberían estar en el poder. Es la realidad, es una situación de mucha
polarización.
-Marie-Christine Doran, politóloga, Universidad de Ottawa
En sus 14 años de mandato, Evo Morales denunció constantemente el
racismo y discriminación contra los indígenas por parte de líderes
opositores y empresarios.
«Venimos de sectores trabajadores, de hermanos muy humildes, hemos
vivido en la pobreza», dijo en su mensaje al renuncia el domingo.
«Estamos dejando a Bolivia con soberanía e independencia del Estado.
Estamos dejando a Bolivia con dignidad e identidad del pueblo boliviano,
con muchas conquistas sociales universalizadas».
Reacción del gobierno canadiense ante auditoría de la OEA y la renuncia de Evo Morales
La ministra de Relaciones Exteriores Chrystia Freeland dijo en un
comunicado ayer domingo que “Canadá agradece el llamado a nuevas
elecciones en Bolivia por parte de la Misión de Observación Electoral de
la Organización de los Estados Americanos (OEA) en el país.
“Los resultados de la auditoría de la misión de la OEA demuestran
serias fallas en la conducta y la contabilidad de la votación del 20 de
octubre de 2019. Está claro que la voluntad del pueblo boliviano y el
proceso democrático no fueron respetados.
“Canadá también pide la renovación de una autoridad electoral
boliviana independiente e imparcial para llevar a cabo este proceso, que
será monitoreada por una sólida misión de observación internacional
dirigida por la OEA.
Finalmente el comunicado hace alusión a la renuncia de Evo Morales y
dice que “seguiremos apoyando a Bolivia durante esta transición y las
nuevas elecciones «.
Esto y más en la entrevista de Leonora Chapman con Marie-Christine Doran, politóloga de la Universidad de Ottawa.
Con información de CBC-BBC
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