Sullkata M. Quilla
La vida política sigue en Bolivia en medio de un redoble de amenazas,
dentro de un cuadro de noticias de represiones, más de una decena de
muertos, heridos, enfrentamientos, militares desplegados en las calles y
carreteras, donde el golpe de Estado racista y fascista sigue su curso,
mientras se buscan salidas a la grave crisis institucional que vive el
país.
Son varias las matrices de opinión que se han ido conformando en
estos días por parte de los medios de comunicación hegemónicos, la
derecha sudamericana e internacional, e incluso un sector del
centroizquierda, que, generalmente por omisión, acaba justificando el
golpe. Los periodistas internacionales presentes fueron evacuados ante
la ofensiva del gobierno contra ellos. Se pretende que haya una sola
voz, la del gobierno golpista.
La vida política continúa, quizá por mera inercia: Por un lado, el
Senado eligió a una nueva presidenta: Eva Copa, oriunda de la ciudad de
El Alto, al igual que el presidente de la cámara de Diputados elegido la
noche anterior, Sergio Choque. Con la juramentación de ambas nuevas
presidencias, pertenecientes al partido del Movimiento Al Socialismo
(MAS), quien detenta los dos tercios, quedó así redefinida la dirección
del poder legislativo.
En simultáneo, la autoproclamada presidenta Jeanine Añez posesionó a
cinco ministros más en su gabinete. Dos de ellos tuvieron declaraciones
que alertaron sobre las políticas que llevará adelante el gobierno
nombrado fuera de la Constitución en un intento de construir una imagen
institucional.
Áñez y su partido, Demócratas de Santa Cruz, el de Rubén Costas y
Óscar Ortiz, junto con el resto de fuerzas opositoras, y la complicidad
de la Policía y Fuerzas Armadas, están cometiendo dos ilegalidades:
sesionar sin quorum, y autoproclamarse “Presidenta Constitucional de
Bolivia” cuando Jeanine Áñez ni siquiera es Presidenta del Senado y la
única presidenta interina posible mientras se acepta o se rechaza la
renuncia de Evo Morales, es Adriana Salvatierra.
El ministro de Gobierno transitorio, Arturo Murillo, anunció que
emprenderá una “cacería” contra tres ex funcionarios del gobierno
derrocado: Raúl García Linera, Juan Ramón Quintana, Hugo Moldiz, todos
por “sediciosos”, mientras que la ministra de Comunicación, Roxana
Lizarraga, amenazó a los “periodistas o pseudoperiodistas”, tanto
nacionales como internacionales, que hagan “sedición” (traducido, que
digan lo que realmente sucede).
Sólo periodistas del exterior, principalmente argentinos y chilenos
estaban haciendo seguimiento a los hechos. Salieron del país por las
amenazas y agresiones. Ahora sólo se cuenta con las redes sociales para
difundir la represión, señalan los comnunicadores partidarios del
gobierno popular.
La canciller golpista Karen Longaric informó este viernes que se ha
retirado a Bolivia de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de
Nuestra América (ALBA) y se cesó a un 80% de los embajadores que se
habían designado en el gobierno constitucional de Evo Morales, después
que Diego Pary manifestó desde Nicaragua que seguirá ejerciendo como
Ministro de Relaciones Exteriores, y participó de una reunión del
Consejo Político del ALBA.
Longaric señaló también que ya se ha cesado en sus funciones a Sacha
Llorenti en la ONU y Ariana Campero en Cuba, y señaló que esos
embajadores retirados no eran de carrera diplomática, y agregó que
funcionarios de carrera de la Cancillería se están haciendo cargo de las
embajadas.
También fueron electos altos mandos de la Fuerza Armada de Bolivia y de la Policía Nacional Boliviana,
La estrategia golpista enfrenta una contradicción, al tratarse de un
golpe de Estado que niega serlo, y busca construirse una
institucionalidad fuera de la ley para sostener esa narrativa. Los
movilizados contra el golpe acusan a la autoproclmada Añez de golpista y
de racista y reclaman el retorno de Evo -que no es homogéneo en las
movilizaciones- lo que ha puesto en marcha un levantamiento en
diferentes puntos del país para confluir en La Paz.
El cuadro político también está tenso e incierto. Los golpistas enfrentan un proceso creciente de movilización nacional atravesado cada vez más por el clivaje racial, ya que reconocen en la autoproclamada presidenta Jeanine Añez, el paramilitar Fernando Camacho, e incluso al perdedor Carlos Mesa, dirigentes contrarios a las naciones indígenas, por su historia y el atropello a la bandera whipala.
Se espera que las movilizaciones aumenten en los próximos días con la
llegada de quienes vienen de diferentes departamentos del país y la
presencia masiva de El Alto, donde la noche de jueves velaron sus
muertos.
Los
hacedores del golpe deben cumplir su promesa de nuevas elecciones en
los próximos tres meses. Los planes del golpe incluían cuatro pasos: el
derrocamiento, la conformación de un nuevo gobierno transicional, el
llamado a elecciones y la celebración de las mismas. Apenas cumplido el
primer paso, no les ha sido fácil cumplir el segundo, la conformación
del gobierno.
Por ejemplo, las nuevas autoridades del Tribunal Supremo Electoral la
debe hacer el Poder Legislativo, donde el MAS tiene presidencias y
mayorías. La pregunta es si el MAS aceptará un acuerdo con el objetivo
de lograr un cauce electoral o los golpistas simplemente prescindirán
del Legislativo
El golpe sigue teniendo el apoyo de los mineros «cooperativistas» de
Potosí que en 2016 se amotinaron en contra de Evo y asesinaron al
viceministro Yáñez: pretendían seguir pagando el 1% por las concesiones y
luego «subcontratarlas» a los privados para que les quedara parte del
39% que deben pagar al Estado). De consolidarse el golpe, la oligarquía
local pactará directamente con las trasnacionales y terminará barriendo
con esas seudo «cooperativas».
Los funcionarios públicos que en un 70% habían votado contra Evo
volvieron a sus puestos con ánimo victorioso y ahora se dedian a
perseguir al 30% de los masistas. Los policías no se dividieron.
El evismo, en cambio, mantiene sus tres pilares: Omasuyos (Ponchos
Rojos), El Alto (juntas vecinales, gremiales), Chapare (Cocaleros). Y
también las comunidades campesinas al Norte de Potosí y, en términos
generales, los campesinos de todo el país. También siguen leales los
profesores rurales, así como el magisterio y los alumnos de la UPEA
“Felicito la unidad de la bancada del MAS que eligió a hermanos
alteños Sergio Choque y Eva Copa para presidir Diputados y Senado. Justo
homenaje al valeroso pueblo de El Alto que denuncia el golpe y defiende
la democracia junto a las organizaciones sociales de mi querida
Bolivia”, tuiteó Evo desde su asilo en México.
* Antropóloga y economista, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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