Antonio Gershenson
Fueron varios
movimientos de expropiaciones, en Argentina y en Brasil, al inicio del
siglo XXI, que marcan diversos momentos revolucionarios de esos países
que buscaban la recuperación económica y de sus recursos naturales en
manos extranjeras, pero la intervención de la derecha de esas naciones y
de Estados Unidos, echaron atrás las conquistas previas.
Sin embargo, es en Bolivia donde a partir de 2006 empezó una etapa de
nacionalizaciones de los recursos naturales, promovidas una vez
iniciado el mandato del presidente Evo Morales.
“No quisiéramos un Estado mendigo –lamentablemente nos han convertido
en mendigos–, no quisiéramos que Bolivia, su gobierno, sus equipos
económicos vayan a pedir limosna a Estados Unidos, Europa o Asia.
Quisiera que esto se termine, y para que eso ocurra tenemos la
obligación de nacionalizar nuestros recursos naturales. El nuevo régimen
económico de nuestra Bolivia deben ser fundamentalmente los recursos
naturales (Morales, 22/1/6).”
Las empresas más afectadas fueron alrededor de 12, sobresalen Repsol,
de España; Petrobras, de Brasil; PanAmerican, de Argentina, y la más
afectada, British Petroleum, de Gran Bretaña.
Cabe decir que varias de estas empresas extranjeras han intervenido, ventajosamente, en la economía petrolera de México.
En 2007 Morales logró otra expropiación. Entre otros yacimientos
nacionalizados de importancia, estuvo el de estaño Posokoni, que era
explotado por empresas privadas nacionales, pero también la gran
fundidora de metales multinacional Glencore, de Suiza, debió entregar
sus instalaciones.
En 2008, la compañía de telecomunicaciones de capital italiano Euro
Telecom, también fue expropiada. En ese mismo año se nacionalizó
Transredes, principal compañía en el transporte de gas, uno de los
recursos más importantes para la economía boliviana. Esta firma estaba
en manos extranjeras: la holandesa Shell, la estadunidense Ashmore y la
Compañía Logística de Hidrocarburos, que fue dirigida por
Oiltanking-Graña y Montero, un consorcio alemán-peruano.
Al siguiente año, en enero de 2009, continuaron las expropiaciones en
hidrocarburos. La empresa Panamerican Energy, administradora de la
petrolera Chaco, de capitales británicos y argentinos, fue la siguiente
afectada. Pero también en ese año, a la British Petroleum, le fue
expropiada la distribuidora de gasolina de aviación Air BP.
Las inversiones extranjeras en hidrocarburos también fueron
nacionalizadas. En enero de 2012, a la petrolera Panamerican Energy le
fueron expropiadas las acciones, con la consecuente afectación a los
capitales de origen argentino y británico.
Las industrias eléctrica y de la construcción también se vieron
beneficiadas con la nacionalización de empresas, como la Transportadora
de Electricidad, emparentada con el Grupo Red Eléctrica de España y otra
filial de British Petroleum, Rurelec.
En cuanto a la industria de la construcción, la producción de cemento
fue recuperada por el presidente Morales, una vez que expropió a varios
grupos, entre ellos uno de origen mexicano, Grupo Cementos Chihuahua.
La recuperación de grandes extensiones de tierra, también fue parte
del programa de recuperación de recursos naturales del gobierno
boliviano. En este caso, los afectados fueron hacendados extranjeros,
especialmente estadunidenses. Más de 36 mil hectáreas de tierras les
fueron incautadas.
Los recientes acontecimientos desestabilizadores promovidos por la
derecha boliviana, y por la actual administración estadunidense –hasta
el momento de escribir este artículo–, en contra del presidente Morales,
ponen en peligro los logros de su gobierno. Sin embargo, la reciente
liberación del líder brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el triunfo de
Alberto Fernández en Argentina, habrán de ayudar a una próxima
recuperación del orden económico de esos países y del área, incluyendo
por supuesto a Bolivia, una vez que se restablezca la paz.
Por otra parte, los días 13 y 14 de la semana pasada, en la capital de Brasil, se reunieron los principales líderes de BRICS,
los cinco, y sus resultados fueron de cooperación unitaria. El jefe de gobierno de Brasil, de derecha, tuvo que coincidir con los otros jefes de gobierno, de izquierda en mayor o menor grado: Rusia, China, India y Sudáfrica, todos presentaron unidad frente a la posición de Estados Unidos.
Hay elementos de avance como por ejemplo en China con el uso
creciente de los trenes maglev de pasajeros y de muy alta velocidad –600
kilómetros por hora– que podrían beneficiar a los países, no sólo de
BRICs, sino también a varios de América Latina.
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