Bernie Sanders*
Donald Trump es un
mentiroso patológico. Según informes documentados, ha dicho más de 20
mil mentiras y distorsiones desde que asumió la presidencia. Es obvio
que esta conducta en alguien que es presidente de Estados Unidos es
causa de una profunda inquietud. Pero lo más perturbador es que Trump
ahora utiliza sus mentiras y desinformación para sembrar confusión y
caos en el proceso electoral y socavar la democracia en el país. En
otras palabras, no tiene intención de aceptar los resultados de la
elección si pierde y de dejar el cargo por voluntad propia. No se trata
sólo de una
crisis institucional: es una amenaza a todos los valores que esta nación propugna…
Durante meses, Trump ha estado insinuando que podría no aceptar el
resultado de la elección de noviembre si pierde. En una entrevista con
Chris Wallace en Fox News, en julio pasado, le hicieron una pregunta
simple:
¿Podría responder de manera si aceptará la elección?Se negó. Dijo:
Tengo que ver. No, no sólo voy a decir sí. Tampoco voy a decir no, y la vez anterior tampoco lo hice.
Quiero que sepan que las preocupaciones que ahora les planteo no sólo
son compartidas por los progresistas… Hay una razón por la que gran
número de republicanos se han alineado en oposición a Trump y en apoyo a
Biden. Créanme, esas personas no creen en nuestra agenda progresista,
ni siquiera en la agenda de Biden, que es más modesta. Pero sí creen en
la democracia, la Constitución y el estado de derecho, y entienden que
Trump no piensa igual.
En el curso de las semanas pasadas, Trump se ha afanado en arrojar
dudas sobre la legitimidad de la próxima elección. En un momento en que
va a la zaga en casi todas las encuestas nacionales y en la mayoría de
los sondeos en los estados donde la contienda será más reñida, afirmó en
fecha reciente:
La única forma en que pueden arrebatarnos esta elección es si está amañada.
Piensen en lo que eso significa. Lo que dice es que, si gana,
estupendo, pero si pierde, la elección está amañada. Y si está amañada,
no dejará el cargo. Cara, yo gano; cruz, ustedes pierden.
Y luego, al mismo tiempo que nos dice que la elección estará amañada,
incita a sus seguidores en Carolina del Norte a cometer fraude
electoral sufragando dos veces, lo cual es un delito grave.
Trump no sólo intenta crear caos y deslegitimar el proceso electoral.
Él y el Partido Republicano gastan ahora decenas de millones de dólares
en los tribunales para que a los ciudadanos se les complique votar.
Intentan recortar fondos al Servicio Postal y destruirlo, para que los
ciudadanos no puedan emitir su voto por correo…
Y entonces, ¿qué hacemos?
Bueno, lo primero y más importante es hacer cuanto esté en nuestras
manos para asegurar que Joe Biden gane por el margen más amplio posible
el 3 de noviembre. Mientras mejor resultado obtenga Biden, más difícil
le será a Trump revertir la elección.
Pero ahora tenemos que considerar un escenario que no tiene
precedente en la historia estadunidense. ¿Qué ocurrirá si, después de
completar la votación, Trump pierde, pero se niega a acatar los
resultados y hace todo lo que pueda para mantenerse en el poder?
Es una perspectiva pavorosa, y apenas puedo creer que tenga que
escribirles acerca de la amenaza de Trump a nuestro sistema de
transición pacífica del poder, consagrado en la Constitución.
Pero, tristemente, estamos en esa situación.
Y lo que debemos hacer, en respuesta, es exigir que nuestro gobierno y
los medios preparen a nuestra nación para lo que ocurra la noche del 3
de noviembre… y más adelante.
• En primer lugar, con la pandemia y un incremento enorme en la
votación por correo, las legislaturas estatales deben actuar de
inmediato para permitir que los votos se cuenten antes del día de la
elección, conforme vayan llegando…
Lo que debemos evitar es una situación en la que estados de contienda
reñida, como Pensilvania, estén contando millones de votos durante días
y semanas después del día de los comicios… Eso significaría que, en la
noche de la votación, podría dar la impresión de que Trump y otros
candidatos republicanos estén obteniendo mucho mejores resultados de los
que se revelarán una vez que todos los votos sean contados. Todo esto
daría a Trump la oportunidad de gritar
fraude electoralmientras se computan los votos emitidos por correo días después de la elección…
• En segundo lugar, los medios noticiosos necesitan preparar al
pueblo estadunidense para entender que ya no hay un solo día de
elección, y que tal vez no conozcamos los resultados el 3 de noviembre…
En ausencia de una conversación natural sobre esa realidad, es probable
que abunden teorías de conspiración y desinformación en el ambiente
caótico que veremos después del 3 de noviembre.
• En tercer lugar, las empresas de redes sociales deben cumplir con
su deber y evitar que algunas personas usen sus herramientas para
amenazar y acosar a los funcionarios electorales y difundir información
falsa.
Esta es la verdad: en Estados Unidos tenemos un proceso electoral
anticuado e ineficiente. Y, hoy día, ese sistema opera bajo la carga
adicional de la pandemia de coronavirus. Por desgracia, en vez de tratar
de mejorar esta situación deficiente, Trump y muchos republicanos
parecen dispuestos a explotarla para conservar el poder. Espero que este
escenario de pesadilla no ocurra.
Así pues, en las semanas venideras, trabajemos duro para dar a Joe
Biden una victoria abrumadora en la noche de la elección. Pero también
debemos permanecer vigilantes, y hacer todo lo posible por evitar que
Trump permanezca en el poder si pierde. Está en juego nada menos que
nuestra democracia.
*Este texto es parte de un mensaje enviado por el senador Sanders
a sus seguidores el 4 de septiembre. Sanders fue precandidato
presidencial demócrata este año y en 2016, continúa como senador por
Vermont y es el político electo progresista mas importante y poderoso de
Estados Unidos.
Traducción: Jorge Anaya
No hay comentarios:
Publicar un comentario