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martes, 15 de septiembre de 2020

A luchar por la democracia en EU



Donald Trump es un mentiroso patológico. Según informes documentados, ha dicho más de 20 mil mentiras y distorsiones desde que asumió la presidencia. Es obvio que esta conducta en alguien que es presidente de Estados Unidos es causa de una profunda inquietud. Pero lo más perturbador es que Trump ahora utiliza sus mentiras y desinformación para sembrar confusión y caos en el proceso electoral y socavar la democracia en el país. En otras palabras, no tiene intención de aceptar los resultados de la elección si pierde y de dejar el cargo por voluntad propia. No se trata sólo de una crisis institucional: es una amenaza a todos los valores que esta nación propugna…
Durante meses, Trump ha estado insinuando que podría no aceptar el resultado de la elección de noviembre si pierde. En una entrevista con Chris Wallace en Fox News, en julio pasado, le hicieron una pregunta simple: ¿Podría responder de manera si aceptará la elección? Se negó. Dijo: Tengo que ver. No, no sólo voy a decir sí. Tampoco voy a decir no, y la vez anterior tampoco lo hice.
Quiero que sepan que las preocupaciones que ahora les planteo no sólo son compartidas por los progresistas… Hay una razón por la que gran número de republicanos se han alineado en oposición a Trump y en apoyo a Biden. Créanme, esas personas no creen en nuestra agenda progresista, ni siquiera en la agenda de Biden, que es más modesta. Pero sí creen en la democracia, la Constitución y el estado de derecho, y entienden que Trump no piensa igual.
En el curso de las semanas pasadas, Trump se ha afanado en arrojar dudas sobre la legitimidad de la próxima elección. En un momento en que va a la zaga en casi todas las encuestas nacionales y en la mayoría de los sondeos en los estados donde la contienda será más reñida, afirmó en fecha reciente: La única forma en que pueden arrebatarnos esta elección es si está amañada.
Piensen en lo que eso significa. Lo que dice es que, si gana, estupendo, pero si pierde, la elección está amañada. Y si está amañada, no dejará el cargo. Cara, yo gano; cruz, ustedes pierden.
Y luego, al mismo tiempo que nos dice que la elección estará amañada, incita a sus seguidores en Carolina del Norte a cometer fraude electoral sufragando dos veces, lo cual es un delito grave.
Trump no sólo intenta crear caos y deslegitimar el proceso electoral. Él y el Partido Republicano gastan ahora decenas de millones de dólares en los tribunales para que a los ciudadanos se les complique votar. Intentan recortar fondos al Servicio Postal y destruirlo, para que los ciudadanos no puedan emitir su voto por correo…
Y entonces, ¿qué hacemos?
Bueno, lo primero y más importante es hacer cuanto esté en nuestras manos para asegurar que Joe Biden gane por el margen más amplio posible el 3 de noviembre. Mientras mejor resultado obtenga Biden, más difícil le será a Trump revertir la elección.
Pero ahora tenemos que considerar un escenario que no tiene precedente en la historia estadunidense. ¿Qué ocurrirá si, después de completar la votación, Trump pierde, pero se niega a acatar los resultados y hace todo lo que pueda para mantenerse en el poder?
Es una perspectiva pavorosa, y apenas puedo creer que tenga que escribirles acerca de la amenaza de Trump a nuestro sistema de transición pacífica del poder, consagrado en la Constitución.
Pero, tristemente, estamos en esa situación.
Y lo que debemos hacer, en respuesta, es exigir que nuestro gobierno y los medios preparen a nuestra nación para lo que ocurra la noche del 3 de noviembre… y más adelante.
• En primer lugar, con la pandemia y un incremento enorme en la votación por correo, las legislaturas estatales deben actuar de inmediato para permitir que los votos se cuenten antes del día de la elección, conforme vayan llegando…
Lo que debemos evitar es una situación en la que estados de contienda reñida, como Pensilvania, estén contando millones de votos durante días y semanas después del día de los comicios… Eso significaría que, en la noche de la votación, podría dar la impresión de que Trump y otros candidatos republicanos estén obteniendo mucho mejores resultados de los que se revelarán una vez que todos los votos sean contados. Todo esto daría a Trump la oportunidad de gritar fraude electoral mientras se computan los votos emitidos por correo días después de la elección…
• En segundo lugar, los medios noticiosos necesitan preparar al pueblo estadunidense para entender que ya no hay un solo día de elección, y que tal vez no conozcamos los resultados el 3 de noviembre… En ausencia de una conversación natural sobre esa realidad, es probable que abunden teorías de conspiración y desinformación en el ambiente caótico que veremos después del 3 de noviembre.
• En tercer lugar, las empresas de redes sociales deben cumplir con su deber y evitar que algunas personas usen sus herramientas para amenazar y acosar a los funcionarios electorales y difundir información falsa.
Esta es la verdad: en Estados Unidos tenemos un proceso electoral anticuado e ineficiente. Y, hoy día, ese sistema opera bajo la carga adicional de la pandemia de coronavirus. Por desgracia, en vez de tratar de mejorar esta situación deficiente, Trump y muchos republicanos parecen dispuestos a explotarla para conservar el poder. Espero que este escenario de pesadilla no ocurra.
Así pues, en las semanas venideras, trabajemos duro para dar a Joe Biden una victoria abrumadora en la noche de la elección. Pero también debemos permanecer vigilantes, y hacer todo lo posible por evitar que Trump permanezca en el poder si pierde. Está en juego nada menos que nuestra democracia.
*Este texto es parte de un mensaje enviado por el senador Sanders a sus seguidores el 4 de septiembre. Sanders fue precandidato presidencial demócrata este año y en 2016, continúa como senador por Vermont y es el político electo progresista mas importante y poderoso de Estados Unidos.
Traducción: Jorge Anaya

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