La Escuela de las
Américas o el Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación
en Seguridad (SOA/WHINSEC) ubicado en Fort Benning, Georgia, Estados
Unidos, se ha hecho famoso por capacitar a torturadores y dictadores;
los que han realizado masacres en todo el hemisferio occidental. Pero
los crímenes de la SOA no son cosa del pasado; la escuela todavía siguen
dando entrenamiento a abusadores de derechos humanos de América Latina
pero también al ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) y a
la Patrulla Fronteriza en EEUU.
El 16 de noviembre de 1989, el
Batallón Atlacatl salvadoreño, capacitado y financiado por los Estados
Unidos, ingresó a los terrenos de la Universidad Centroamericana (UCA)
en El Salvador y asesinó brutalmente a seis sacerdotes jesuitas, a
Celina Ramos, de 16 años, y a su madre, Elba Ramos. Diecinueve de los
veinticinco soldados del Batallón Atlacatl eran graduados de la Escuela
de las Américas del Ejército de EEUU. La Escuela de las Américas es una
institución de entrenamiento de combate con el objetivo aparente de
instruir a los militares latinoamericanos en tácticas de control sobre
grupos contrainsurgentes armados.
La SOA se fundó en la Zona del
Canal de Panamá en 1946 y fue expulsada de Panamá a EEUU, a Fort
Benning, cerca de Columbus, Georgia, en 1984. Los sacerdotes jesuitas
asesinados trabajaban en solidaridad con los pobres y marginados de El
Salvador y criticaban, abiertamente, a la dictadura militar del país.
Sus nombres se encuentran entre los 75.000 civiles asesinados durante la
guerra, respaldada por Estados Unidos, en El Salvador entre 1980 y
1992.
La SOA ha entrenado a más de 83.000 miembros de las fuerzas
de seguridad de América Latina, desde su fundación. Graduados notorios
de la SOA -incluyendo casi una docena de dictadores y algunos de los
peores violadores de los derechos humanos en el continente- son
culpables de utilizar la tortura, la violación, el asesinato, la
desaparición forzada, las masacres y el desplazamiento forzado de las
comunidades. Hicieron la guerra contra su propio pueblo.
El ex
presidente panameño Jorge Illueca declaró que la Escuela de las Américas
era la “base más grande para la desestabilización en América Latina”.
La violencia estatal liderada y apoyada por los Estados Unidos en el
exterior ha devastado a muchas comunidades de América Central y del Sur;
muchas personas del continente se han visto obligadas a migrar al
norte.
El 20 de septiembre de 1996, bajo un intenso escrutinio
público, el Pentágono dio a conocer los manuales de entrenamiento de la
SOA los que abogaban por la tortura, la extorsión, el chantaje, y los
ataques a la población civil. La liberación de estos manuales demostró
que el dinero de los contribuyentes estadounidenses se utilizó para
enseñar a las fuerzas estatales de América Latina como torturar y
reprimir a la población civil. Un informe del Congreso de los EEUU
señaló que los responsables la de la Masacre de 1989 en la UCA habían
recibido entrenamiento en la Escuela de las Américas del Ejército de
Estados Unidos.
Años después, y por la presión pública para
clausurar la SOA, el Departamento de Defensa cerró y sustituyó la
Escuela de las Américas (SOA) por el Instituto del Hemisferio Occidental
para la Cooperación en Seguridad (WHINSEC) en enero de 2001. La medida,
el cambio de nombre, fue aprobado porque en la Cámara de Representantes
se votó una enmienda para cerrar la escuela y llevar a cabo una
investigación por parte del Congreso. La enmienda perdió por un estrecho
margen de diez votos. Sin embargo, la apertura de WHINSEC no se basó en
ninguna evaluación crítica de la capacitación, los procedimientos, el
desempeño, o las consecuencias del programa de capacitación de la
Escuela de las Américas, el cual siguió copiando. Además, ignoró las
preocupaciones del Congreso y la protesta pública sobre los vínculos del
pasado y del presente de la SOA vinculadas a las peores atrocidades a
los derechos humanos.
Al día de hoy, WHINSEC continúa entrenando a
los agentes de seguridad de América Latina incluyendo a funcionarios de
inmigración. En 2015, el primer agente de la Patrulla Fronteriza de
Estados Unidos se graduó en Fort Benning, en las instalaciones de este
infame lugar.
Guerra a los Inmigrantes
El 24
de octubre de 2019, se hizo público un contrato, entre la Patrulla
Fronteriza y la empresa Munición Winchester, confirmando que la Patrulla
Fronteriza compró 33 millones de balas y comprará más de 330 millones
de balas adicionales en los próximos cinco años.
La capacitación
del personal de la Patrulla Fronteriza, en Fort Benning, junto con su
mayor poder de fuego, está preparando el escenario para que los agentes
estatales de los Estados Unidos emprendan una guerra contra los
inmigrantes y refugiados indocumentados en los cruces fronterizos y
dentro de los Estados Unidos.
En los últimos quince años, la
Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos ha matado a casi cien personas
como resultado directo del uso excesivo de la fuerza, incluidos los
asesinatos transfronterizos de Sergio Adrián Hernández Güereca, de
quince años, en 2010, y de José Antonio Elena Rodríguez, de dieciséis
años, en 2012.
Ambos adolescentes estaban en suelo mexicano cuando
fueron asesinados por agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados
Unidos quienes dispararon desde territorio estadounidense. Ningún agente
de la Patrulla Fronteriza ha sido legalmente responsable de estos
crímenes. Según un reciente informe del gobierno interno, obtenido por
Quartz, la mala conducta delictiva de los agentes fronterizos está en su
punto más alto en cinco años.
Además de los agentes de la
Patrulla Fronteriza estadounidense que ahora están siendo entrenados en
el lugar, notorio por instruir a las fuerzas de seguridad
latinoamericanas en guerra civil, el 9 de septiembre de este año, un
informe reveló que los agentes del Servicio de Inmigración y Control de
Aduanas (ICE) también comenzarán a entrenarse allí.
El informe
divulgó que el ICE contrató a la compañía “Operaciones Estratégicas”,
por casi un millón de dólares, para construir modelos realistas de
ciudades estadounidenses en Fort Benning. Este será un centro de
entrenamiento destinado a simular redadas que los equipos de ICE
llevarían a cabo en lugares como Chicago y Arizona, y los Equipos de
Respuesta Especial de ICE serán entrenados para tratar con los
inmigrantes que cruzan la frontera.
Ya hay diseños, extremadamente
detallados, de edificios destinados a imitar el tipo de lugares que los
equipos de ICE allanarán como un edificio residencial de ladrillo, de
dos pisos, típico de Chicago y una casa unifamiliar de seis habitaciones
típica de Arizona, incluidos “accesorios” como muebles, ropa y
juguetes. Según el contrato, los planes incluyen la ampliación para el
futuro, con la adición de hasta cincuenta edificios más al centro de
capacitación.
Recordemos que los agentes de ICE, han actuado con
violencia contra los inmigrantes en todo el país. En julio de 2019,
apareció un video de oficiales de ICE, en Kansas City, agrediendo a un
hombre llamado Florencio Millan-Vázquez, frente a sus hijos y su novia,
rompieron la ventana de su coche y lo arrastraron fuera para detenerlo y
decirle que había una orden de detención a pesar de no proporcionar
evidencia de esto. Más recientemente, un hombre inmigrante recibió
disparos de los agentes de ICE en Nashville, Tennessee, en septiembre
pasado, que tuvo que ser hospitalizado. ICE sigue siendo una amenaza
para los derechos humanos.
Por todo lo anterior, hay que decir que
Estados Unidos está directamente implicado en la capacitación y el
financiamiento de los autores de graves violaciones de derechos humanos.
En América del Sur y Central, esta violencia está marcada por la
intervención militar, económica y política.; además de entrenar a las
Fuerzas de Seguridad de América Latina en la SOA/WHINSEC, ahora, también
los agentes del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados
Unidos están siendo entrenados, en el mismo lugar, con las mismas
tácticas de guerra civil. Los resultados ya son claros: Fuerzas de
Seguridad del Estado fuertemente entrenadas y militarizadas que atacan a
la población civil; entre ellas, también a las comunidades de color,
sin una supervisión o responsabilidad significativa.
En el
trigésimo aniversario de la masacre de la UCA, las organizaciones de
derechos humanos continúan pidiendo el cierre de las instalaciones de
capacitación de SOA/WHINSEC en Fort Benning. Los crímenes de la escuela
no sólo son evidentes en las atrocidades del pasado sino que también se
encuentran en los horrores, a lo largo de la frontera entre Estados
Unidos y México, actualmente, a través de la violencia atroz de ICE.
Aquellos
que están horrorizados por los crímenes de la Patrulla Fronteriza y el
ICE deben unirse al llamado para cerrar la SOA/WHINSEC y otros centros
de capacitación similares.
Dévora González es organizadora de
base de SOAWatch y Azadeh Shahshahani, directora legal y de defensa del
Proyecto Sur y expresidenta del Gremio Nacional de Abogados.
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