Canadá
Una tarde asoleada y
ventosa, visitamos Glace Bay, en la isla Cape Breton, Nova Scotia. Esta
isla suma casi el 20 por ciento del territorio de Nova Scotia, aquí en
el Atlántico Norte en Canadá. En Glace Bay hay un museo que exhibe
maquinarias y equipos de minas de carbón, hoy limpios y pintados, que un
día sucios y ruidosos era operados por sacrificados trabajadores
mineros. Todo es silencio hoy, las maquinas con sus correspondientes
rótulos indicando su uso pasado y el lugar, casi fantasma. Debajo, el
suelo que pisamos, esconde una parte grande de la historia del carbón en
esta provincia canadiense. Esta mina particular en Glace Bay es una de
las doce de esta área, un grupo importante de las 60 que operaron en
Nova Scotia. La explotación del carbón en esta área comenzó hace 250
años, fue una de las primeras áreas de explotación del carbón en el
continente americano y una de las explotaciones del carbón más grandes
del mundo. Para el año 1672 el explorador francés Nicholas Denys había
identificado depósitos de carbón precisamente en Port Morien, cerca de
donde se encuentra este museo. El carbón se encontraba en los
acantilados que dan al mar y los primeros en extraerlo para su uso
doméstico fueron los soldados franceses del fuerte de Louisbourg por el
año 1720.
A sólo un kilómetro del museo minero de Glace Bay se
encuentra el famoso lugar donde el inventor italiano Guglielmo Marconi
construyó, hoy también museo, la primera estación para transmitir a
Inglaterra señales de radio sin hilos, algo que logró el 15 de diciembre
de 1902. Marconi fue en años posteriores un activo fascista por lo que
seguramente la situación de las minas de carbón de Glace Bay y áreas
circundantes debía de serle quizás totalmente indiferentes. El museo
minero de Glace Bay es operado hoy por ex-mineros, organizados en su
sindicato “United Mine Workers of America, UMWA,” Trabajadores Mineros
Unidos de América en español. Se trata de una organización laboral que
existe desde 1890 y cuyos trabajadores retirados sirven de guías en
algunos de los túneles de lo que fue la mina en operación. Los ex
mineros explican con amabilidad y conocimiento no sólo el funcionamiento
de la mina sino también detalles de la vida de los mineros y sus
familias, o sea la historia misma de una época en que trabajar en la
minería del carbón era un infierno. Los visitantes no pueden sino
asombrarse de los relatos que escuchan. No se trata simplemente de un
relato personal, aunque el guía ha vivido una historia personal, es más,
es un trozo de la historia comunitaria de los mineros que los ex
mineros comparten y mantienen viva. Los visitantes se asombran porque la
sociedad canadiense, generalmente a-histórica, no habla de estas cosas,
ignora su pasado, persuadidos todos a focalizarse solamente en el
presente.
La explotación de las minas en Glace Bay fue durante
muchos años un trabajo a pequeña escala. No fue sino hasta 1856 que
comienza la producción industrial y para 1893 se había formado la
Dominion Coal Company, un año después en 1894, esta compañía tendría
derechos exclusivos sobre la explotación del carbón de toda la provincia
de Nova Scotia. Se producían para entonces 700.000 toneladas de carbón
bituminoso al año que era usado mayormente por la industria metalúrgica.
El carbón tiene, en general, más de 20 subproductos útiles. Este carbón
particular requiere no sólo un gran esfuerzo humano de los mineros para
extraerlo sino también se corre un gran riesgo diario en hacerlo,
además del riesgo constante de peligro de explosión del gas grisú. Para
1909 se forma la Dominion Iron and Steel Corporation para producir
acero, y para 1921 ambas corporaciones se unen y forman la British
Empire Steel Corporation (BESCO). Al principio estas corporaciones
reclutaban trabajadores de las zonas rurales y el trabajo en las minas
era sólo temporal, de primavera y verano. Con el auge del acero y del
carbón a principio del siglo 20 las operaciones mineras aumentaron y la
explotación se hizo de tiempo completo, se necesitaron entonces más
trabajadores y se los comenzó a traer desde Europa. El capitalismo
industrial en Europa devoraba trabajadores con sobreexplotación y
miseria y los que podían emigrar lo hacían con la esperanza de que en
este lado del Atlántico la vida fuera un poco menos dura. Muchos textos
de historia en Canadá hablan de este período como la “época dorada del
carbón,” no hay duda que fue una época exitosa para los ricos que
explotaban el carbón y producían el acero, pero fue toda una tragedia
para los trabajadores y sus familias que hacían posible la explotación
del carbón y la fabricación de acero.
Las jornadas de trabajo
eran de 12 a 14 horas diarias por lo que los mineros no veían la luz del
día. Dentro de las minas se usaban caballos pequeños (pony) para tirar
los carros cargados de carbón, estos caballos vivían su vida en los
túneles y por eso eran prácticamente ciegos, pero al menos se los
alimentaba adecuadamente. Los caballos valían más que los niños mineros
que desde muy corta edad cumplían duras jornadas en las minas, muchos
reemplazando padres que no podían trabajar por accidente o enfermedad.
El asunto de donde vivir era un problema serio a medida que aumentaba la
explotación minera, la compañía construyó viviendas propias en varios
distritos mineros y muchos vieron esto como una buena solución pero
pronto estas viviendas, igual que la almacén de la compañía, fueron
usadas para manipular a las familias mineras y forzarlas a trabajar y a
entregar sus hijos al trabajo de la mina. Nuevas degradaciones y abusos a
los mineros y sus familias se añadieron con la creciente dependencia de
los trabajadores a la compañía. Los mineros pagaban renta por las casas
de la compañía y pagaban también por el carbón para cocinar y
calentarse, la electricidad y el agua. El almacén de la compañía les
vendía comestibles básicos y ropa a crédito, todo era descontado de sus
salarios, que eran los más bajos salarios pagados a un minero en toda
Norteamérica: los mineros siempre estaban al debe. Este sistema
esclavista, común en muchos países a finales del siglo 19 y principios
del 20, era una trampa que imponían los “visionarios” capitalistas para
asegurarse mano de obra barata y dócil.
Para 1921 la producción
de carbón y acero en toda Nova Scotia era un monopolio de BESCO y para
1922 comienza una baja en el mercado industrial. Los dueños de las minas
querían mantener sus ganancias y exigen una reducción de los salarios
de los mineros de un 37,5 por ciento, el sindicato minero (UMWA) que
sobrevivía con grandes dificultades responde desafiando la escandalosa
rebaja salarial. Y comienzan las huelgas y confrontaciones en parte
porque la compañía se niega a negociar y contrata rompehuelgas, los
conflictos duran tres años. Las tropas del ejército canadiense son
enviadas tres veces a Glace Bay para reprimir a los mineros, parte de la
reacción contra los trabajadores incluye además sicarios y matones de
la compañía. La represión no respeta a nadie, mujeres y niños sufren las
mismas golpizas y miedos que hombres, son tiempos de terror
corporativo. El 11 de junio de 1925 los matones de la compañía, muchos
en estado de ebriedad, disparan sobre una marcha de 2000 mineros y
hieren a varios, es asesinado Willian Davis, padre de 10 hijos. Es
debido a esta tragedia que en toda esta región se conmemora el William
Davis Miners Memorial Day en 11 comunidades y pueblos en esta fecha, es
el único homenaje oficialmente reconocido a un trabajador en lucha por
sus derechos en todo Canadá. Días después de esta represión los mineros
asaltan y prenden fuego 4 almacenes de la compañía y se roban todos los
alimentos que distribuyen entre familias mineras necesitadas.
Los mineros de Cape Breton sufren por más de 25 años condiciones
laborales terribles y constante intimación, la compañía consideraba un
sacrilegio y hasta una traición las demandas de mejores salarios y
calidad de vida. Muchos de estas luchas fueron lideradas por James
Bryson McLachlan, inmigrante escocés socialista y comunista que en 1923
fue juzgado en Halifax junto a otros por sedición. Realmente era acusado
de ser militante sindicalista socialista y por esto paga con un año de
cárcel, así contrae tuberculosis, debido a las malas condiciones del
presidio. Tiene energía para seguir luchando y en 1935 en desacuerdo con
la derechización del Partido Comunista de Canadá renuncia. Sigue
consecuente, sin embargo, hasta su muerte el 3 de noviembre de 1937. De
costa a costa en Canadá los mineros, y trabajadores de otras áreas,
demostraron este día su admiración y su dolor, sabían que perdían a unos
de los luchadores y educadores sindicalista más brillantes de la
historia de este país. En Glace Bay existe un monumento de granito negro
con la biografía de McLachlan honrando su vida de lucha y su
generosidad.
La historia de las minas de Glace Bay, y de Nova
Scotia toda, no es única. El trabajo minero esclavo se impuso en otras
provincias de Canadá, Estados Unidos, Europa y en explotaciones mineras
en América Latina, y hoy, condiciones similarmente explotadoras existen
en África y Asia. En Nova Scotia, y después de muchos años de
enriquecimiento de BESCO, el gobierno Federal y Provincial decide
nacionalizar las minas de carbón y la industria del acero en 1968. Para
entonces ambas áreas habían alcanzado mejores salarios, condiciones de
trabajo y beneficios y el reconocimiento de los sindicatos como parte
fundamental en la implementación de un estado más generoso, el Estado de
Bienestar Social que comienza en los años 50. Las nacionalizaciones
fueron igualmente muy favorables a las compañías privadas
nacionalizadas. Luego a partir de los 1980s se impone el modelo
neoliberal en contra de avances laborales y para el 2001 por presiones
de este nuevo modelo económico cierra la última mina y lo que queda de
la industria del acero. Diferentes gobiernos en Canadá favorecen hoy y
han favorecido siempre intereses corporativos, en tiempos de conflicto
laboral y en tiempos normales. A pesar de que existen leyes en el código
laboral que podrían ser aplicadas para frenar abusos corporativos no se
las aplica. Revisando la historia no encontramos ejemplos en que un
gobierno canadiense haya cuestionado la explotación y el abuso
corporativo capitalista en este país, pero si encontramos numerosos
ejemplos de gobiernos listos a reprimir y abusar trabajadores y
ciudadanos en defensa de cualquier corporación.
En el presente
existe una mina a tajo abierto que produce carbón para las
termoeléctricas. Otra mina fue reabierta hace dos años y en esta el
gobierno provincial de Nova Scotia ha dado a sus dueños tantas
facilidades y prebendas que pareciera que el gobierno llama a volver a
tiempos de esclavitud laboral. Se trata de una mina que emplea a más de
100 trabajadores y que ha violado ya 12 veces regulaciones de seguridad y
ha estado en varios conflictos laborales debido a su funcionamiento, no
se espera gran futuro. El capítulo de la gran industria minera en Nova
Scotia parece concluido. Han colapsado también gran parte de la
industria pesquera y forestal hace unos años, por lo que la única base
económica existente es la gestión del estado –en la educación, salud,
servicio social, fuerzas armadas, transporte público, servicios
municipales, administración, infraestructuras y algunas empresas
estatales que juntas incluyen a casi el 50 por ciento de la fuerza
laboral de esta provincia y pagan sueldos que permiten vivir. El sector
privado en Nova Scotia, involucrado mayormente en servicios, aparece en
las noticias cada vez que genera un puesto de trabajo, pero en el 80 por
cientos de todos los empleos del sector privado paga salario mínimo o
alrededor del mínimo.
La explotación y uso del carbón, y otros
fósiles como el petróleo y el gas natural, dañan el medio ambiente.
Pero, no por esto han dejado de ser explotados o se ha reducido su
producción. La realidad y la percepción de la realidad están en
contradicción, porque los medios de información son corporativos. Se
hacen conferencias sobre el medio ambiente pero no se toman acuerdos
para implementar cambios y si se toman acuerdos que no se cumplen.
Obviamente cambios fundamentales en nuestra forma de vivir son
necesarios para reducir nuestro consumo de fósiles, se requiere un
cambio de paradigma principalmente en occidente pero este se niega,
incluso la mayoría de los ciudadanos occidentales se niega a reducir su
consumo de fósiles y sus subproductos, a dejar de consumir, de comprar,
de viajar. Desafía nuestro entendimiento poner fin a la idea de continuo
crecimiento económico como saludable para la economía, una falacia que
dispersa diariamente los medios corporativos dominante. No se regula la
explotación de recursos naturales, pocos países controlan sus recursos,
que en la mayoría han sido desregulados y privatizados en ambos,
explotación y uso. Los estados están controlados por elites políticas
que son a su vez contr o ladas por los ricos y sus corporaciones. Los
políticos en los parlamentos y gobiernos están al servicio del dinero, y
muchos sindicatos que representan a miles de trabajadores también lo
están o son inoperantes al punto que aunque supuestamente representan
miles no convocan a nadie debido a su propia despolitización. Es
imposible proteger recursos o medio ambiente sin jurisdicción y sin
estado, además están firmados los tratados de “libre comercio” que se
prestan para continuas litigaciones contra cualquier estado que trate de
defender recursos o ambientes chantajeándolo por cualquier intento de
jurisdicción. Sin capacidad de transformar el presente, volverá
seguramente el día en que sea posible explotar aquí también como se
explotaba antes, puede que se reabra Glace Bay y se imponga la
esclavitud del pasado, puede que vuelvan por el carbón en todo el mundo
como también extraerán hasta la última gota de petróleo y metro cubico
de gas natural para sostener las inequidades de nuestro orden de vida.
Recursos:
The Company Store, Coal Miners 1900-1925, John Mellor
Dictionary of Canadian Biography, University of Toronto and Université Laval
Miners Museum- Glace Bay, Nova Scotia Canada
Nova Scotia Archives 1720-1992
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