Fragua
Será su tiempo en que tome camino,
en que desate su rostro y hable
y vomite lo que tragó
y suelte su sobrecarga.
El libro del Chilam Balam
La lucha por la liberación
nuevamente
pone en el centro de la lucha planetaria anti neoliberal a los pueblos
del Caribe y de América Latina. La década inicia con una movilización
estrepitosa, con un renovado espíritu anti capitalista, con discusión
viva y el reconocimiento del gendarme norteamericano desplegando sus
alas sobre el territorio de nuestra América; continente asolado por el
hambre, la desigualdad social, las migraciones, el narco, el trabajo de
jóvenes y niños; regiones sin futuro y sobre todo con hambre. Los
pueblos hermanos se movilizan en contra de los grandes corporativos, de
los narco-Estados, de la tecnocracia neoliberal y la injerencia del
imperialismo.
Quedan atrás nuestras historias de pueblos de
piedra, polvosos, olvidados, inmóviles, presentes en la memoria de pasos
perdidos, senderos que se bifurcan, así como la lenta duración en el
tiempo inmóvil de la América construyendo su historia. Son sociedades
diversificadas, modificadas, con logros producto de luchas de liberación
que recorren a lo ancho y largo del continente las que hoy cobran e
intensifican su conciencia proletaria. Ahora los héroes populares cobran
vida en el imaginario colectivo y combativo de las barricadas, se
perpetúan a los héroes como Allende, Fidel Castro, Sandino, Martí,
Mariátegui, el Ché, Camilo Torres, Bolívar, Raúl Sendic y tantos otros;
son retomadas las canciones de Víctor Jara, Inti-illimani, y otros
cantos de lucha y resistencia ante esquemas de intentos de recuperación
de un capitalismo que se comporta de forma depredadora en nuestra
geografía: amenazando la selva amazónica y el Petén guatemalteco,
pretendiendo la extracción rapaz del cobre chileno, del litio boliviano,
del petróleo venezolano y mexicano, todas y cada una de las materias
primas. El mundo de la producción de mercancías se entiende en las
lecciones de la acumulación primitiva del capital que nos sirven para
comprender la coyuntura actual. Queda engarzar los vínculos, analizar
para impedir el gatopardismo y el cambiar para permanecer iguales, para
descubrir a las burguesías de un país asociadas a los grandes
corporativos, a los mercados internacionales y a los empresarios
trasnacionales, quienes se posicionan en contra de los procesos,
populares y libertarios de modelos amplios, democráticos, que expresan
el nuevo reto: asambleas, proyectos comunitarios vs individualismo
posesivo-empresaria.
¿Cuáles serían algunos de los elementos
explicativos?: nuevos equilibrios del poder global (léase rusos y
chinos); la invención del narcoterrorismo y su papel en la
criminalización de la protesta social; las inaceptables bases militares
norteamericanas en Sudamérica; los golpes de Estado, como el ocurrido
contra Evo Morales; la guerra por el agua, el territorio, las materias
primas; las privatizaciones; el adelgazamiento del Estado; los nuevos
escenarios de la “guerra urbana”; las estrategias centradas en la
represión selectiva, con participación de los servicios israelíes con
experiencia en el tratamiento palestino implementados en las
movilizaciones contra los jóvenes, con base en la experiencia
colombianas de 2011; represión selectiva; mutilaciones; violaciones a
las mujeres, acompañada de violencia psicológica; creación de víctimas
destruidas en lo interno…
En Haití todo un año de violencia.
Aún la delincuencia actúa con toda impunidad y gobierna las calles, el
Estado deja a la población inerme ante el crimen organizado, el
presidente Moise ha perdido el control del país y aparece la represión
frente a protestas para su gobierno; entre otro punto, el golpe de
Estado tradicional en Bolivia, la ultraderecha encabezada por el
opositor Luis Fernando Camacho se entrega a las empresas
norteamericanas, la política de polarización y el discurso de odio
complementan el exterminio del Estado plurinacional; en el caso chileno,
la precarización de sectores medios, pensiones y salud, el alza de los
transportes provocó jornadas de protesta; en Colombia, se desarrollan
marchas y cacerolazos para rechazar las reformas tributarias de Iván
Duque y, como respuesta, el Escuadrón Móvil Antidisturbios de la policía
termina como el responsable de más de 34 muertos. En contraste, destaca
la revolución bolivariana venezolana que ha contribuido al transformar
de manera destacada una nueva geopolítica regional y mundial, logrando
debilitar la hegemonía “tradicional” norteamericana, construyendo
alianzas extra regionales con Rusia y China, enfrentando permanentemente
los intentos golpistas, ofreciendo un ejemplo de antiimperialismo en
Sudamérica. Como vemos, se modifica la correlación de fuerzas de la
región y vivimos un momento de desaceleración económica y crisis
política social, sumado a desaciertos propios de la burguesía
trasnacional y la corrupción como paradigma neoliberal. Todos estos
males apocalípticos no desaparecerán si no luchamos de forma organizada y
unitaria por transformar las actuales condiciones.
Tenemos la
tarea conjunta de detener el sometimiento al imperio y al colonialismo
europeo, esto significa que debemos ampliar nuestras luchas por el uso
sustentable de los recursos naturales, la igualdad, la equidad y
justicia social; necesitamos comprometernos con la democracia y
profundizar su carácter popular, directo, participativo y comunitario, y
fortalecer las organizaciones de lucha que sean determinadas por cada
experiencia local, así como el derecho a integrarnos en el sueño
bolivariano de una América unida; hay que rechazar a cualquier forma de
fascismo, racismo, xenofobia, discriminación, exclusión, y luchar por el
derecho de cada país a elegir el sistema político que decida, como dice
la canción: “el derecho de vivir en paz”, así como el derecho a la
cimentación de nuestra identidad y patrimonio cultural. La crisis que
padecemos es sistémica, el modelo neoliberal no ofrece opciones posibles
de desarrollo. Ante el fascismo, la batalla por la hegemonía, el
desastre ecológico en la Amazonia, los golpes militares y el intento de
cerco a la revolución bolivariana en Venezuela, no queda más que
construir una vía alternativa de solidaridad y lucha social progresista.
Nosotros como OLEP hemos expuesto un punto en nuestro
Programa Mínimo de Lucha sobre la libertad a las formas de organización
anticapitalistas y antiimperialistas, que hoy se presentan en suelo
americano. Estemos pendientes, un fantasma recorre el suelo americano.
Jornadas de lucha y resistencia nos esperan, así como solidaridad,
debate, análisis y organización en la construcción de una propuesta
programática diferente: el socialismo.
¡Destruir el neoliberalismo en los hechos para construir el socialismo!
¡Hasta la victoria siempre!
NOTA:
Este artículo fue publicado como parte de la sección Internacional del
No. 49 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la
Emancipación Popular (OLEP), Enero, 2020.
No hay comentarios:
Publicar un comentario