David Brooks
▲ Para algunos analistas, el nivel de activismo y resistencia contra el
asalto de la derecha nunca había sido tan amplio en Estados Unidos. En
la imagen, manifestación contra el presidente Donald Trump afuera de un
club de golf en Virginia.Foto Afp
“Ahora, la única cosa que hice
mal / Fue quedarme demasiado tiempo perdido en el desierto…. La única
cosa que hicimos bien / Fue el día que empezamos a luchar / Mantén tu
mirada sobre el premio, sostente…” (versos de Keep your Eyes on the Prize, parte esencial del repertorio de los himnos de lucha y resistencia del movimiento de derechos civiles de los años 50 y 60).
Entre rayos de esperanza y el anunciado inicio de la Apocalipsis
climático y/o nuclear parece haber poco espacio. Esas odas a la
resistencia, a la perseverancia, a la fe, a veces son poco convincentes,
sobre todo en uno de los países más violentos de la historia ahora bajo
un régimen que está dispuesto a anular el futuro no sólo de su pueblo,
sino de todo el planeta.
Después de leer, ver, escuchar las noticias en todas las múltiples
plataformas modernas que nos inundan de material en un asalto incesante
cada mañana se necesita un esfuerzo casi superhumano para continuar con
el día. A veces un poco de humor ayuda, como recordar un amigo húngaro
refugiado en México de las guerras y la persecución en Europa, quien
cuando alguien le preguntaba que hacía todos los días, respondía:
pues me levanto, desayuno, leo el periódico y si no estoy entre los obituarios, salgo y me voy al trabajo.
Hay esperanza infinita, sólo que no para nosotros, escribió Kafka, recuerda el escritor Jonathan Franzen en The New Yorker sugiriendo que tal vez en la coyuntura actual habrá que modificar esa frase a algo como
No hay esperanza, excepto para nosotros, ya que es hora de decir la verdad sobre el cambio climático y lo que habría que hacer dado los pronósticos científicos de desastres existenciales y la poca o nula acción en el mundo ante la actual desestabilización de la vida planetaria ya tan evidente. Aquí la respuesta oficial por este régimen es maravillosamente orwelliana: todo eso es puro fake news.
¿Entonces?
Rompe el corazón ver a jóvenes movilizados que preguntan por qué
todos los adultos han permitido que se llegara a este punto, donde el
mismo futuro se está anulando a propósito. Pero también ofrecen parte de
la única respuesta posible, dentro de la cual existe el renacimiento de
ese futuro hoy día, cuando estos mismos jóvenes indignados declaran:
nosotros somos el cambio que estábamos esperando.
No es nueva esa frase y ha retumbado a lo largo de los momentos más
nobles de la historia en este y otros países, con diferentes palabras,
pero es más urgente que nunca ahora ante una de las eras más oscuras en
este país. Se escucha en varios rincones y expresiones; muchas de las
cuales no se reportan tanto. Está presente, por ejemplo, en la huelga de
20 mil trabajadores de telecomunicaciones de AT&T en nueve estados
que estalló el mes pasado por prácticas abusivas patronales y la
ausencia de derechos laborales. A lo largo de los últimos dos años han
asombrado (a las cúpulas y otros) huelgas con decenas de miles de
maestros, miles de trabajadores en la industria hotelera (Marriott) y en
el sector de salud, otros miles en acciones labores para obtener
derechos laborales básicos en la rama de comida rápida.
De repente hay propuestas progresistas que ocupan el centro del debate político del país, desde un New Deal verde, hasta seguro de salud universal, acceso gratuito a las universidades públicas y más.
Algunos señalan que el nivel de
activismoy el mosaico de resistencia contra el asalto por la derecha en este país nunca ha sido más amplio, con sorprendentes expresiones de apoyo para el
socialismopor 40 por ciento de la población, mayorías favoreciendo la legalización y respeto de los derechos de los inmigrantes, como la defensa de libertades civiles de todos. Otros indican que las más grandes manifestaciones de protesta en la historia estadunidense se han impulsado durante los dos años y medio del régimen actual.
En todo esto, junto con el rescate de las historias de lucha contra
el fin de la historia, está la posibilidad, tal vez la última, de un
verdadero renacimiento.
Springsteen and the Seeger Sessions band https://www.youtube.com/ watch?v=LIgcBBxjgwE
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