Puerto Rico
NCM
Los
funcionarios del Estado a cargo de proponer, defender e implantar una
reforma fiscal que afecta potencialmente a 40.000 empleados
transitorios y otras categorías similares manifiestan desconocimiento
oficial de esa cifra, fundamental para poder calcular las consecuencias
del estatuto, que renovará el período de reforma iniciado en 2006 y que
vence en julio.
De igual forma, un legislador influyente en la
evaluación de las políticas económicas del gobierno, hizo gala de una
ignorancia sorprendente durante las vistas públicas sobre el próximo
presupuesto y no lograba descifrar las gráficas presentadas por la
Junta de Planificación porque no conocía categorías elementales de las
formas de calcular el producto nacional bruto.
Las escenas,
que se suceden con una incidencia preocupante, serían apropiadas para
un entremés teatral humorístico a no ser porque agravan la perspectiva
de más dificultades para Puerto Rico, que ya enfrenta un deterioro
prolongado y profundo en su economía, así como la degradación de sus
bonos al nivel que se conoce como “basura” por parte de las casas
acreditadoras de Wall Street.
Se trata de un proceso en el
que la desinformación, que en ocasiones ha llegado a la mentira
grosera, está afectando el propio proceso de toma de decisiones a
puerta cerrada en los altos niveles del Gobierno. Hay funcionarios que
manifiestan en privado que no se dispone de datos estadísticos
necesarios en la toma de decisiones, cuando en realidad la información
buscada está accesible en documentos públicos.
Así, la
categoría “público, pero no publicado” comienza a jugar un papel
importante en el deterioro de la situación institucional de esta
pequeña nación isleña y colonia de Estados Unidos desde 1898. Ese vacío
de conocimientos prácticos afecta además la credibilidad del régimen
autonómico, establecido a mitad del siglo pasado bajo el nombre de
Estado Libre Asociado, y que intenta rehabilitarse luego de que en el
año 2012 fuera repudiado por una mayoría absoluta del electorado,
situación que por ahora se ha mantenido en una especie de limbo
político sin que las cámaras legislativas logren dar un solo paso
concreto para alguna convocatoria que abra las puertas a un proceso de
cambio.
El caso de los llamados empleados “transitorios” y
“de contrato” –distintos de los regulares o de carrera- podría verse
como ilustrativo del panorama de desinformación que afecta al propio
Gobierno.
En su mensaje a la asamblea legislativa sobre el
estado del país, el gobernador Alejandro García Padilla aseguró con
énfasis que se implantaría la nueva fase de la reforma fiscal sin
despedir más empleados. Sin embargo, el proyecto de ley enviado por el
Palacio de Santa Catalina, sede de la gobernación, dice que se podrán
eliminar los contratos “prescindibles” y prohíbe de manera explícita la
renovación de los puestos transitorios, excepto en cinco categorías que
se consideran esenciales.
Luego de semanas de insistencia por
conocer de cuántos trabajadores se podría estar hablando y de las
respuestas reiteradas por parte de funcionarios de alto nivel, que
insistían que el gobierno no tenía dicha información, resultó que por
mandato de la Ley de Reforma Fiscal de 2006, el Gobierno de Puerto Rico
mantiene un “Registro de Puestos Ocupados e Información Relacionada”
con la información general y los detalles agencia por agencia.
La copia que se hizo oficialmente pública en diciembre pasado, obtenida por NCM Noticias,
especifica que a finales del año 2013 el Estado tenía 40.467 empleados
transitorios, por contrato y otras similares, lo que constituye casi el
18 por ciento de la plantilla de empleados gubernamentales. Según el
Registro, en la Oficina del Gobernador había 301 de esos empleados,
8.680 en los departamentos y las agencias del Ejecutivo, 5.863 en las
corporaciones públicas, 508 en la rama judicial, 715 en la asamblea
legislativa, 24.051 en las alcaldías de los 78 municipios, y 349 en
otras entidades gubernamentales.
La insistencia en que esa
lista no existía deja sobre la mesa si los funcionarios le mintieron a
la prensa o si de verdad desconocían la información, con las
interrogantes que quedarían sobre si se midieron o no todas las
consecuencias económicas y sociales de la prohibición que se solicita a
la Legislatura.
De la misma forma, el Gobierno asegura tener un plan estratégico para la recuperación económica, pero la búsqueda de NCM Noticias
produjo dos distintos, que, de todas formas, contienen información que
va de contradictoria internamente hasta en abierta discrepancia con las
bases de datos del propio Estado.
Otro tanto ocurre con la
estatal Universidad de Puerto Rico, principal inversión del país para
insertarse en la llamada economía del conocimiento. Mientras se
mantiene obstinadamente la posición oficial de que a la UPR no se le
han recortado los fondos, el proyecto de presupuesto consigna el
impacto negativo de 178 millones de dólares en su presupuesto
recomendado para el próximo año fiscal y la propuesta ley para la
“sustentabilidad” fiscal indica que esa condición continuará durante
los próximos años.
El Gobierno también insiste en que se ha
presentado, por primera vez en 15 años, un presupuesto que no excede
los recursos, pero en la ley de “sustentabilidad” se dispone la
confiscación de ahorros de diversas corporaciones públicas para cubrir
fondos deficitarios de la operación de agencias gubernamentales. Así
mismo, se establece de forma explícita que buena parte del dinero que
se les quitará a los trabajadores del Estado se utilizará para
subsidios e incentivos a los empresarios.
Cuán partícipe es o
no el gobernador García Padilla de toda la situación sigue siendo una
incógnita. Esa situación se parece en ocasiones a las descripciones que
hizo Ibn Khaldún en El Muqaddimah, allá para el siglo XIV, sobre cómo
elites que ya habían perdido el sentido de propósito y compromiso que
tuvieron los que fundaron una dinastía se hacían con el poder real de
manera irresponsable mientras mantenían casi como prisionero en palacio
al monarca, al que engañaban proveyéndole lujos primorosos y usándolo
para que diera la cara y así mantener tranquilo al pueblo.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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