El Salvador
En
la relación entre gobierno y Estado, los seres humanos entendemos al
gobierno, lo pensamos y hasta lo vemos porque en ocasiones conocemos
los nombres de los funcionarios y empleados que asumen como gobierno;
pero no ocurre lo mismo con el Estado, esta es una idea poderosa que se
refiere a un orden y a un poder que contiene el juego real que se juega
en una sociedad y las reglas con las que se juega ese juego. Estas
reglas están contenidas en la Constitución y el juego está contenido en
la sociedad donde tiene que ver con los poderes reales que se mueven en
la misma y la determinan y la moldean de acuerdo a las correlaciones de
fuerza.
Los gobiernos se suceden unos a otros, el Estado se
mantiene en una relación que no siempre está al alcance de la mirada de
las personas. El Estado determina, en buenas cuentas, la vida humana,
así ocurre hasta que la relación entre este Estado y el poder del
mercado se desequilibra totalmente hasta llegar al momento actual, en
donde el poder del Estado sobre la sociedad es sustituido por el poder
del mercado sobre la sociedad y sobre el Estado mismo.
En el
mundo de hoy esta realidad se expresa en el poder independiente de las
grandes empresas planetarias con respecto a sus Estados de origen,
ocurre que estas empresas diseñan y aplican sus propias políticas con
independencia de sus Estados y son los que deberán someter sus
intereses a los de estas empresas. Así se definen actualmente los
puntos neurálgicos de la situación internacional. Así hay que entender
los acontecimientos de Ucrania, Siria y Venezuela.
Nuestro país
cruza el momento más oscuro de su historia por la ausencia de caminos y
de rutas y, sobre todo, por la especie de anomia social que paraliza el
ánimo de la sociedad.
Aparentemente estamos frente al fin de un
gobierno y el inicio de otro y esto, en todo caso, es la continuidad
sistémica de un saludable régimen; pero es aquí precisamente donde
aparece una problemática muy determinante a partir de que la crisis de
nuestro país exige un cambio de régimen que equivale a un cambio de
orden.
El orden es el conjunto de leyes, decretos, reglamentos,
resoluciones, acuerdos, políticas y providencias orientadas a mantener
intacta una determinada realidad y así, orden y realidad se defienden
mutuamente. Pues bien nosotros necesitamos para sobrevivir construir
una nueva realidad y esto requiere de un nuevo orden, precisamente de
aquel que ponga en el centro la participación y decisión de la gente.
es decir, de las mayorías, es un cambio de intereses dominantes lo que
puede determinar el avance hacia ese nuevo orden.
El régimen
político actual garantiza que el orden ni cambie ni se modifiquen y que
la realidad permanezca inalterada. Como podemos ver todo gobierno que
se arrope con las mismas palabras, la misma economía, el mismo poder,
el mismo proyecto, el mismo discurso que los gobiernos anteriores,
resulta ser simple continuación de esos gobiernos y también ese régimen.
Una
parte de la población tiene esperanzas en que algo cambiará
favorablemente y estos son sin duda los que votan a favor de un
candidato, otra parte está mirando que el nuevo gobierno se afana y se
ufana de su conversación con la cúpula empresarial, de su entendimiento
con el Banco Mundial y el FMI, de su reunión con el Secretario de
Estado estadounidense y todo esto es ante los ojos sociales un poco más
de una historia ya conocida.
Para nuestro país las cosas no
están pintadas con primor, más bien nos estamos moviendo dentro del
desastre y del derrumbe del antiguo Estado Oligárquico, vivimos ya bajo
el control de poderes extra estatales e inter mercados y cualquier
gobierno interesado en hacer cosas diferentes, debería saber que la
primer diferencia a establecer es la de definir para quien y en
beneficio de quien va a gobernar ese gobierno. Hasta ahora el gobierno
entrante parece interesado en entenderse con las cúpulas empresariales
y no con los sectores populares y estas cúpulas, con una cabeza muy
oligárquica tienen muy claro que no puede haber ningún entendimiento en
nada relacionado con justicia tributaria, con salario justo, con
respeto al medio ambiente, con respeto a derechos humanos, con control
de actividades transnacionales y con nada que signifique un nuevo juego
ni mucho menos con nuevas reglas.
Un entendimiento en estas
condiciones y términos equivale a una entrega y renuncia a todo
previsible atisbo de buenas intenciones que pudieran existir en el
nuevo gobierno.
Mientras esta cocina sigue hirviendo a fuego
lento, la vida de los seres humanos se consume en inmensas llamas, de
crisis, de sangre y de miedo.
Nunca como hoy la acción popular
ha sido tan necesaria, y nunca como hoy las vendas en los ojos y en la
mente han sido tan peligrosas.
Las campanas que enmudecen están esperando por los campaneros y no hay tiempo que perder.
Dagoberto
Gutiérrez es firmante de los Acuerdos Políticos que finalizaron la
guerra civil de El Salvador y fue comandante de la guerrilla. Miembro
de la Tendencia Revolucionaria Salvadoreña.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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