Diego de León (CERIGUA)
El ex subdirector de seguridad del sistema penitenciario, Luis Alfredo Linares Pérez, quien fue encargado de elaborar el plan “Pavo Real” para la requisa de Pavón cuando desempeñaba ese cargo, en septiembre de 2006, reveló ante el Tribunal Criminal de Ginebra, en el marco del juicio contra Erwin Sperisen, que desde el inicio la operación dio giros inesperados, al margen de la idea original.
Sperisen, nacional suizo y guatemalteco, dirigió la Policía Nacional Civil (PNC) entre julio 2004 y marzo 2007, durante la administración del presidente Oscar Berger Perdomo (2004-2008); dos operativos planificados y ejecutados desde las más altas esferas del Ministerio de Gobernación, al cual está adscrita la PNC, son las causales que tendrán sentado en el banquillo de los acusados a “el Vikingo”, en alusión a sus dos metros de altura y gruesa complexión física, quien se domicilió en Ginebra meses después de haber dejado la jefatura de la Policía en 2007.
En la madrugada de ese 25 de septiembre de 2006, por instrucciones del entonces director del Sistema Penitenciario, Alejandro Giammattei, el mando de la operación fue relevado de la guardia penitenciaria, institución que en el plan original debía ser la conductora, y fue entregado por completo a la Policía Nacional Civil; “me ordenaron que me dirigiera al puesto de control de la cárcel y que ahí tenía que hacer entrega formal de mando a un comisario de la PNC, cosa que hice”, indicó Linares Pérez.
“El operativo consistía originalmente en reunir de forma pacífica, en un sector determinado, a los reos y conducirlos en orden hacia Pavoncito, sin embargo, lo que hicieron fue irrumpir violentamente en la cárcel, sacaron a los presos de manera desordenada, corriendo, desnudos hacia la otra cárcel y ahí perdieron el control de la situación”, declaró Linares Pérez.
Para la preparación del plan, el ex funcionario fue encomendado por su superior, Mario García Frech, entonces director de seguridad del Sistema Penitenciario, de elaborar una lista de los reos que integraban el Comité de Orden y Disciplina de Pavón; la lista inicial presentada por Linares era de 18 reos, a los cuales García Frech agregó siete, coincidentemente cinco de los que fueron ejecutados posteriormente durante el operativo.
“García Frech me dijo que era un grupo de interés de las autoridades”, agregó Linares Pérez en relación a esos otros nombres que fueron adjuntados a la lista de un total de 25; “todo fue un plan, a través del cual pretendían eliminar a todas estas personas; no les dio tiempo de asesinarlos a todos, porque tuvieron complicaciones en el mismo desorden que provocaron, y sólo lograron matar a siete”, concluyó el ex funcionario del sistema penitenciario.
Al ser interrogado por el fiscal Yves Bertossa sobre quién estaba al mando de las operación, Linares Pérez aseveró con contundencia: “el jefe máximo era Carlos Vielmann, en línea directa el señor Erwin Sperisen, y el tercero el señor Javier Figueroa”; “como militar que soy, sé que hay una cadena de mando, y también sé que en un área de responsabilidad, nada sucede sin el conocimiento de la jerarquía”, afirmó Linares Pérez.
Durante el interrogatorio, Linares Pérez narró algunos episodios particulares que vivió ese día, por ejemplo, cuando se cruzó con Javier Figueroa, tras haber visto los dos cadáveres en la casa del reo Batres, quien le dijo “estuvo alegre la fiesta, verdad Linares”; también relató que cuando se enteró de la muerte de Batres, el último de ser ejecutado, su jefe directo, Mario García Frech, le dijo “no se preocupe, aquí no va a pasar nada, aquí todo mundo sabe lo que está pasando, incluido el Presidente de la República y el Ministerio Público, y Batres tenía que morir”.
“Creo que algunos de los que participaron en este macabro plan, lo hicieron por convicción, otros por dinero, y otros por placer”, dijo Linares Pérez tras ser interrogado sobre las posibles motivaciones para asesinar a las personas que habían sido incluidas previamente en la lista.
Pocos días después del operativo “Pavo Real”, el funcionario penitenciario renunció a su cargo y presentó una denuncia ante la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), por serios indicios de la existencia de un plan para desprestigiarlo y luego asesinarlo, tal como se lo hizo saber un conocido tras haber conocido del propio García Frech las intenciones que se perseguían desde la plana mayor del Sistema Penitenciario; Linares Pérez vive en la actualidad fuera del país.
El “Plan Gavilán” en 2005 y la operación “Pavo Real” en 2006, ambos de fuerte impacto mediático en Guatemala por tratarse de acciones que a simple vista pretendían poner al orden a reclusos en los centros penitenciarios del país, sumaron en su conjunto 10 ejecuciones de reos en las que se presume la participación directa de Sperisen, supuestamente como uno de los cabecillas de una estructura criminal que operaba desde el Ministerio de Gobernación y la Policía Nacional Civil.
En el caso “Pavón” se investiga la responsabilidad de Sperissen por la ejecución extrajudicial de siete reclusos en la Granja de Rehabilitación Penal Pavón, ocurrida el 25 de septiembre de 2006, uno de los cuales por mano propia, con el agravante de haber alterado la escena del crimen para simular un enfrentamiento entre la policía y los prisioneros, a lo que se agregan tres muertes en 2005, de evadidos de otro centro penitenciario.
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