Por Anubis Galardy
Bogotá, 26 may
(PL) El equipo de campaña del mandatario colombiano Juan Manuel Santos,
en busca de un segundo mandato 2014-2018, reevalúa su estrategia
electoral para la segunda vuelta del 15 de junio, basada en una alianza
por la paz. En el mismo sentido trabaja, aunque con pretensiones
contrarias, su contendiente Oscar Zuluaga, aspirante por el Centro
Democrático, movimiento de extrema derecha fundado por el expresidente
Alvaro Uribe.
Su posición es la intransigencia respecto al proceso de paz del
gobierno y las guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), instalado en La Habana.
Incluso hoy reiteró que, de ganar la segunda vuelta de los comicios que
le viabilizarían el acceso a la presidencia, interrumpirá
provisionalmente los diálogos con la guerrilla para que ésta decida si
acepta, o no, una paz negociada según sus condiciones.
En la primera vuelta de los comicios, Zuluaga aventajó a Santos con un margen de 3,5 por ciento.
Ninguno de los dos obtuvo el 50 por ciento más uno de los votos,
regulado por la Constitución y el reglamento electoral, imprescindible
para proclamarse ganador, lo cual los obliga a disputar esta segunda
vuelta.
La reorientación de la estrategia de Santos, con el
exgobernante Carlos Gaviria al frente de su campaña, abarcará el
análisis de los errores cometidos al promover de modo insuficiente los
saldos positivos de su gobierno y las futuras proyecciones de éste.
También, de acuerdo con el comentarista Eber Gutiérrez, del diario El
Espectador, la falta de suficiente claridad y contundencia a la hora de
transmitir su mensaje.
Otro de los objetivos de Santos, al
igual que el de Zuluaga, es capturar el amplio margen de los indecisos,
esos 19 millones que se abstuvieron de ir a las urnas.
En ese
sentido, Gaviria expresó: "tenemos la idea de que buena parte de la
intención de votos que había por el presidente Juan Manuel Santos) no
se reflejó en las urnas y eso tiene que ver con problemas de
organización",
Para el analista Camilo Segura, las campañas
mediáticas de Uribe -de quien se asegura maneja tras bambalinas los
hilos de la candidatura de Zuluaga- respondieron en en esta primera
etapa a un propósito evidente: imputarle al gobierno de Santos
supuestos actos ilegales.
Con ese objetivo, logró tender un manto de duda sobre la seguridad del gobierno santista y sus fuerzas políticas.
De concretar el actual mandatario colombiano una decisiva alianza con
los partidos cuyos candidatos no pasaron de la primera vuelta (Polo
Democrático-Unión Patriótica, Conservador y Alianza Verde), Santos
podría sumar los cinco millones 192 mil 54 de votos acumulados por esas
agrupaciones.
Hoy los candidatos del Polo-Unión Patriótica
iniciaron las reuniones para definir el rumbo de sus adhesiones, cuya
conclusión podría demorar una semana.
Por su parte, la
representante del Polo, Clara López, afirmó que se trata de una
decisión compleja, tras precisar que solo coincide con Santos y el
Partido de la Unidad Nacional, que lo avala, en el tema de la paz y las
relaciones internacionales.
Mientras, los miembros del Partido
Conservador manifestaron en el Congreso su total libertad de impulsar
la campaña de Santos y convocaron para mañana a una junta parlamentaria
y la dirección nacional de su partido, a fin de consolidar su postura.
Mañana se reunirán también los miembros de la Alianza Verde -quienes
respaldaron en primera vuelta la candidatura de Enrique Peñalosa. Su
propósito es decidir a cuál de los dos candidatos apoyarán en la
segunda vuelta.
Analistas consideran, en tanto, que los votos
del movimiento Progresistas (que llevó a Gustavo Petro a la alcaldía de
Bogotá), junto con el respaldo de la Alianza Verde podrían definir el
cauce de la venidera contienda del 15 de junio.
ale/ag
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