Saltillo, un caso de excepción
A medida que crecen, se complica más el acceso a la educación, señala el Acnur
▲ Niños guatemaltecos son recibidos por sus familiares en la nación
centroamericana al arribar en un vuelo proveniente de Brownsville,
Texas, luego de que fueron deportados.
Más de la mitad de los menores en condición de refugio no
acuden a la escuela en los países que los acogen, reveló la Agencia de
la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
En el documento Reforzando la educación de los refugiados en tiempos de crisis,
presentado hoy a nivel internacional, este organismo de laONU advierte
que a medida que la niñez refugiada crece, las barreras que les impiden
acceder a la educación se vuelven más difíciles de superar.
Los números revelan que de los 7.1 millones de niños y adolescentes
refugiados en edad escolar, 3.7 millones no asiste a centros educativos.
Únicamente 63 por ciento de los menores refugiados van a la escuela
primaria, en comparación con 91 por ciento de la niñez a nivel mundial.
En cuanto a los adolescentes que reciben educación secundaria, el índice
mundial es de 84 por ciento y el de refugiados alcanza apenas 24 por
ciento.
En el documento se expone que en 2017 Acnur estimó que en los estados
del sur de México –donde se concentra la mayor parte de personas de
Centroamérica que huyen de la violencia y las pandillas– sólo 18 por
ciento de los niños refugiados asisten a la escuela.
Lo anterior ocurre a pesar de que la legislación garantiza a todos
los menores en suelo mexicano el derecho a inscribirse en las escuelas
públicas, independientemente de su estado migratorio.
Sin embargo, el Acnur apunta a historias distintas como las que
pueden encontrarse en Saltillo, Coahuila. La agencia identifica trabajos
adecuados para adultos, ayuda a matricular a niños en la escuela y
brinda apoyo sicosocial a refugiados que han sido reubicados en esta
entidad.
El reporte da cuenta de que hasta 2017 cerca de 92 por ciento de esta
población que se mudó a este estado del norte encontró trabajo y todos
los menores fueron matriculados en escuelas.
Sobre los hallazgos del reporte, el titular de Acnur, Filippo Grandi, consideró:
Le estamos fallando a los refugiados al no darles la oportunidad de obtener los conocimientos y habilidades que necesitan para un mejor futuro.
En este contexto, Acnur hizo un llamado a los gobiernos, el sector
privado, las organizaciones educativas y los donantes a respaldar una
nueva iniciativa que busca impulsar la educación secundaria para los
refugiados.
Por otro lado, la Agencia instó a universidades y ministerios de
educación a adoptar un enfoque más realista con respecto a la
documentación de los estudiantes, ya que muchos refugiados dejaron atrás
–en el momento de huir– sus certificados e identificaciones.
Los datos de la ONU indican que para fines de 2018 había más de 25.9
millones de refugiados en el mundo; la mitad eran menores de 18 años.
Por otro lado, las solicitudes de asilo en México se han incrementado
año con año desde 2014, cuando la Comisión Mexicana de Ayuda a
Refugiados registró 2 mil 136. En 2017 se registraron 14 mil 596; hacia
2018 hubo 29 mil 623 peticiones, y entre enero y julio del año en curso,
39 mil 983 personas han pedido protección.
En lo que va de 2019, cerca de 30 por ciento de las personas que han
solicitado la condición de refugiado en el país son menores de edad.
Foto Afp
Ana Langner
Periódico La Jornada
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