CLAE / Rebelión
Para el gobierno de
Caracas, la próxima semana será difícil, ante el anuncio de EE.UU. de
que intentará ingresar la “ayuda humanitaria” a territorio venezolano a
la fuerza, por aire, mar y tierra, una decisión ya tomada por
Washington, que como precaución pidió la evacuación de todos sus
ciudadanos del territorio venezolano
Mientras, sigue la guerra
irregular, híbrida, multidimensional de EE.UU. contra Venezuela: el
incendio que afectó a tres tanques de almacenamiento de petróleo en una
instalación de la estatal Pdvsa en la Faja del Orinoco fue atribuido por
el gobierno a una “acción terrorista” de Washington, al igual que el
ataque cibernético contra la represa de El Guri, que generó un apagón de
varios días a lo largo y ancho del país.
El canciller
venezolano Jorge Arreaza aseveró en la Comisión de Narcóticos de la ONU
en Viena que el modelo multilateral se encuentra en riesgo a causa de
las medidas coercitivas unilaterales impuestas sobre naciones soberanas,
contando con el respaldo de “gobiernos satélites” que contradicen el
sentido de espacios de diálogo internacionales.
En Caracas, más
de 30 organizaciones de Derechos Humanos exigieron a la misión de la
Alta Comisionada de la ONU, (Michel Bachelet) que se pronuncie contra el
bloqueo económico que pesa sobre Venezuela y solicitaron que abogue por
no la no injerencia extranjera en el país.
El secretario de
Estado de EE.UU., Mike Pompeo, aseguró el jueves en un video que su
gobierno está “decidido” a ingresar ayuda humanitaria en Venezuela, a
pesar de lo ocurrido el 23 de febrero, y prometió que seguirá trabajando
con Brasil y Colombia para devolver la “democracia”.
“Los
muertos son una inversión a futuro”, dijo el autoproclamado Juan Guaidó
cuando se le preguntó sobre las víctimas de una intervención militar en
Venezuela. La frase es coherente con la rentabilidad con que EE.UU. y su
cartel (aliados, cómplices) conciben la “ayuda humanitaria” que imponen
a cualquier país del mundo, cuya economía han asfixiado y destruido,
recuerda el profesor Earle Hrrera. Haití es un ejemplo cercano.
Cuando EE.UU. armaba la “coalición” para la segunda Guerra del Golfo
arágico-pérsico, George W. Bush advirtió que los que se negaran no
tendrían parte en la reconstrucción de Irak, “un negocio capaz de
generar miles de millones anuales durante muchos años”. Son las mismas
fuentes de la Usaid, esa mampara imperial que pretendió introducir
“ayuda humanitaria” en Venezuela un sábado sin gloria de fines de
febrero.
Bush juró devolver a Irak a la edad de piedra, con la mentira de que tenía armas de destrucción masiva. Y no era una metáfora.
Irresponsablemente, Guaidó siguió con su terrorismo tuitero : “No se
puede hacer apología de la violación a la propiedad privada, pero
tampoco se puede ignorar la desesperación de comunidades que están sin
luz ni agua desde hace días y sin poder comprar lo que necesitan con
urgencia”.
“Sin luz, ni agua, ni comida, el desespero puede
conducir a nuestro Pueblo a un estado límite por conseguir sustento para
los suyos. Esos reportes de saqueos que llegan de varias ciudades son
consecuencia de que el régimen usurpador siga impidiendo la solución a
esta crisis”, añadió, azuzando la violencia.
Mercenarios, se busca
Un informe del diario Últimas Noticias,
basado en fuentes del Congreso estadounidense y el gobierno colombiano,
señala que grupos paramilitares que hacen vida en ambos lados de la
línea fronteriza colombo-venezolana pagan hasta mil 500
dólares a jóvenes de ambos países para que pasen a formar parte de sus
filas, con miras a una incursión armada en Venezuela.
Añade que en
virtud de que la comunidad internacional se niega a aprobar una acción
militar en Venezuela, Washington apela al modelo utilizado en Siria:
preparar y armar fuerzas paramilitares de choque para generar un
conflicto civil, después que hasta la mayoría de los gobiernos del Grupo
de Lima se ha decantado por una salida pacífica a la crisis y en “las
cancillerías europeas campea la desconfianza a la política de la Casa
Blanca hacia Venezuela”, tal como reseñó la agencia noticiosa-financiera
Bloomberg .
Los grupos irregulares tienen en la mira a
jóvenes, cuyas edades oscilen entre 18 y 25 años, desempleados y
desafectos del gobierno. “En Colombia se habla de un pago cercano a los 1.500
dólares y en Venezuela entre 200 y 250 dólares, donde se incluye comida
y transporte más allá de la frontera colombo venezolana”, precisaron
los informantes.
La oposición en su laberinto
La
oposición interna, para poder aspirar a un cambio, debe elevar los
niveles de organización y preparación de su base social para poder
lograr una correlación de fuerzas favorable en el terreno concreto de la
disputa, para que puedan llevar el plan a otro nivel de conflicto, en
caso de no lograr la fractura institucional antes, lo cual parece poco
probable. Pero tiene un gran déficit: la crisis de expectativas tras
tantos fracasos y promesas incumplidas y sus divisiones.
Sin una
gran presión de calle, sin fuerzas de choque organizadas (están
reclutando bandas (para el terror interno), no podrán configurar un
escenario insurreccional que pueda implicar la caída del gobierno o un
cuadro de violencia de tal magnitud que justifique la intervención
extranjera, y por ello se ve obligada a concentrar esfuerzos en las
disputas territoriales.
La realidad indica que la crisis
económica seguirá incrementándose, con las sanciones, bloqueos (en
especial el petrolero) y pirateos (de fondos y recursos) de EEUU y sus
cómplices, y también por la ineptitud del gobierno para generar
soluciones. El apagón significó un duro golpe, superado, pero que afectó
al ya deteriorado aparato productivo. Los estrategas de la oposición (o
sus mandantes de Washington) señalan que el pico de la crisis se
alcanzará antes de mitad de año.
El oficialismo también está
preocupado por la disputa territorial, pero sigue mostrando fisuras en
los niveles organizativo y sobre todo el comunicacional, mientras se
reorganizan las Milicias Bolivarianas y las Brigadas de Defensa Popular,
las organizaciones de base y comunales.
“Vamos a las prontas
realización de un referéndum consultivo para resolver la tensión social y
política del país” (…) “Solicitamos la renuncia inmediata del ministro
Motta Domínguez debido a la grave situación del país”, dice la Alianza
para el Referendo Consultivo, que integran incluso exchavistas, buscando
pescar en río revuelto.
La entrega del petróleo
La agencia Reuters publicó un documento legislativo hecho por el equipo
de Juan Guaidó, en el que se buscaría revertir la nacionalización de la
industria petrolera, permitiendo a las compañías privadas petroleras
ejercer un rol clave en los campos de Venezuela y reduciendo el tamaño
de la estatal PDVSA. La propuesta apunta a lograr apoyo para Guaidó por
parte de las compañías extranjeras (en especial las petroleras) que
podrían financiar una reconstrucción, después de que la producción de
crudo cayera a un mínimo en siete décadas.
Así, "las empresas
privadas podrían optar por manejar las operaciones rutinarias en los
campos petroleros venezolanos, un cambio brusco desde la era de Chávez,
que limitó a las firmas extranjeras a ser socias minoritarias sin
control operativo (…) "Algunos de sus activos serían transferidos y
subastados por un nuevo regulador independiente similar al que llevó
adelante la profunda reforma energética de México, que puso fin a 75
años de monopolio".
En Houston y Washington, el equipo de Guaidó
está proponiendo una amplia variedad de contratos de exploración y
producción que permitirían a las empresas privadas operar
individualmente campos en Venezuela y postularse para operar refinerías e
instalaciones de la cadena minorista de combustibles del país, según el
borrador de la propuesta.
Daniel Kiener, embajador alemán en
Caracas, fue expulsado del país luego de ir a recibir a Juan Guaidó al
aeropuerto de Maiquetía. “Se trata de una decisión incomprensible que
agrava la situación y no contribuye a rebajar las tensiones", declaró
Heiko Maas, el ministro de Asuntos Exteriores alemán. ¿Incomprensible?
¿Qué estaba buscando Kiener con su sobreexposición?
Lo que es
realmente incomprensible es que, cuando se detectan en EE.UU.los límites
geológicos y financieros de la explotación del gas y petróleo
no-convencionales, con vasta repercusión geopolítica, geoeconómica y
estratégica; cuando arrecian presiones con posturas de confrontación de
guerra fría contra el gasoducto Nord Stream 2 y cuando Trump califica a
la industria automotriz alemana de "amenaza a la seguridad nacional de
EEUU", Maas abra fuego diplomático contra Venezuela, señala el analista
mexicano John Saxe-Fernández.
Ideas fijas
La
administración de Trump repite la estrategia de castigo colectivo –usada
en los 90 en Centroamérica- con un embargo financiero desde agosto de
2017 y otro comercial desde enero último. El primero, al inmovilizar y/o
piratear los fondos provenientes de las ventas petroleras, impidió al
gobierno adelantar planes contra la hiperinflación y por la recuperación
económica. El financiero fue aplicado para impedir la importación del
60% de los productos provenientes del exterior, incluyendo alimentos y
medicinas.
Son medidas en apoyo a los planes de lograr un golpe
militar, una rebelión militar o una guerra civil (fracasadas hasta
ahora) y que, según las máximas autoridades de EEUU, seguirán hasta que
sea derrocado el presidente Nicolás Maduro.
Durante una audiencia
en el Subcomité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, el
senador Marco Rubio alertó que Venezuela iba “a entrar en un período de
sufrimiento que ninguna nación ha confrontado en la historia moderna” .
En un intento por desmentir la participación del gobierno
estadounidense en el magnicidio fracasado del presidente Nicolás Maduro,
la cadena CNN mostró nuevos videos caseros sobre el atentado realizado
con “drones comerciales, comprados en línea y ensamblado a mano con
explosivos militares en su interior”. Los videos, tomados con celulares,
mostaron incluso vuelos de práctica en los llanos colombianos.
El entrevistado admitió que el complot pudo haber matado a muchas otras
personas además de su objetivo. Cabe recordar que al día siguiente del
atentado, el asesor nacional de seguridad de EEUU., John Bolton,
advirtió que pudo haber sido fingido para darle al gobierno de Maduro
una “excusa”, quizás para poner mano dura.
El atacante asegura
que se reunieron con varios funcionarios del gobierno de EEUU tras el
ataque. “Ellos concertaron tres reuniones, imagino que para recopilar
información que les permitiera estudiar el caso, pero no pasó de allí.
Querían obtener datos y nosotros pedimos cosas a cambio. Tomaron nota de
eso, y preguntamos si podían ayudar. Entonces simplemente se fueron con
sus apuntes y nunca más aparecieron”, relata el supuesto jefe de la
operación a CNN.
Será una semana dura, en un país jaqueado,
hackeado, sancionado, embargado, bloqueado, pirateado por las potencias
occidentales, y con serias amenazas de una invasión externa. Mientras va
recuperando la luz, el pueblo venezolano aguarda, expectante,
preparado, por una batalla más en su lucha por la defensa de la
soberanía.
Álvaro Verzi Rangel Sociólogo
venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y
del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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