Argumentos efectivos para sus votantes
Advierte Rafael Alarcón, del Colef, que la amenaza de cerrar la frontera norte ha sido una constante
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se inventó una crisis migratoria en la frontera con México para alimentar su campaña con miras a la relección, considera Rafael Alarcón Acosta, investigador del Departamento de Estudios Sociales del Colegio de la Frontera Norte (Colef).
De nueva cuenta, el presidente del país vecino amagó con cerrar la frontera si México no detiene la migración indocumentada, amenaza que ha estado latente a lo largo de su mandato, advierte en entrevista telefónica el especialista.
Para los habitantes de ciudades fronterizas en ambos países, esta medida tendría consecuencias desastrosas por la dinámica económica, demográfica, y hasta familiar, que implica cruces diarios.
Para el presidente Trump, hacer creer que existe una crisis en la frontera sur estadunidense así como una invasión de migrantes, y procurar medidas extraordinarias como la construcción del muro para ello o cerrar la frontera, son argumentos efectivos para sus votantes. Por eso no es la primera vez que salen a la luz estas amenazas, ni será la última. Continuará insistiendo en ello porque le ayuda para su relección, opinó.
Afortunadamente, destacó el investigador del Colef, México se ha resistido a hacerle el trabajo sucio a Estados Unidos y no ha detenido la migración.
Actualmente, añadió, la mayor parte de la gente que llega a la ciudades fronterizas mexicanas es centroamericana, más algunos cubanos o de países del continente africano, que llegan para solicitar asilo a la Unión Americana.
Trump quiere recibir a estas personas como ilegales, cuando en realidad llegan a la frontera norte de México para solicitar asilo de Estados Unidos. El gobierno estadunidense es quien determina quién tiene una solicitud válida, o no, pero todas las personas tenemos el derecho de solicitar este apoyo humanitario, indicó.
Destacó que a lo largo de la historia de la Unión Americana han tenido los recursos para administrar la llegada de estas personas. Recordó que entre 1942 y 1964, durante el programa Bracero, cuando se permitió el ingreso de trabajadores mexicanos para trabajar en la agricultura y los ferrocarriles, Estados Unidos concedió 4 millones 6 mil contratos a mexicanos.
En esos años pudo administrar el ingreso y salida de esos trabajadores, al mismo tiempo que un número igual o mayor de indocumentados también cruzaba la frontera, advirtió.
Agregó que en 1985 se detuvo a más de un millón 600 mil personas en toda la frontera y en 2017 rondaron los 400 mil casos. Esto de la crisis era de los años anteriores, cuando eran millones de personas las que querían cruzar a Estados Unidos, enfatizó.
Ante ello, expuso que la administración del presidente Trump podría movilizar a una gran cantidad de funcionarios a la frontera para atender a las solicitudes de asilo. Así se terminaría esto que llama la crisis de la frontera.
Ana Langner
Periódico La Jornada
Domingo 31 de marzo de 2019, p. 6
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