El éxodo de octubre de 2018 dio un giro en el flujo de personas que van a EU, destaca
La llegada a Tijuana en noviembre de 2018 de más de 6 mil centroamericanos en la llamada
Caravana Migranterepresentó un punto de inflexión en los flujos de personas que continuamente arriban a la frontera para intentar cruzar a Estados Unidos, destaca El Colegio de la Frontera Norte (Colef) en un informe reciente.
El giro no se debió tanto al número de integrantes de ese éxodo de
indocumentados, sino al hecho de hacerlo de forma masiva, organizados y
con un sentido de pertenencia a un colectivo, lo que resultó en una gran
visibilidad de ese fenómeno para la población mexicana en general y
tijuanense en particular.
En el texto La caravana de migrantes centroamericanos en Tijuana 2018-2019 (Segunda etapa),
el Colef dio cuenta de algunos cambios experimentados por el grupo del
éxodo tras el cierre del campamento habilitado en la Unidad Deportiva
Benito Juárez, que estaba administrado por el gobierno municipal, y la
apertura de un nuevo albergue temporal en las instalaciones de un centro
de espectáculos conocido como El Barretal, a cargo de la autoridad
federal.
Explica que a a partir del cambio de albergue, la caravana se
dividió, principalmente, en dos grandes contingentes. El primer grupo
–el más numeroso– lo integraron aquellos que aceptaron ser trasladados y
hospedados en El Barretal, y el segundo por quienes rechazaron el
traslado y optaron por establecerse en los alrededores del antiguo
albergue, en la vía pública, y paulatinamente constituirse en el
campamento Contra Viento y Marea.
Tras aplicar una segunda encuesta a integrantes de la caravana
alojados en ambos campamentos, el equipo del Colef encontró que,
independientemente de que originalmente el motivo principal de
desplazamiento fue llegar a Estados Unidos y que algunos de ellos
seguirían buscando la manera de cruzar al país vecino del norte, muchos
dieron el paso de la regularización migratoria y la búsqueda de
inserción laboral en México. De acuerdo con los resultados, la falta de
empleo y problemas de índole económica fueron razones importantes para
salir de sus países de origen, según reportó más de 50 por ciento de los
encuestados.
En paralelo, 71.6 por ciento de éstos había registrado su solicitud
de trabajo en la feria del empleo dispuesta por autoridades nacionales.
Mientras, 72.5 por ciento ya había iniciado algún trámite migratorio y
15.7 ya trabajaba.
Ana Langner
Periódico La Jornada
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