Costa Rica
A quienes la frase les
parezca un anacronismo extraído de los viejos textos del marxismo, del
leninismo, del maoísmo o del guevarismo, por lo que a estás alturas no
tiene vigencia alguna, me permitiré aclararles que nace de un texto muy
costarricense, que es parte fundamental de la Ley Número 8364 del 15 de
julio del 2003. Publicado en la Gaceta Número 146 del 31 de julio del
2003 y que forma parte esencial del párrafo primero del Artículo noveno
de nuestra Constitución Política vigente que, como saben, reza: "El
Gobierno de la República es popular, representativo, participativo, alternativo, y responsable. Lo ejercen el pueblo
y tres Poderes distintos e independientes entre sí, el Legislativo, el
Ejecutivo y el Judicial". (Con mayúscula los conceptos que enfatizo). Es
evidente que este párrafo tiene como propósito fundamental el de que,
con su puesta en práctica, nuestra mítica democracia, se transforme en
real democracia mediante la cual el "démos" (pueblo) de convierta
en "krátos" (autoridad suprema) Dicho en lenguaje más coloquial, lo que
se pretende es que nuestro Pueblo, recupere su finca-patria -que por
cierto ha construido en su totalidad con su esfuerzo cotidiano- y que le
ha sido usurpada, mediante todo tipo de mentiras y malas, artes por una
reducida "argolla" nacional en complicidad con sus compinches
extranjeros.
Este despojo se ha empezado a desarrollar desde la
Colonia misma y, a partir de la Independencia de España, no ha hecho más
que consolidarse. De esta manera, cuando el país al independizarse
necesitó crear su propio gobierno, la élite sin oposición alguna montó,
con gentes de su plena confianza y fidelidad, todo el aparato
administrativo del naciente país, conformando así su Estado con sus
empleados públicos, que hasta hoy han sido financiados, junto a las
funciones que realizan, en su totalidad y en última instancia, por el
Pueblo trabajador, honesto, solidario y esforzado. El Estado
costarricense jerárquicamente se constituyo desde entonces así: sus
dueños -los grandes ricos nacionales y sus cómplices transnacionales-;
sus administradores integrados como Poder Legislativo, Ejecutivo y el
Judicial, coadyuvados muy eficientemente por su fiel cómplice la
Religión en particular la Católica y todos los demás recursos, tanto de
manipulación ideológica como de coerción y represión social y, como
fuerza de trabajo, el Pueblo en general. A fin de consolidarse en el
Poder, cínicamente la élite hegemónica bautiza a su Estado como
"Democracia Representativa" en la que el Pueblo es "legalmente"
desplazado del poder real, como se comprueba con solo leer atentamente
estos párrafos constitucionales: "La potestad de legislar reside en el
pueblo, el cual la delega en la Asamblea Legislativa por medio del
sufragio" (Artículo 105 constitucional) y, a la vez, "El Poder Ejecutivo
lo ejerce, en nombre del Pueblo, el Presidente de la República y los
Ministros de Gobierno en calidad de obligados colaboradores" (Artículo
130 constitucional) y, para colmo, "El Poder Judicial se ejerce por la
Corte Suprema de Justicia y por los demás tribunales que establezca la
ley." (Artículo 152 Constitucional) siendo, que "Los Magistrados de la
Corte Suprema de Justicia serán elegidos por un período de ocho años y
por los votos de dos terceras partes de la totalidad de los miembros de
la Asamblea Legislativa." (Artículo 158 Constitucional). ¿Puede el
Pueblo tomar todos estos poderes, es decir, el Gobierno patrio?
Teóricamente si: "Los ciudadanos tendrán el derecho de agruparse en
partidos para intervenir en política nacional, siempre que los partidos
se comprometan en sus programas a respetar el orden constitucional de la
República.." (Artículo 98 Constitucional) La pregunta lógica aquí es
¿por qué nunca un partido realmente del, por y para el Pueblo ha podido
tomar el Poder en Costa Rica, siendo un proceso tan simplemente descrito
por este último artículo?
Si bien es cierto constituir un partido político es teóricamente bastante fácil (ver www.tse.go.cr/pdf/normativa/ constitucion_inscripcion_pp. pdf),
la realidad es muy diferente cuando el naciente partido sinceramente
asume la tarea de luchar por la defensa, el fortalecimiento y la
ampliación constate de los legítimos Derechos laborales y Humanos en
general de nuestro Pueblo pues, en estos casos, los obstáculos se van
haciendo cada día más difíciles de superar, conforme se avanza en su
constitución legal, su inscripción, su instalación, su funcionamiento y,
se convierten en infranqueables en cuanto a adquirir los votos
necesarios para alcanzar un total triunfo electoral, veamos por qué: los
grandes ricos nacionales e internacionales que hoy ostentan el poder,
históricamente han establecido muy efectivos mecanismos para mantener
incólume su hegemonía tales como, la religión fanática, la educación
domesticadora, los grandes y más populares medios de información, la
cultura oficial -que incluye el manejo de tradiciones, mitos,
costumbres, en fin, el folclore en general-, las tradiciones familiares,
el ordenamiento jurídico, la "politiquería", los sindicatos pro
patronales, etc, etc. Y, si estos recursos fallan pues aplican todo el
aparato represivo del Estado que, como decíamos. está concebido para ser
quien imponga, aplique y mantenga sus leyes mediante sus Poderes
Legislativo, Ejecutivo y particularmente Judicial con su Sala
Constitucional incluida y, en materia electoral, el Tribunal Supremo de
Elecciones. ¿Que hacer entonces? La respuesta es simple de plantear pero
requiere que como Pueblo despertemos, nos informemos, nos unamos, nos
organicemos, nos empoderemos, nos movilicemos y nos troquemos, en
supremo acto democrático, en Poder Popular.
Creemos que con un
ejemplo simple, practico y de plena vigencia hoy día, podemos aclarar y,
más aún, empezar a realizar lo que proponemos. En febrero del 2020,
nuestro Pueblo está convocado para elegir sus gobiernos locales. para
tal propósito tenemos dos caminos: constituirnos e integrarnos en
partidos políticos lo que significa separarnos y peléarnos estúpidamente
entre nosotros, que es lo que la argolla hegemónica quiere -"divide y
vencerás"- o, en Poder Popular; sigamos esta última vía, en todos
nuestros cantones, distritos y caseríos hay Asociaciones de Desarrollo
Comunal (ADC) y educadores. Pues bien, presionemos como Pueblo para que
la Unión Cantonal respectiva, unida a las organizaciones magisteriales y
con el aporte de la ciudadanía en general, elaboren el Programa de
Gobierno que deberá ejecutar, sean quienes sean, la nueva Alcaldía y el
nuevo gobierno municipal pues, de no hacerlo el Pueblo y sus
organizaciones, le presionarán hasta que lo cumpla o les destituyan
mediante los procedimientos establecidos. ¿Es muy difícil elaborar este
Plan de Trabajo? Pues no ya que todas las ADC por ley, deben tener su
propio Plan de Trabajo, que recoge los problemas más importantes de su
jurisdicción y cómo resolverlos así, el Plan de Gobierno para la
Alcaldía será, simplemente, un resumen de los Problemas y Soluciones más
importantes de cada Plan de trabajo de las ADC, a los que se agregarán
las de otros grupos sindicales, deportivos, estudiantiles y
cívico-culturales en general del respectivo cantón. Evidentemente el
sector gremial magisterial con sus diferente organizaciones tendrá una
participación, por razones obvias fundamental. De esta manera el Pueblo
queda unido, despierto, informado, organizado, empoderado, movilizado y
conformado en Poder Popular soberano, como lo pide, reiteramos, la
auténtica Democracia.
Dentro de pocos años, con simple
coordinación, la soberanía popular se extenderá por todo el país, de
manera tal que no volverá a ser el Pueblo esclavo al servicio de las
argollas sino amo y señor de nuestra Finca-Patria rescatada y de sus
servidores públicos. Sin violencia, sin víctimas y sin menoscabar la democracia
sino llevándola a su máxima expresión. A corto plazo y para cimentar
cada vez más este Poder, deberemos diluir ese dominio absoluto hoy
monopolizado por las élites y, al hacerlo, consolidaremos para siempre
la auténtica democracia. ¿Cómo diluir este dominio? Recordemos que se
entiende por "diluir" a la acción de deshacer un cuerpo o sustancia en
un líquido hasta que sus partículas queden incorporadas a dicho líquido,
pues bien, el "cuerpo" a diluir es el dominio y el "líquido" es el
Pueblo. Para empezar, se deben desconcentrar las actividades económicas y
descentralizar la administración pública, ubicándolas en polos de
Desarrollo científicamente distribuidos por todo el país, manteniendo
incluso la misma organización política que hoy se tiene por distritos,
cantones, provincias y regiones, eso sí, fortaleciendo al máximo sus
mismas organizaciones populares de base, para lo cual es indispensable
aplicarles la misma receta de participación de un Pueblo, reiteramos,
cada vez más empoderado esto es, con las "partículas de poder"
activadas al máximo controlando soberanamente su país del que, ahora sí,
será su dueño en pleno. Así, el legítimo anhelo de construir, vivir y
disfrutar una sociedad conformada por seres humanos integralmente
felices, fraternales, justos y desarrollando todas sus potencialidad, en
medio de una Naturaleza inteligentemente protegida, dejará de ser una
utópica tentación y será nuestra cotidiana realidad.
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