CELAG
La primer etapa del
ciclo electoral 2019 se desarrollará hasta el mes de junio, cuando los
partidos elegirán sus candidatos para disputar la presidencia, abriendo
así el segundo acto que finaliza en el mes de octubre. Seguramente habrá
un tercer acto en noviembre con un ballotage. Sin embargo estas
internas no pueden escapar a la confrontación principal entre el Frente
Amplio (FA) y la oposición, al punto de que, por ahora, la
diferenciación de los precandidatos al interior de cada partido se hace
hablando sobre los silencios de los “rivales” o a través de indirectas
en los mensajes públicos. Todavía no surgen diferenciaciones explícitas y
para el Frente Amplio es aún más difícil, ya que la fuerza política
antes de elegir a sus candidatos define su programa político y de
gobierno, que es común a los 3 precandidatos y la precandidata.
Los
actores van ocupando el escenario y se perfilan las estrategias de los
personajes; al final veremos si la izquierda, el Frente Amplio, mantiene
la Presidencia de la República y en qué escenario, o si la derecha
retorna al Gobierno. Eso es lo que se dirime este año en Uruguay.
El
estado de ánimo general de los comunicadores y generadores de opinión,
así como de los espacios de dirección política se ven afectados
fuertemente por lo que dicen las empresas encuestadoras, y a esto se le
suma la creciente actividad de campaña electoral que realizan los
partidos. Esto permite que se recupere, al menos temporalmente, el
espacio público como lugar privilegiado de la política. Los partidos van
al encuentro de sus militantes y sus adherentes, los candidatos van al
encuentro de los ciudadanos. Todos se arremangan para mostrar su
cercanía, eso tan importante de aparecer durante unos meses bien cerca
de la gente. Para algunos eso es muy fácil porque no les implica ningún
cambio de actitud, para otros es bien fácil porque no les pesa en
absoluto el teatro, en tanto que a otros se les hace más difícil y se
les nota su sensación de estar fuera de lugar. Lo que sí es cierto es
que a las encuestas esto le suma otro dato, y ese dato es que casi todos
tienden a creer que están mejor posicionados.
El Frente Amplio abandona su desánimo y crece la competencia
El
año 2018 cerró con cifras muy lejanas, en las mediciones de las
encuestas, a los últimos desempeños electorales del Frente Amplio. Este
ejerce su tercer período de gobierno consecutivo y, durante el mismo, ha
obtenido sus peores resultados en intención de voto desde inicios del
siglo XXI. Pero el 2019 ha comenzado con algunas señales positivas para
esta fuerza política: ya dos de los estudios de opinión presentados en
las últimas jornadas le adjudican al FA un claro crecimiento (aún por
debajo de los obtenidos en época similar de los años electorales desde
el 2004) en tanto que la oposición no crece. Aunque para Radar el
resultado de ahora es superior al del mismo período en el ciclo
electoral anterior. [1]
Según la empresa Factum [2] el frente
subió de 34% a 38% de diciembre de 2018 a febrero 2019, respectivamente,
en tanto que para la empresa Radar [3] el FA pasó del 33% al 37% en los
mismos meses. Según Factum en el primer trimestre del año 2014 el FA
obtenía el 41% de los apoyos y para Radar en marzo 2014 el FA tenía el
36% de los apoyos [4], y sabemos que el FA en la elección alcanzó el 48%
de los votos. Estos datos han cambiado el estado de ánimo de la
militancia frenteamplista respecto de cómo se venían interpretando los
datos en 2018; el desánimo da lugar a una tenue renovación de la
confianza.
Algunos elementos parecen ayudar a interpretar este
crecimiento, uno de ellos claramente tiene que ver con la definición de
los precandidatos y el inicio de sus campañas, desplegando estrategias y
presentando sus perfiles, y la realización de su histórico acto del 5
de febrero con una participación por encima del promedio de los actos
políticos en general. El otro tema tiene que ver con las desiciones que
el FA tomó respecto del exvicepresidente, Raúl Sendic, inhabilitándolo a
participar para cualquier cargo elegible en el próximo período
electoral, no tanto por lo que se definió sino dando un cierre a un
asunto que el FA no estaba pudiendo superar.
Hoy día, Daniel
Martínez, actual intendente de Montevideo, encabeza las intenciones de
voto, seguido por Carolina Cosse (exministra de Industria y Energía del
actual Gobierno y la única mujer precandidata del FA), quien viene
teniendo un fuerte crecimiento, sobre todo a partir del apoyo de uno de
los sectores más grandes. Oscar Andrade, dirigente sindical y
exdiputado, y Mario Bergara quien hasta hace poco era el presidente del
Banco Central, despliegan una estrategia que es muy importante para el
FA y para los colectivos a los que responden y representan, pero están
mucho más lejos de competir para vencer en estas internas. Hay quienes
especulan, incluso, con si llegarán hasta el final de la elección,
aunque ambos han aclarado varias veces que sí lo harán.
El Frente
Amplio despliega dos ejes principales de campaña; por un lado, defender
los logros de sus gobiernos -y en eso tienen mucho para decir-, pero
también señalar las dificultades, los errores y lo que es necesario a
futuro. En esa tensión se ubican las estrategias de los distintos
perfiles. Queda señalar que una elección interna moviliza a aquellos
electores que se sienten más cercanos al partido político, y por la
propia historia del FA sería de esperar, también, que en la campaña se
ingrese a perfilar cuál debe ser a futuro el papel que debe desempeñar
la propia fuerza política. Algunos analistas incluso hablan de “dilución
de la identidad frenteamplista” [5] y las lecturas de debilidad que eso
puede implicar al indicarle al elector que “es una marca
desprestigiada” ayudando así a que quienes aún mantienen un sentido de
pertenencia afectivo y son críticos rompan lazos. La relación entre el
Gobierno y la organización política es un tema central para una fuerza
política de izquierda en el Gobierno, y en esto han existido conflicto
importantes.
En la oposición la competencia es menor
La
oposición en conjunto, según las encuestas anteriormente mencionadas,
suma 49% para Radar, si se cuenta al Partido Nacional, al Partido
Colorado, al Partido de la Gente y otros partidos, en tanto que un 14%
aun permanece indeciso o votaría en blanco o anulado. Para Factum la
oposición suma 57%, considerando también allí a la UP, agrupación que se
autoidentifica como izquierda, pero fuera del Frente Amplio.
A
diferencia del FA los partidos de oposición no presentan un programa
político común, sino que el mismo responderá a los planteos de quien
resulte vencedor. En ese escenario al interior del Partido Nacional la
precandidatura de Luis Lacalle parece no tener competidores reales, ya
que obtiene ampliamente más de la mitad de votos en los sondeos. Sí hay
novedad en cuanto al rendimiento que estaría teniendo la precandidatura
de Juan Sartori, un candidato de billetera y recientemente afiliado al
Partido Nacional, que bajó hace poco de un avión para ponerse a hacer
campaña en Uruguay, saturando con su imagen todos los medios de
comunicación y las redes, y que algunas empresas lo ubican en tercer
lugar y muy próximo al otro gran dirigente del Partido Nacional, Jorge
Larrañaga.
Lacalle está en una estrategia que claramente no se
posiciona al interior de su partido, sino que juega pensando en octubre.
Su contendiente principal, Larrañaga, se acaba de apuntar un éxito
personalísimo al lograr que sea plebiscitada en octubre su propuesta de
reforma constitucional. Según la Constitución, debe reunir 270 mil
firmas para habilitar el plebiscito, y presentó 405 mil. Dentro de su
partido no tuvo apoyos, por lo que es algo que se adjudicará a sí mismo,
aunque eso lo ubique con un discurso en materia de seguridad más
conservador que lo que históricamente jugó al interior del PN como
representante del wilsonismo, sector de relativo progresismo. Lacalle no
firmó, pero se prevé que asuma la campaña luego de las internas. Podría
interpretarse que Larrañaga hace un desgaste por “derecha” al candidato
que efectivamente va a ganar, y le evita al mismo tener que asumir esas
posiciones extremas, de las que huye cualquier candidato que disputa
ese esquivo centro político que define las victorias.
Lo que es
interesante analizar es que este esfuerzo de Larrañaga asume sin
ambigüedades el uso del miedo como elemento central de la campaña de la
derecha. La campaña por esta reforma constitucional se denominó “Vivir
sin Miedo” [6], asociada a los temas de seguridad y cuyo elemento
central tiene que ver con disponer permisos constitucionales para la
participación de las Fuerzas Armadas en las tareas de seguridad pública
interior, los allanamientos nocturnos y la instalación de penas
permanentes revisables para algunos delitos.
Sin dudas, la
inseguridad es tema central, aunque comparativamente Uruguay presente
tasas bajísimas respecto de la región en la mayor parte de los aspectos
vinculados a la seguridad pública. Es claro que ninguna de las
propuestas de la reforma constitucional funcionará para resolver los
temas que dice pretender solucionar. Ni el aumento de penas, ni la
participación de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública interior
han generado disminución del delito en ninguna parte. Por el contrario,
han aumentado la violencia de los delitos y las muertes por
enfrentamientos, cuando no han derivado hacia políticas de mayor control
y represión de la actividad política. Pero es la agenda represiva,
conservadora y populista que campea en la región.
El Partido Colorado: del epicentro a la periferia
La
historia del Partido Colorado es la historia del Gobierno del país. Han
gobernado casi siempre, excepto alguna interrupción breve. Pero hoy el
Partido Colorado es un partido minoritario que ronda el 15% de los
votos, lo mismo (o menos) que alguna fracción del Frente Amplio como el
MPP de José Mujica. Pero su peso histórico está por encima de su
representación electoral.
Julio María Sanguinetti, dos veces
presidente de la República, estuvo lejos de la escena política durante
el liderazgo de Bordaberry dentro del Partido Colorado. Autoexcluido
Pedro Bordaberry en términos políticos, Sanguinetti aparece con fuerza, y
mientras algunas fracciones del Partido Colorado se retiran del mismo,
el partido crece en las encuestas, y quienes parecían hasta entonces ir
con un discurso de renovación con el precandidato Ernesto Talvi fueron
quedando eclipsados por el viejo y antiguo jefe político.
Hasta
ahora Sanguinetti no ha aceptado su precandidatura, aunque se supone que
tiene amplísima ventaja sobre el resto. Se espera que en las próximas
horas formalice su precandidatura. Ha aparecido como un simple militante
que pretende, como objetivo central, sacar al FA del Gobierno ayudando
al Partido Nacional.
Todo indica la casi absoluta imposibilidad
de que el Partido Colorado llegue si quiera al ballotage, por lo que el
esfuerzo de Sanguinetti muestra el empeño de la derecha uruguaya por
considerar que está ante una posibilidad real de retomar el control del
gobierno nacional. Recordemos que una de sus primeras medidas para su
reaparición en la escena política fue reunir a los dos líderes del
Partido Nacional para actuar como un padre de familia que rezonga a los
“jóvenes” para que no se enfrenten y cooperen más entre sí. Son guiños
de la política a la historia.
Los más pequeños esperando el estirón
El
resto de partidos políticos no tiene internas competitivas pues tiene
candidato único. Por un lado, el Partido Independiente (PI) se presenta
como un actor no alineado históricamente con los partidos tradicionales,
pero aclara que su vocación es de cambio, de modo que ante la
disyuntiva de un ballotage entre el FA y cualquier otro, optará por ese
otro. El PI ha conformado con desprendimientos del PC y del FA un nuevo
grupo que espera recibir a los enojados que no se animan a saltar largo,
sobre todo del FA al PN. Puede tener un buen rendimiento, pero si el
escenario se hace realmente competitivo hacia octubre puede no funcionar
como esperan.
El Partido de la Gente, que era el partido del
dinero hasta que apareció uno con mucho más dinero, ha detenido su
impulso. No tiene agenda más que atacar al FA -fundamentalmente a
Mujica- y asumir posiciones políticas bien conservadoras. Su referente
político, Edgardo Novick, participó de los festejo de la victoria de
Jair Bolsonaro en la frontera de Uruguay y Brasil [7].
El viejo sistema de partidos resiste las amenazas de los outsiders,
algo que fue central en los países de la región en las últimas
elecciones pero que en Uruguay parece no serlo hasta ahora. No habrá
sorpresas por fuera de los partidos históricos.
Lo que se espera para los próximos meses
La
disputa al interior del FA puede tener las principales novedades
políticas de cara a las elecciones internas. Pero sí es cierto que debe
asumirse que estas elecciones marcan el comienzo de un proceso de
renovación -al menos etario- en las referencias políticas, lo que hasta
ahora había sido muy difícil de procesar para ese partido.
Dentro
de la oposición la novedad estaría dada por los avances (o no) en
construir un programa común de cara a las elecciones nacionales. En
tanto hasta ahora no parece probable que un partido obtenga las mayorías
parlamentarias, la oposición tiene que lograr articular lo máximo
posible para que el ballotage no disperse sus posibilidades. Pero hay
fuertes diferencias en este sentido, sobre todo tácticas.
Por
último, el otro gran actor político en las elecciones es el propio
Gobierno. Una de las estrategias de la oposición es, periódicamente,
anunciar catástrofes económicas, y hasta ahora no han acertado. Mientras
eso siga así es un gran empuje para el FA. Mantener una senda de
crecimiento, aunque pequeño, en una región que muestra deterioros
macroeconómicos importantes teniendo gobiernos con los que más se
identifica la derecha uruguaya ayuda, sin duda, a que la oposición
pierda credibilidad política y el FA consolide su confianza dentro del
electorado, a pesar de las fuertes críticas que allí palpitan.
Notas:
[1] En este punto hay algunas discusiones metodológicas que harían atenuar el impacto de esa comparación respecto del dato 2014.
[4] Estos datos se obtienen del Banco de Datos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República. http://cienciassociales.edu.uy/bancosdedatos/intencion-de-voto-a-partidos-en-elecciones-nacionales/
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