El libro Fire and Fury. Trump inside the White House,
escrito por Michael Wolff, ha causado enorme revuelo a nivel
internacional. En términos generales, es un relato sobre la campaña a la
presidencia y los primeros meses de la gestión Trump, centrado en una
descripción de la vida personal, el perfil psicológico de Trump y de su
entorno inmediato. El material de análisis son diálogos en reuniones
formales e informales, conversaciones telefónicas, además de los
discursos del propio Trump. Se repiten a lo largo del libro las
principales características del presidente: su ignorancia, su
“incapacidad mental”, su falta de respeto por las normas, el modo de
hacer las cosas en la política y su superficialidad. Se remarcan sus
altibajos anímicos y la tendencia totalmente autoritaria de él y sus
principales asesores (como Stephen Bannon).
El
actual presidente ganó por su discurso directo: una retórica llana y
superficial, la utilización del twitter como herramienta de comunicación
básica, la aparición repentina en shows de TV y radio. Construyó un
(supuesto) vínculo inmediato con la gente “común”, criticando a “los
políticos” y al “establishment”.
Las principales críticas apuntan a su costumbre a rodearse de millonarios, a su vida de “celebrity”,
su objetivación de las mujeres, su trato despectivo, machista y
patriarcal (incluido el acoso). Se destaca como factor sumamente
negativo la presencia de familiares de Trump en el proceso de toma de
decisión. Muchas de estas prácticas estuvieron presentes en presidentes y
gobiernos anteriores, pero que trataban de ocultarlas y mantener las
apariencias. Lo molesto y escandaloso, tal como lo sostiene Wolff, es
que Trump ni siquiera considera la necesidad de hacer ese esfuerzo.
Se
recuerda que el actual presidente ganó por su discurso directo: una
retórica llana y superficial, la utilización del twitter como
herramienta de comunicación básica, la aparición repentina en shows de
TV y radio. Construyó un (supuesto) vínculo inmediato con la gente
“común”, criticando a “los políticos” y al “establishment”. Así, la
falta de cálculo y su inexperiencia en la política constituyeron parte
de su “encanto” en la campaña, lo que hizo que un 35% de los votantes lo
eligieran sin importar lo que hiciera. Esto se tradujo en la forma de
gobernar: falta de experiencia, falta de planificación y ausencia de
estrategias claras en la toma de decisiones ya en la presidencia. Trump
no conoce las leyes, no le interesa el orden impuesto por la burocracia,
no respeta los tiempos ni los modos de la vida presidencial.
- El Despacho Oval es un caos con Trump, circula demasiada gente. Es el presidente al que más personas tienen acceso de todos los que ha tenido EEUU.
- El presidente actúa como su propio jefe de Gabinete, jefe de prensa, etc.
- Trump no procesa la información de una manera convencional. Trump no lee, ni siquiera hojea. Aunque sí es capaz de leer lo que le interesa (sobre todo lo relativo a él mismo). Algunos lo creen disléxico. Otros creen que el hecho de no leer es característico de su rasgo “populista”.
- Vicepresidente Pence: no hay mucha información al respecto de su actividad o pensamiento porque la gente de su equipo, como él, es gente de pocas palabras.
- Enfrentamiento con establishment republicano: Trump estaba poco interesado en el objetivo republicano central de tumbar el Obamacare. Pero Paul Ryan fue el que tomó la decisión final de acabar con el Obamacare. La votación de proyecto de ley sanitaria mostró las contradicciones entre el Tea Party y el establishment republicano.
Personalidades influyentes en Trump
- Stephen Bannon (asesor de campaña y muy cercano a Trump, de derecha ultraconservadora)
- Jared Kushner (yerno de Trump, judío demócrata liberal, círculo de los ricos judíos) e Ivanka Trump (hija)
- Reince Priebus (cabeza del Comité Nacional Republicano)
- Tensiones permanentes entre estos “consejeros” personales del presidente por ganar confianza y mayor impacto en la opinión de Trump. Aparentemente se impuso, por ejemplo, la influencia de Kushner e Ivanka en detrimento de influencia Bannon.
Principales
gerentes de empresas cercanas al gobierno actual, y miembros de la
elite del poder próximos a Trump, que participan en diferentes
instancias de consultas (formales o informales). Estos vínculos son
relevantes porque en cierta medida pueden explicar la toma de algunas
decisiones (en el plano económico o de política exterior), en virtud de
los intereses de estas empresas o sectores.
Tendencias en política exterior
- Relación tensa, desde el principio, con la “comunidad” de inteligencia. Bannon y Trump le llaman Deep State.
- Uno de los expertos frecuentemente consultados, a través del yerno de Trump, Kushner, es Kissinger.
- Percepción general de Trump y Bannon: Rusia “está bien”, seguramente hay tipos malos ahí, como los hay en todos lados.
- China es el verdadero enemigo. Según Bannon: China es como la Alemania nazi. Los chinos, como los alemanes, son extremadamente racionales, hasta que ya no lo son. Van a erigir un hiper-nacionalismo, que será difícil de contener.
Medio Oriente
- El yerno de Trump, Jared Kushner (de la elite judía liberal), fue designado como encargado del tema de Medio Oriente desde los primeros días de gobierno.
- Netanyahu era un viejo amigo de la familia Kushner pero cuando visitó Nueva York, también contactó a Bannon.
- Kushner está vinculado a Tony Blair por sus nexos con Rupert Murdoch. Blair, tiene importantes negocios en Medio Oriente.
Según
Trump y sus asesores cercanos los últimos tres gobiernos erraron en la
política externa, por lo que el nuevo principio es hacer lo contrario.
El esfuerzo se centrará entonces en crear un “futuro equilibrado” con
una “doctrina eficaz” compuesta por tres elementos: 1) poderes con los
que se puede trabajar, 2) poderes con los que no se puede trabajar, 3)
poderes insuficientes a los que se puede ignorar.
Lo que no se dice en el libro
El
libro se inscribe en una larga tradición liberal, de
internacionalistas, politólogos y sociólogos que analizan la política
desde la perspectiva de las conductas individuales, la trayectoria
familiar y el perfil psicológico del político estudiado. Se centran en
el individuo y su entorno próximo. Desestiman o ponen en un segundo
plano la estructura económica, las dinámicas de poder y el proceso
histórico que viene moldeando la política estadounidense a nivel interno
y su proyección hacia el exterior. Esta estrategia se combina sin
tensiones con la ideología hegemónica del “modo de vida americano” pues
tiende a explicar solo una parte, una mínima parte del sistema, sin
esmerarse por plantear con seriedad y contundencia el panorama político,
económico, social y cultural, la realidad internacional en la que es
elegido presidente como Trump.
Por
ejemplo, el libro no aborda cuestiones de fondo que parecen
imprescindibles para comprender el “fenómeno Trump”: si Trump es tal
cual lo muestra Wolff ¿por qué lo votó la gente? ¿por qué lo votaron los
representantes de los diferentes Estados? ¿a quiénes representa la
democracia estadounidense? ¿qué había “oculto” en la sociedad
estadounidense que salió a la luz en estas elecciones? ¿cuál es el
contexto social, político, económico y cultural que habilita a que un
millonario que se paga su propia campaña política, un hombre de los
negocios, del espectáculo, devenga presidente con una campaña muy poco
elaborada? ¿qué hicieron (o no hicieron) los demócratas para contribuir a
este giro hacia la derecha y conservador? ¿cuánto aportó el liberalismo
al discurso de la no política y a la celebración del perfil empresarial
en la política?
Otra
pregunta fundamental, especialmente en materia de política exterior ¿lo
que Trump “dice”, se refleja 100% en la toma de decisión? Hasta ahora,
el presidente EEUU pudo tomar varias decisiones y materializarlas en Executive Orders (Decretos),
pero en muchos o la mayoría de los casos encontró obstáculos, no solo
por parte de la prensa, sino por las discusiones en el Congreso y la
presión por parte del Poder Judicial. El Pentágono, por el momento, no
adhiere o mantiene distancia frente a los diversos discursos
provocativos del presidente (respecto a por ejemplo la cuestión de Corea
del Norte). Los negocios de las compañías multinacionales
estadounidense, por el momento, no parecen estar en peligro “terminal”.
La amenazada “libertad de comercio” en realidad, hasta ahora está siendo
“revisada” para lograr un libre comercio “justo” a favor de EEUU. Lo
mismo sucede con la política frente a China, con quien Trump
supuestamente iba a enfrentarse de modo directo… Esto no ha sucedido
hasta el momento.
Desde la
perspectiva de América Latina, es bien conocido también el doble
discurso y la hipocresía de administraciones anteriores, incluidas las
demócratas, que difundieron un discurso de no intervención y “poder
blando”, mientras en los hechos fueron partícipes de diversas
estrategias para presionar a favor del “cambio de régimen” en aquellos
países no alineados estrictamente a la política estadounidense.
De hecho, en el escrito, se percibe la existencia de un establishment
burocrático que trasciende a todas las administraciones, el Deep State,
que tiene sus propias lógicas de funcionamiento (y hasta simpatías),
puede llegar a operar para socavar la presidencia de alguien como Trump
si se confabula con otros sectores del poder real en la sombra (léase
empresarios, banqueros, poder mediático, etc.). Por ejemplo, la mala
relación de Trump con las agencias de inteligencia estadounidense lo
pone en una situación realmente vulnerable. La misma publicación y
promoción inusitada de este libro podría ser parte de un consenso
implícito entre diversos sectores para tratar de presionar en su
remoción por la vía del impeachment o reforzar su descrédito
personal/psicológico, considerando que el asunto sobre el (supuesto)
“complot” con Rusia no ha calado (aún) tanto como esperaban sectores
opositores. En efecto, además de un juicio político, se rumorea posible
invocación de la Enmienda 25 de la Constitución estadounidense[1]. Según Wolff, fue nombrada en numerosas oportunidades por los miembros del equipo cercano a Trump.
En
este sentido, valen dos apuntes. El primero, es que las instituciones
permanecen, las personas no. Una cosa es lo que dice Trump (en su
verborragia desatada en redes sociales y medios) y otra son los
intereses materializados en una red de poder que trasciende a la Casa
Blanca estadounidense y que difícilmente se quebrará en uno o dos años
por las decisiones de una persona. Lo segundo, es que cabe preguntarse
si los sectores a favor de un impeachment a Trump están
pensando en reemplazarlo por un perfil como el de Hillary Clinton, o si
buscarán un cambio como el propuesto por el programa de Bernie Sanders.
Trump
es ciertamente un presidente merecedor de las críticas apuntadas en el
libro y de muchas más. Sin embargo, desde la perspectiva de América
Latina, es bien conocido también el doble discurso y la hipocresía de
administraciones anteriores, incluidas las demócratas, que difundieron
un discurso de no intervención y “poder blando”, mientras en los hechos
fueron partícipes de diversas estrategias para presionar a favor del
“cambio de régimen” en aquellos países no alineados estrictamente a la
política estadounidense. Los árboles no deben tapar el bosque: es
importante conocer el “modo de hacer las cosas” de la gestión Trump,
pero es también crucial atender el modo en que operan las instituciones,
las prácticas de las multinacionales estadounidenses, las doctrinas y
operaciones del Comando Sur, los vínculos de las minorías privilegiadas
estadounidenses con las elites locales, las redes de partidos políticos
de derecha y neoliberales estadounidenses en la región, las múltiples y
diversas maneras de imponer pautas de consumo material, político y
cultural a través de los medios de comunicación y de entretenimiento.
Dinámicas que son anteriores y a la vez trascienden a Trump.
Notas
Silvina M. Romano, Arantxa Tirado y Aníbal García Fernández
Investigadores/as de CELAG
No hay comentarios:
Publicar un comentario