[Honduras] Entrevista a Gilberto Ríos Grillo, dirigente nacional del partido LIBRE
Investig'Action
Desde hace dos
meses, la coalición electoral Alianza de Oposición reivindica a su
candidato Salvador Nasralla como el ganador de las pasadas elecciones
del 26 de noviembre. Gilberto Ríos Grillo es dirigente nacional del
partido LIBRE, uno de los partidos que conforman la Alianza y cuyo
secretario general es Manuel Zelaya, ex presidente constitucional de
Honduras depuesto en julio de 2009 tras un golpe de Estado. Ante el
anuncio de nuevas movilizaciones de la sociedad hondureña para protestar
contra el gobierno, Ríos Grillo nos resume cual ha sido la evolución
reciente de esta crisis social y política que ya ha provocado 34
muertes. También destaca la dimensión internacional de esta profunda
crisis por la que atraviesa el país centroamericano.
A
finales de diciembre hemos visto unas controvertidas declaraciones de la
representante del Estado de EE.UU., legitimando el fraude electoral en
su país. ¿Cómo ve actualmente la situación a nivel internacional ?
En
general, la situación internacional que observamos es de disputa.
Aunque Honduras es un territorio pequeño, para Estados Unidos es
relativamente importante. Por eso, en este pleito por la hegemonía, a
Honduras no se le permite entrar en la disputa.
Luego de la
pérdida casi absoluta de la legitimidad de las instituciones en
Honduras, sobretodo después de los acontecimientos del golpe de Estado,
del fraude de 2013 y de este nuevo fraude que es más evidente que el
anterior…quien ha tenido que dar el “sello” del visto bueno de las
elecciones ha sido la propia embajada norteamericana a través de la Sra.
Fulton, que es su representante en Honduras.
Hay una imagen muy
clara del momento en que ella reconoce el triunfo electoral de Juan
Orlando Hernandez, porque el presidente del Tribunal Supremo Electoral,
David Matamoros Batson, aparece en televisión con sus manos en las
bolsas, detrás de la embajadora norteamericana…como asumiendo que es
ella quien tiene que dar la certificación o el visto bueno del triunfo
electoral. La injerencia norteamericana frente a la comunidad
internacional y la necesidad de que intervengan directamente en Honduras
es bastante evidente.
¿En qué consiste esa disputa a la que hacía referencia antes?
En
los últimos diez años ha habido un claro avance de la izquierda
centroamericana, con el triunfo del frente sandinista en Nicaragua, del
FMLN en Salvador, incluso de una izquierda en Costa Rica…También con la
situación descontrolada que se vio en Guatemala, ya que a pesar de que
la voluntad norteamericana fuera quitar al presidente, había una
movilización popular importante.
En Honduras, si la primera
fuerza política llegara a ser un partido de izquierdas, eso significaría
que Estados Unidos perdería mayor control sobre la región. Lo que ha
pasado en Honduras se da en ese contexto, y también en el contexto de la
lucha contra Venezuela y Cuba. Son países que están en un claro
posicionamiento de liberación nacional que se articula a nivel
latinoamericano. Eso explica que EE.UU. no puede perder ni el más
pequeño de los territorios. Por eso tenemos esta situación en Honduras.
¿Qué
postura tuvieron los observadores de la Unión Europea y la Organizacion
de Estados Americanos (OEA), que estuvieron presentes durante las
elecciones?
En un primer momento, tras las elecciones
tuvieron que reconocer que Salvador Nasralla, el candidato de Alianza,
había sido el ganador por un margen superior al cinco por ciento, ya que
por la cantidad de actas escrutadas la tendencia era prácticamente
irreversible. Tuvieron que dar esas declaraciones porque había una
presencia internacional.
Luego, dos días después, cuando se cae
el sistema de conteo y la tendencia cambia, tanto la OEA como la UE
tuvieron que dar informes donde decían que la situación no era clara.
Incluso el secretario de la OEA Luis Almagro tuvo que decir que debían
repetirse las eleccciones porque los resultados no eran transparentes.
Esa ha sido la última palabra de la OEA.
Recordemos que la OEA
tiene que supervisar o ejercer un papel legitimador de más de 18
procesos electorales este año 2018 en América Latina. De modo que no
podía empezarlo manchando su prestigio, aunque ya estaba bastante
desprestigiada…Pero el fraude había sido tan evidente que no se podía
comprometer con él.
Tanto la UE como la OEA tienen posturas meramente declarativas, y no tienen ninguna forma de ayudar al cambio en Honduras.
Después
de constatarse la falta de reconocimiento de la victoria de Salvador
Nasralla, hubo intentos de dividir la Alianza de Oposición. Incluso,
tras una visita a la sede de la OEA en Washington, Nasralla se prestó a
ello…
Eso nos permite ver la ingenuidad de Salvador en
politica, y de hecho él mismo lo reconoce. Es similar a la que tuvo hace
siete años el presidente Zelaya cuando fue a la embajada de Brasil dos
meses después del golpe de Estado. Alli recibió la visita de Thomas
Shannon, representante del Departamento de Estado de EE.UU., y también
recibía comunicaciones directas de Hillary Clinton. Ambos le
manifestaron al presidente Zelaya que iba a ser restituido en el poder. Y
él creía en ese retorno.
En el caso de Salvador, cuando después
del fraude se ha ido a Estados Unidos, ha visitado el Departamento de
Estado y a congresistas para mostrarles las pruebas de que hemos ganado
las elecciones…Y claro, ellos le han dicho que van a hacer todo lo
posible por reconocer su triunfo y no apoyar a Juan Orlando…
Pero
Estados Unidos juega un discurso doble : dicen una cosa y hacen otra.
Siempre es en función de sus intereses y por supuesto de las personas
que representan sus intereses en nuestros pa í ses. En este caso, Juan
Orlando es el mejor representante de los intereses de las
transnacionales y de la l ó gica privatizadora-neoliberal norteamericana
en Honduras. Yo creo que esa ingenuidad viene de su falta de
conocimiento de la naturaleza del imperialismo.
En las pasadas
Navidades vimos cómo la Alianza hizo un llamamiento a que la sociedad
hondureña resistiera en las calles. Fuera de Honduras se conoce al
COPINH, ¿Qué papel tienen los movimientos sociales en las movilizaciones de la Alianza?
Con
el golpe de Estado, todos los movimientos sociales, los sectores de
izquierda y una sección del partido del presidente Zelaya formamos el
Frente Nacional de Resistencia Popular. Eso luego dio paso a la
formación del partido Libertad y Refundación, que fue el que postuló y
ganó las elecciones de 2013. Luego, también tras el golpe surgió otro
partido, el de Salvador Nasralla, que era de centroderecha. Estos
sectores, junto a otros partidos muy minoritarios, como el
socialdemócrata Innovación y Unidad (PINU), decidimos unirnos y formamos
la Alianza de Oposición.
En la Alianza de Oposición encontramos a
todos los sectores que representan las clases nacionales. Es decir,
incluso la burguesía nacional, sectores del comercio, trabajadores,
movimientos sociales…no hay nada que esté fuera de la Alianza.
En
lo que respecta al COPINH, ellos tuvieron su momento como movimiento
social y luego se pasaron más a una lógica de ONG. Ellos también están
apoyando la lucha contra la dictadura y se han sumado, pero no son un
sector movilizador importante. Sobre todo después del asesinato de Berta
Cáceres, el COPINH no tiene la misma beligerancia que tenía antes, al
igual que otros sectores cercanos a ellos.
Los sectores sociales
importantes aquí siempre han sido el magisterio, los trabajadores
públicos, los estudiantes, que tuvieron un repunte muy importante en los
últimos dos años…Todos esos están dentro de la Alianza y siguen las
mismas orientaciones en coordinación con la Alianza de Manuel Zelaya
Rosales.
Ahora mismo se prepara un paro general para el 20 de enero. ¿Cómo ve las siguientes movilizaciones?
Yo,
que fui candidato en las elecciones, estoy encontrando más apoyo que el
que teníamos para el proceso electoral. Y eso, teniendo en cuenta que ¡
el proceso electoral lo ganamos ! Hay más sectores de la población
interesados en que Juan Orlando salga del poder.
El paro cívico
nacional que se ha convocado del 20 al 27 de enero será una semana
completa de toma de carreteras, bloqueo de calles, huelga de consumo,
etc… Creemos que va a tener un impacto mucho mayor que el que tuvo
cualquier otra manifestación anterior.
Vemos que la gente esta
dispuesta y pide incluso acciones más radicales, aunque nosotros
queremos seguir en una insurrección pacífica y la desobediencia civil,
sin llegar en ningún momento a proponer ni impulsar acciones violentas.
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